Hablar sobre la biografía de Ramón no es fácil. Basta con echar un vistazo por la red para poder conocer su trayectoria de más de 40 años, no sólo como músico, sino también como escritor, actor y presentador.
Me apetecía retratarlo y que formara parte esta andadura fotográfica, contar con él en este blog. Me interesa mucho fotografiar a personas interesantes; más que por su carrera, por su personalidad y discurso.
Para mí Ramón es un activista, un intelectual que viene de la calle. Amado y odiado por ser alguien con ideales, valores, personalidad y talento; y sobre todo leal y fiel a sus principios. Más cerca de un personaje novelesco revertiano que del típico rock star, referente para muchos artistas y muy implicado por la defensa de la cultura y sus creadores.
Ese es para mí Ramón, Ramoncín, una leyenda que después de una carrera de más de cuatro décadas sigue con la misma pasión e ilusión que cuando empezó, con el grupo de su barrio en Delicias y grabando en Vallecas.
Si quieres saber más de él, te recomiendo que veas su documental Una vida al filo, vayas a su próximo concierto en Madrid o escuches cómo muchos de los referentes culturales de nuestro país hablan sobre su figura artística y su persona.
Realizamos este reportaje en la preciosa biblioteca del club Argo de Madrid, un lugar con muchísimo encanto.
Nos recomienda este libro a los lectores de Zenda:
Recuerdo a mi abuelo leyéndonos en casa en voz alta, y esto despertó mi interés por la lectura. En el colegio ya habíamos leído por turnos en voz alta el Quijote, pero el primer libro que leí fue este. Su título tiene dos versiones: Las raíces del árbol o el más conocido Los muchachos de la calle Pál, del escritor Húngaro Ferenc Molnár, publicado en 1906.
En él se cuentan las peleas entre dos pandillas de niños en las calles de Budapest a principios del siglo XX. La novela es un clásico de la literatura juvenil, muy apreciado en Hungría. También ha sido adaptada al cine en varias ocasiones. La más destacada fue una coproducción húngara-estadounidense de 1967.
Para mí fue como si estuviera hablando de nosotros, de los chicos de mi barrio en Delicias; los personajes podríamos ser perfectamente mi grupo de amigos, todavía recuerdo el nombre de sus protagonistas. Uno de ellos, Nemechek, me marcó mucho.
Es una novela que a día de hoy, cuando vuelvo a hojear sus paginas, me transporta a mi época adolescente.
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