Konstantin Paustovski es uno de esos nombres que el lector descubre y cree haber encontrado un tesoro, hasta que una simple búsqueda le deja claro que incluso Marlene Dietrich ya estuvo allí. Paustovski no solo fue una celebridad, sino que incluso se le nominó al Nobel en una candidatura que fue rechazada por temor a ofender al gobierno soviético, e Historia de una Vida es considerada su obra más relevante. Seis volúmenes que comenzaron a ver la luz en 1946 y que tuvieron que esperar casi 25 años para empezar a traducirse al castellano, pasando prácticamente desapercibidos y cayendo en el olvido hasta que la joven editorial Trotalibros se ha decidido a rescatarlos, aunque aún no sabemos si lo hará con todos.
El libro comienza con un magnífico capítulo en el que el autor recuerda la muerte de su padre cuando él contaba con 17 años, y que es plasmada como una maravillosa ficción conducida por un coche de caballos atravesando una línea de presa cuyo agua va subiendo hasta poner en peligro la vida del joven y dejando a su doliente madre, al otro lado del camino hasta ya finalizado el entierro. Una ficción que no es tal, pero en la que la maestría del autor para dotar de vida a las palabras hace que por un momento uno tenga la sensación de estar ante una representación solo para sus ojos. Paustovski se presenta a sí mismo como un joven soñador, con una imaginación debordante que derivará en una tendencia a la literatura que cristaliza en el libro que tenemos entre manos, y en el que se alterna la belleza y la tragedia como una sombra constante en un mundo cambiante que es relatado como si de un antiguo cuento se tratara. Los personajes: la abuela turca, el tío aventurero, el primer amor vivido a la tierna edad de nueve años y que acabó, como no podía ser de otro modo, en tragedia, se mezclan con el sonido de la lluvia y el olor a tabaco hasta dejarnos la sensación de ser testigos privilegiados de este ejercicio de memoria literaria.
Con tono nostálgico y amor por los pequeños detalles iremos descubriendo al futuro joven aventurero, romántico incluso, que sueña con viajar y comparte pupitre en la escuela con Bulgákov, con el que luego compartiría profesión y del que recuerda su energía y su inventiva capaz de desplazar el mundo real para hacer hueco al suyo propio. Para Paustovski la belleza y el misterio están escondidos en lugares insospechados y nos deja, entre otros, el relato de una joven reina de Siam envenenada a partir del recuerdo de unos patines cuya marca le hacía evocar un lugar fantástico cubierto de nieve los doce meses del año. Así es Los años lejanos, un conjunto de instantáneas que recorren momentos personales presentando distintas historias que van formando un retrato de grupo de lo que fue la Rusia de aquellos años relatado por un adulto que, en lugar de buscar la voz del niño que fue, mira atrás con el cariño del recuerdo de los momentos pasados y las personas importantes pérdidas en el camino. Una delicia de lectura cuya publicación, espero, continúe hasta completar la historia de la vida del escritor.
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Autor: Konstantin Paustovski. Título: Los años lejanos. Traducción: Manuel Ángel Benayas. Editorial: Trota. Venta: Todos tus libros.
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