Acaba de publicarse un nuevo título de «Superhéroes», una colección de colecciones del autor de bestsellers Roberto Santiago cuyo objetivo son niños de todas las edades. Los Gamers Piratas es la nueva marca de este original proyecto de literatura infantil. Con el título de Destino: Mítica Infinite descubriremos una nueva aventura protagonizada por niños que, al cumplir once años, desarrollan poderes que no están al alcance de la mayoría.
En este primer título de Los Gamers Piratas, Pegaso y Delta, un niño y una niña con carácter solitario, se hacen amigos gracias a su interés por los videojuegos, un interés que les convierte en héroes para muchos niños de su edad que, al igual que ellos, sienten pasión por el famoso videojuego Mítica Infinite y que disfrutan viéndolos jugar a través de Twitch. Este es el primer título de una nueva colección del universo de superhéroes de once años que creó Roberto Santiago hace algo más de un año. Ya están en las librerías títulos de la colección Los Once y Las Princesas Rebeldes.
Roberto Santiago ya encandiló al público lector con su serie de Los Futbolísimos (más de 20 títulos, un largometraje y una obra de teatro avalan la buena acogida de esta original idea), a la que siguió Los Forasteros del tiempo que cerca la veintena. Más de cuatro millones de lectores confían su entretenimiento a las obras de Santiago, que también ha escrito otros títulos para adultos como Ana (editorial Planeta) que fue llevada a televisión en la serie Ana Tramel el pasado año en TVE, protagonizada por Maribel Verdú.
La colección «Superhéroes» de Roberto Santiago continúa su expansión en el sector cultural. La macrosaga del exitoso autor de libros infantiles que publica con Planeta bajo el sello Destino ha cedido los derechos audiovisuales a Federation Spain y a Lightbox Animation Studios e Ikiru Films. El Marvel de los libros de Roberto Santiago, un proyecto literario sin precedentes, va tomando forma en un año en el que la literatura infantil acumula los índices más altos de lectura. Federation Spain (Awareness —Amazon o Las niñas de Cristal— Neflix) con oficinas en Madrid y Los Angeles, y parte del Grupo Federation Studios, ha adquirido los derechos para Los Once, Los Gamers Piratas y Escuadrón K (cuyo primer título se publicará en 2023), y plantea un formato de personajes reales. Por su parte, Lightbox Animation Studios e Ikiru Films adquieren los derechos audiovisuales de Las Princesas Rebeldes y barajan una película de animación.
Roberto Santiago conjuga a la perfección los temas que unen a los más jóvenes con el mundo de la cultura como son los superhéroes, el fútbol, los videojuegos o la música para convertirlos en grandes aliados de la lectura. Es el propio autor el superhéroe real de sus lectores coetáneos. Una estrategia perfecta de rescate cultural para la generación alfa.
Hemos quedado en Madrid con Roberto Santiago y con Marta Bueno, directora editorial de infantil y juvenil en Destino, para conversar sobre esta colección que lleva un año en el mercado. Vamos a intentar que descubran para Zendalibros los poderes que han desarrollado en este tiempo para navegar con tanto acierto entre mares de libros.
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—Roberto, cuéntenos la génesis de esta colección
—Esta colección, o más bien esta colección de colecciones nace —como casi todo lo que he escrito en mi vida y lo que escribo— a partir de algo que a mí me apasiona, los superhéroes. Yo pensaba, también de pequeño, que no había literatura infantil sobre superhéroes dirigida a niños. Es verdad que en los últimos años ha surgido alguna, pero hay muy poca, y tradicionalmente los superhéroes siempre se han asociado a juvenil, a joven adulto. ¡Y a los niños les encanta el universo de los superhéroes! (como se ha demostrado desde hace tiempo). En mi experiencia de encuentros con niños estos años era uno de los temas que solía salir, los superhéroes. La idea es muy sencilla: niños y niñas que al cumplir once años empiezan a desarrollar superpoderes. Y como siempre, escribo sobre lo que me apasiona. Jamás me verás escribiendo una novela sobre algún tema que no me interese, que no me mueva o me apasione. En este caso, son los superhéroes. Yo, en parte, soy lector por los muchos cómics y novelas gráficas que he leído de superhéroes en mi vida. Esto, combinado con otros temas que me vuelven loco: el fútbol, la música, el universo de las princesas y los príncipes de hoy en día… Todo esto mezclado da como resultado esta multicolección.
—Mi pregunta es para la editora: ¿Ha determinado de antemano la estructura, las sub-colecciones de este gran proyecto? ¿Cómo ha conseguido elaborar este entramado de libros para lanzarlo al público?
