Foto de portada: Julian Baumann
Que la revista Time te incluya en su lista de los 100 líderes emergentes en salud, clima, negocios, deportes y artes es un logro impresionante. Que lo haga por tus novelas, principalmente de género fantástico, es un hito increíble. Esto es lo que ha conseguido Rebecca F. Kuang, una autora chino-estadounidense que, a sus 27 años, está considerada un valor seguro en la literatura y se nos presenta con un futuro excepcional.
Aficionada a la escritura desde niña, esta pasión se intensificó durante su etapa universitaria, cuando se tomó un año sabático para vivir y trabajar en Pekín, una oportunidad para recuperar su fluidez en chino y reconectar con sus orígenes. Durante este periodo, al tener las tardes libres, decidió emplear ese tiempo en escribir su primera novela. El resultado fue La guerra de la amapola, publicada en 2018, inicio de una trilogía de fantasía épica en la que la influencia oriental juega un papel relevante. Esto se observa en la ambientación de la serie, que muestra aspectos de la historia, religión, mitología y cultura de China y Asia.
Con este brillante debut logró ser finalista de los premios Hugo, Nébula y World Fantasy, los más prestigiosos de la literatura de género. Tanto la obra como su continuación, La república del dragón, fueron incluidas en 2020 en la lista de los 100 mejores libros de fantasía de todos los tiempos, según la revista Time. En aquel entonces la conclusión de la trilogía, El dios en llamas, aún no había sido publicada. Salió al mercado unos meses después, y los derechos de la adaptación cinematográfica ya han sido adquiridos para una serie de televisión.
La historia comienza como una clásica aventura de fantasía: Rin, una huérfana con gran potencial, logra entrar en la academia militar más prestigiosa del país. A pesar de ser rechazada por sus compañeros debido a su origen humilde y raza, encuentra a un excéntrico y misterioso mentor que la ayudará a desarrollar todas sus habilidades. Sin embargo, el tono de la historia cambia bruscamente cuando la guerra llega a su puerta.
Kuang narra con realismo y crudeza los horrores bélicos, abordando temas como la adicción a las drogas, el genocidio, la tortura, la violación y la experimentación en humanos. Muchos de estos elementos están basados en sucesos reales de la historia de China, como la Unidad 731, un programa japonés de armas biológicas, o la Masacre de Nankín de 1937. Kuang ha comentado que escribir esta trilogía fue —en parte— una forma de lidiar con los sentimientos que le produjo el conocimiento de estos macabros sucesos.
El realismo y la crudeza también se reflejan en los personajes, quienes evolucionan y reaccionan a las situaciones extremas a las que se enfrentan. Atraviesan éxitos y fracasos, y sus acciones, dentro de una moralidad gris, pueden ser interpretadas como justificadas o reprobables, según la perspectiva desde la que se observen. En definitiva, no se trata de una historia que glorifique la guerra, sino que examina la violencia y la brutalidad que esta conlleva. Kuang pone bajo lupa a la humanidad en sus momentos más bajos, y lo que muestra resulta, lamentablemente, muy familiar. A pesar de ello, su estilo narrativo es descriptivo y objetivo, presentando los hechos tal cual, y sin tratar de influir en la opinión del lector para que piense cuál es el camino “correcto”, si es que existe alguno. En su obra se plantea una pregunta central: ¿Por qué las personas buenas (o que creen serlo) pueden cometer actos terribles?
Después de esta serie, R. F. Kuang publicó Babel: Una historia arcana, obra que le valió el Premio Nébula en 2022 a la mejor novela, el Locus de 2023 a la mejor novela de fantasía, aunque no logró alzarse con el tercer gran galardón del género, el Hugo. Esto se debió a que, en una polémica decisión durante la WorldCon, la convención anual de la Sociedad Mundial de Ciencia Ficción (WSFS), que ese año se celebraba en Chengdu (China), tanto su novela como las de otros autores críticos con el gobierno anfitrión fueron excluidas de la competición.
