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Recuerdo de Judith Kerr

Tal día como hoy, Judith Kerr, una de las más reconocidas autoras de la literatura infantil del siglo XX, hubiera cumplido 100 años. Falleció en 2019, y siete años antes había recibido la insignia de Oficial de la Orden del Imperio Británico. De su llegada al Reino Unido tras la llegada al poder del Partido Nazi (Judith había nacido en Berlín en el seno de un familia judía —su padre era un prestigioso crítico teatral que se había posicionado públicamente contra el nazismo—) da cuenta su obra Cuando Hitler robó el conejo rosa. Esta novela, primera de una trilogía a la que siguieron En la batalla de Inglaterra y A Small Person Far Away (no traducida al español), tuvo enorme éxito popular, fue llevada al cine y hoy día es una de las más leídas en los institutos de toda Europa. Se trata de una novela biográfico-familiar, que muestra la intersección del tiempo del crecimiento personal y de la historia nacional, en la estirpe de obras como ¡Vuela, abejorro!, de Christine Nöstlinger, o Celia en la revolución, de Elena Fortún.

"La pareja de sorprendidas anfitrionas le ofrece sándwiches, dulces, té, y poco a poco el tigre lo engulle todo"

La imaginación de Kerr no se centró sólo en la escritura, sino que se volcó también en la ilustración. De ahí nació una colección de álbumes muy exitosa que tenía como protagonista a la gata Mog y, en especial, un álbum que suscitó mucho interés entre la crítica y que durante décadas ha sido el favorito de los niños: El tigre que vino a tomar el té. A los críticos les subyugó el presunto carácter alegórico de la trama: una tarde, por sorpresa, un enorme tigre hambriento se presenta a la hora de la merienda en casa de la pequeña Sofía y de su madre. El tigre se muestra cortés y misterioso. La pareja de sorprendidas anfitrionas le ofrece sándwiches, dulces, té, y poco a poco el tigre lo engulle todo, se come todas las viandas de la nevera y hasta seca el agua de las cañerías.

Una vez saciado, se despide educadamente de Sofía y de su madre. Poco después llegará al padre, al que contarán el extraordinario suceso de la tarde. Como no tienen nada que cenar, marchan a un restaurante, donde disfrutan de una bonita velada. Al día siguiente, mamá y Sofía salen de compras para abastecer la casa. Sofía compra incluso un bote de “comida para tigres”, por si vuelve a presentarse la ocasión. Pero ya no volverá a darse. El tigre —nos dice la última página del álbum— nunca más volvió.

Es habitual la tendencia a interpretar este tipo de figuras “irreales” como símbolos directos.

"El naranja rayado y resplandeciente en medio de las páginas blancas, la presencia de la risa salvaje en la cotidianidad del hogar, ponía en marcha el verdadero motor de comunicación"

En el caso de El tigre que vino a tomar el té se ensayaron todo tipo de propuestas más o menos metafóricas para la figura del inesperado visitante: la infancia, la policía secreta, el nazismo, los clásicos familiares gorrones… Por contra, los niños recibieron el álbum en su dimensión cómica, mucho más acertada: se dejaron fascinar por la figura inverosímil (una niña a lomos de un animal salvaje), por la inversión de lo esperado (cortesía del monstruo y felicidad de las anfitrionas), por la alegría de lo insólito (tan imborrable en la infancia es la visita de un ser fabuloso como una cena inesperada en compañía de mamá y papá), por las bromas concretas (la presencia de un gato parecido al tigre de camino al restaurante, un bote de comida para tigres con el rostro del protagonista, el tigre tocando la flauta en la página final…).

El naranja rayado y resplandeciente en medio de las páginas blancas y la presencia de la risa salvaje en la cotidianidad del hogar ponían en marcha el verdadero motor de comunicación y lectura del libro. Kerr siempre sostuvo que el tigre no representaba nada en concreto, que la idea había surgido como un juego familiar más, en medio de una conversación con su hija de dos años, que había visitado en el zoo a los grandes felinos. Ahí radicaba precisamente su fuerza, de ahí nacía su energía simbólica.

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Título: El tigre que vino a tomar el té. Autor: Judith Kerr. Editorial: Kalandraka, 2010

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