—Marta: En realidad nos gusta llamarlo una colección de colecciones. Y sí, están definidas las principales colecciones que van a salir. Es un proyecto muy joven, llevamos un año en el mercado y hasta la fecha hemos publicado tres de las colecciones que van a conformar el gran proyecto: Los Once (fútbol y superhéroes), Las princesas rebeldes (princesas reales, herederas de las monarquías de sus países que, hartas del protocolo, deciden cambiar las coronas por el traje de superheroínas y hacer cosas más provechosas, como salvar el mundo), y Los Gamers piratas, que acaba de aparecer, que combina superhéroes y juegos. Vendrá a continuación una colección sobre música, Escuadrón K, y hay otras tres previstas y una gran colección de colecciones que mezclará todos los protagonistas para salvar realmente al mundo de peligros indescriptibles.
—Roberto: Yo aportaría, como bien dice Marta, que llevamos mucho tiempo trabajando en esto y también intentamos tener los reflejos para ir viendo cómo es la recepción y, por ejemplo, ahora que sale el cuarto libro de Los Once, hemos decidido —autor y editora— que se junten ya dos de estas colecciones (Los Once y Las Princesas Rebeldes), y eso creo que va a seguir ocurriendo. Iremos viendo cómo es la recepción, cómo la propia historia nos va llevando a un sitio u otro y en función de eso iremos definiendo un programa estructurado (que tenemos todos muy claro) que es susceptible de ir evolucionando y cambiando.
—Marta: Sí, tenemos claros los inicios, no así los finales. Nuestra vocación, nuestra voluntad es la de permanecer todo el tiempo que el público nos quiera y nos otorgue su favor y, como dice Roberto, el proyecto irá creciendo a medida que la realidad nos vaya trayendo esas impresiones.
—Roberto empezó dirigiendo cine, ha pasado por el teatro y ahora es escritor, ¿qué superpoderes ha desarrollado en todos estos años?
—En realidad, no empecé haciendo cine, publiqué mi primera novela infantil —El ladrón de mentiras— hace 26 años. Se ha convertido en un long seller a base de reediciones, ¡van 35! Llevo escribiendo toda mi vida. Para mí, en realidad, saltar de un formato a otro —cine, televisión, teatro, novela…— es cambiar un lenguaje, pero en el fondo es contar historias, historias que me mueven, que me apasionan. La clave siempre es la misma: algo que te salga del estómago y que necesite contar. Es cierto que ha habido épocas que he hecho más cine, y, sin embargo, ahora llevo unos años que estoy más volcado en la literatura, y, en concreto, sobre todo, en la literatura infantil, donde soy muy feliz ya que puedo contar historias que me interesan, conecto con los niños que son un público muy exigente (no tiene filtro): o les gusta mucho o no les gusta nada. Y hablo de temas que me interesan, de todos los temas porque los niños quieren que los mires de tú a tú, que les hables de todo (de la muerte, del amor) con otro lenguaje distinto, lógicamente. Si tengo algún súperpoder, que no lo sé, es el de adaptarme a esos distintos formatos, a esos distintos lenguajes, pero siempre contando historias que me apasionan. Doy gracias todos los días por dedicarme a lo que más me gusta en el mundo: transmitir historias a los lectores, a los espectadores, historias que merecen la pena ser contadas o que al menos yo necesito contar.
—¿Qué superpoderes tiene una editora para poder desarrollar un proyecto de esta envergadura?
—Marta: Este proyecto sólo se puede abordar con tres principios básicos: ilusión, método y ambición. Tenemos entre manos un proyecto escrito por el autor líder, el autor que más libros para niños vende en este país. Y el proyecto que nos está ofreciendo es un proyecto extraordinario y efectivamente nuestra vocación es convertirlo en la colección de referencia de esta franja de edad (preadolescentes a partir de ocho/nueve años hasta los doce/trece). Queremos que sea la colección de referencia y de preferencia de estos niños que son, a estas edades, lectores voraces, lectores que se entusiasman por todo aquello que leen (si les gusta) y que tienen desarrollado un afán de coleccionismo: no pueden parar de leer. Cuando han terminado una novela, necesitan conseguir la siguiente de la colección.
Para poder llevar a cabo este proyecto hemos necesitado de una planificación, de una previsión muy importante que empezó muchísimo antes de lanzar las novelas. Más de un año antes comenzamos a planificar todo el organigrama de las publicaciones, las fechas de publicación, el número de títulos de cada colección… Llevamos un año en el mercado, hemos publicado cuatro libros de Los Once, tres libros de Las Princesas Rebeldes, y un libro de Los Gamers Piratas. La idea es sacar cada año una nueva colección y alimentar las ya existentes. Y, como digo, un año antes ya previmos la calendarización de los próximos tres años, no únicamente para ser capaces de sacar al mercado todos estos libros (que son muchísimos) sino también para repartir y calendarizar los libros en el sentido de que los lectores los puedan leer y disfrutar, y, enseguida, cuando hayan terminado uno, tenga una novedad disponible, a su alcance, en las librerías.