La trama de esta obra se ambienta en una versión alternativa de la Inglaterra victoriana, donde la magia se canaliza a través de barras de plata encantadas que contienen “pares coincidentes” de palabras en distintas lenguas. El poder mágico se genera a partir de las sutiles pérdidas de significado que ocurren al traducir un término de un idioma a otro. Estas diferencias semánticas liberan una energía que los traductores —con su dominio de las complejidades lingüísticas— son capaces de capturar y activar para realizar magia. Por ello, los traductores son esenciales en el dominio del Imperio Británico, al ser los únicos que pueden aprovechar ese poder latente en las palabras. El protagonista, Robin Swift, es un joven chino que, tras ser llevado a Inglaterra, se convierte en traductor en Babel, el gran instituto de traducción de Oxford. A lo largo de la historia, Robin pasa de ver la traducción como un puente entre culturas a entender que, en un contexto colonial, un acto de traducción puede ser un acto de traición contra sus orígenes.
Antes de abordar esta novela hay que tener en cuenta que no se trata de fantasía épica, como sus anteriores libros; más bien es una obra académica con elementos fantásticos. Las páginas están repletas de notas al pie, notas profesorales, intimidatorias y sermoneadoras, en una parodia de los tomos del siglo XIX. Las conversaciones tratan sobre teoría de la traducción, así como sobre el Shijing, la primera antología de poesía china, o el poeta laureado John Dryden, famoso por sus versiones al inglés de los clásicos romanos. Se nota que es una historia de una escritora que es, al mismo tiempo, académica y traductora.
En su última novela, Amarilla, Kuang cambia completamente de registro y se aleja de la fantasía para adentrarse en el thriller con una historia ambientada en el mundo editorial estadounidense. La trama sigue a dos jóvenes novelistas, June Hayward y Athena Liu, amigas y antiguas compañeras de universidad en Yale, quienes han obtenido un éxito dispar con sus novelas. Athena es una estrella en ascenso que ha triunfado con sus publicaciones y tiene incluso un contrato con Netflix, mientras que June apenas ha destacado con su única obra publicada. Tras la muerte accidental de Athena, June decide robar el último manuscrito de su amiga, un libro inacabado que explora las contribuciones no reconocidas de los trabajadores chinos durante la Primera Guerra Mundial.
En un frenesí, June presenta el manuscrito como suyo, se rebautiza como Juniper Song y, con una foto de autora étnicamente ambigua, llega a la cima de las listas de los más vendidos y de los eventos asiático-estadounidenses. Sin embargo, su pasado amenaza con alcanzarla. Acosada por el espectro de Athena, su personaje cuidadosamente construido comienza a desmoronarse. La novela muestra y satiriza el complejo mundo editorial estadounidense y aborda el delicado debate de la apropiación cultural, tan activo en ese país.
En España, las obras de R. F. Kuang no tuvieron un éxito inmediato. En 2020 una pequeña editorial publicó La guerra de la amapola, pero no logró captar la atención de los lectores. El título en inglés, una portada demasiado juvenil y una edición simple podrían haber influido en este desinterés. Sin embargo, en 2022 Hidra Editorial cogió el testigo y publicó Babel: Una historia arcana. La combinación de una obra con prestigiosos premios y una cuidada edición hizo que esta novela fuera muy bien recibida.
Al año siguiente Hidra publicó Amarilla y recompró los derechos de La guerra de la amapola para sacar una nueva edición, esta vez con una traducción revisada y una bonita edición en tapa dura con sobrecubierta, cantos pintados y las portadas originales. La obra, en esta ocasión, obtuvo un notable éxito. Tanto es así que a inicios de 2024 se publicó su continuación, La república del dragón, y en septiembre llegó el cierre de la trilogía con El dios en llamas. Un ejemplo de cómo una buena obra, en una buena edición, puede llegar al público adecuado, y que ha logrado acercarnos a una de las autoras jóvenes con más potencial y futuro del momento, que no dejará —estamos seguros— de sorprendernos.
Tengo la esperanza de que llegue a México. Estoy tan ansiosa de poder leer sus obras.
Mi dios ella es la autora de eso…
Lei el primer vol y no quise volver más, no es mala escritora pero no es de mi gusto