—Al trabajar juntos, al conocer Roberto Santiago la labor editorial de Marta Bueno y al conocer la editora cómo trabaja el escritor, ¿se han transmitido algún superpoder?
(Risas)
—Roberto: Por mi parte el trabajo de la escritura es muy solitario, un escritor está solo muchas horas frente al ordenador. Siempre le digo a Marta y a todo el equipo de la editorial: “Vosotros decidme cosas, que a mí eso me alimenta, y aparte me hace conectarme de verdad con el equipo”. Porque para que un libro llegue a las manos del lector —conviene recordarlo— es necesario un gran trabajo en cadena. Yo escribo, lo editores hacen muchas cosas, no sólo corregir o dar su opinión, sino también coordinar todo el equipo que está detrás. Cuando me empiezan a llegar las primeras ilustraciones, ¡me alimenta muchísimo! Los poderes o superpoderes que tenemos creo que se funden y hacen que cada libro vaya creciendo. Desde la cueva en la que escribo necesito alimentarme de su feedback, de sus opiniones, de su trabajo, de las ilustraciones…, ¡de todo! Si no, mi súperpoder se va apagando.
—Marta: Me atrevería a decir que, ciertamente, ha habido momentos en los que lo hemos pasado muy bien con esta interacción. Recuerdo que, al inicio, lo primero que hicimos fue seleccionar a los ilustradores. Decidimos que cada colección estaría ilustrada por un único ilustrador. Hicimos un casting enorme, de muchísimos artistas, a quienes les enviábamos una descripción (que preparó Roberto) de los principales protagonistas de cada colección. Ellos nos devolvían el desarrollo de estos personajes. Recuerdo que fueron unos momentos muy intensos y divertidos y que, además, estábamos muy de acuerdo enseguida. También cuando creamos los logos, la imagen de la colección… Fue un proceso muy creativo y enriquecedor que se fue haciendo de a poquito
—Roberto: ¡Y muy en equipo!
—Marta: Muy en equipo y muy sintonizado.
—¿Cómo se han seleccionado los escritores que forman parte de la colección?
—Roberto: Desde el principio le planteé a Marta y a la editorial que, aunque tengo una gran capacidad de trabajo, necesitaba ayuda de algunos escritores y escritoras que fueran de mi confianza. Les pedí que fueran escritores que yo conociera. Vengo del mundo de la escritura de guiones, donde eso es habitual, lo raro es ver una película o una serie de televisión que ha escrito un solo autor. Lo normal es un equipo de guionistas. En la novela es algo mucho menos habitual pero que a mí me resulta natural, enriquecedor. Marta y Planeta, Destino, confiaron en mí para seleccionar estos colaboradores. Son escritores que tienen la sensibilidad adecuada para un proyecto como éste y yo, al conocerlos previamente, sabía que podían encajar bien, porque escribir con alguien es una relación muy íntima. Está siendo muy rico. Hay algunos escritores (Ángela Armero, Estíbaliz Burgaleta) que sólo han colaborado en una novela. Otros, como Eduardo de los Santos, están colaborando en varias. No hay nada establecido al respecto, más allá de lo que va ocurriendo, de lo que se va generando, y siempre con un único objetivo: conseguir lo mejor, la máxima calidad posible, que las historias crezcan. Yo creo los personajes, creo la historia general, pero luego cada escritor participante, obviamente, aporta muchísimo.
—¿Cómo decidió que tenía que escribir literatura infantil?
—Yo había estudiado en la Escuela de Letras donde tuve profesores extraordinarios: Juan José Millás, Rosa Montero, Alejandro Gándara… Salí de la escuela, como todos, con ganas de escribir mi primera novela. Escribí un primer borrador de El ladrón de mentiras sin saber que era una novela infantil. Lo que sabía es que era un niño el que contaba la historia. Se la enseñé a uno de mis maestros, Constantino Bértolo —crítico y editor— que me dijo: “Roberto, esta es una novela fantástica, pero si cambias esto y esto, es una novela que además va a enganchar al público infantil”. Yo no me había dado cuenta, pero le hice caso y cambié todas esas cosas que tenían que ver con el lenguaje, no con la historia. La presenté al Premio El Barco de Vapor, que no gané, pero me llamaron de la editorial para decirme que les había gustado y que querían publicarla. Para mí fue como ganar. Ahí empezó mi idilio con la literatura infantil que, hoy en día, continua.
—¿Qué peso tiene la literatura infantil en el catálogo de Destino, de Planeta?
—Marta: En Planeta el área infantil y juvenil tiene un peso extraordinario, desde un punto de vista de facturación y de número de títulos publicados. En el área infantil publicamos alrededor de 600 títulos cada año, en catalán y castellano. El peso en relación con el infantil y el juvenil estaría un 65% infantil y un 35% juvenil. De hecho, la facturación infantil, no de Planeta sino del mercado, representa aproximadamente un 30% del total y dentro de la facturación infantil y juvenil, la parte más importante, hasta un 50%, es infantil. La juvenil representa un 25% y luego está el preescolar con un 27%. En Planeta la parte infantil y juvenil es importante no solo por la facturación o el número de volúmenes sino porque también tiene un aspecto estratégico. No hay que olvidar que el objetivo de la edición infantil y juvenil tiene como misión última, crear lectores. Si somos capaces de ofrecer, de escribir libros que los niños disfruten, sin ninguna duda estos niños se convertirán en buenos lectores el día de mañana.
—¿Cómo presentaron esta colección de colecciones a la red de distribución y a las librerías?
—Marta: Con todo lujo de detalles, con toda la explicación de la idea de la colección de colecciones y la verdad que fue acogida, desde el primer minuto, con entusiasmo y apoyo por parte del canal (libreros, cadenas, grandes superficies…). Desde el primer momento la han recibido con una gran ilusión y entusiasmo. De hecho, nosotros, con estas colecciones estamos en campaña permanente (cada dos meses lanzamos una novedad). El lanzamiento fue espectacular —hicimos muchísimos materiales para el punto de venta, publicidad…— pero no es tanto un lanzamiento inicial como una campaña permanente y constante de soporte y apoyo de la colección. Nuestra comunicación es doble: a los libreros y a los niños (potenciales lectores de la serie), sus padres (que se preocupan de que sus hijos lean contenidos de calidad), pero también padres que son fans de los superhéroes quieren ofrecer y abrir este mundo a sus hijos; también profesores, escuelas, bibliotecas… es una campaña 360 grados los 365 días del año.
—Además de esta colección, que se va a prorrogar algunos años más, ¿están desarrollando algún otro proyecto?
—Roberto: Juntos no, porque «Superhéroes» es el megaproyecto. Como bien decía Marta para lanzar esto hay que tener un punto muy grande de ilusión y de ambición, y también de locura, y esto es lo bonito. En la literatura nadie sabe lo que va a funcionar lo que va a enganchar a los lectores… Lanzar una colección tan grande como esta, con tantos títulos, con tantas colecciones, con una planificación a tantos años, implica, sin ninguna duda un punto de locura. Al estar muy vivo el proyecto, se me van ocurriendo cosas todo el tiempo. Habrá más proyectos juntos en el futuro, seguro, pero ahora mismo este es el megaproyecto que nos tiene ocupados.
—¿Por qué decidió incluir el tema de los videojuegos (considerado como la alternativa a leer, o “el enemigo” de la lectura) dentro de la colección?
—Roberto: En parte por lo que acabas de decir. Muchas veces, para mi sorpresa, las pantallitas son vistas como enemigas de la lectura y de la literatura. Y no es así. Un buen uso de las redes sociales, un buen uso de los videojuegos es un complemento perfecto para el crecimiento y la educación de los niños y las niñas. En la colección Los Gamers Piratas los dos protagonistas son un niño y una niña a los que les apasiona jugar a videojuegos (¡como a tantos niños!). Dar la espalda a la realidad no ayuda, al revés. Hay también en la novela un dilema moral sobre qué hacer con eso. A ellos les ayudan mucho a socializar. Honestamente creo en eso, creo que un buen uso de estas herramientas te despierta muchas habilidades, entre otras, habilidades sociales. Creo que es interesante que la literatura esté abierta y refleje la sociedad en la que vivimos. Me encanta porque me han preguntado bastante sobre este tema. Un buen gráfico ayuda, pero la gente se engancha a los videojuegos por las historias. En eso tienen mucho en común con la literatura. Esa es la parte que me interesa de los videojuegos.
—Marta: Diría que el debate lectura versus videojuegos es un debate falso. Es cierto que aparentemente puede que haya niños que prefieran antes jugar a un videojuego que sentarse a leer, pero es que los lenguajes son muy diferentes. En el videojuego se da una gratificación inmediata por medio de la interacción que te da el juego. En cambio, en la literatura el placer de leer es un placer con uno mismo, un placer mucho más retirado, mucho más hacia dentro, y la felicidad, si te llega, si de verdad te gusta el libro, te llega más tarde. Vivimos en una cultura, en una sociedad de prisas, de instantaneidad… esto es lo que a mi modo de ver produce este debate falso sobre si es mejor el videojuego o si el videojuego mata la lectura. Creo que son dos opciones diversas de ocio que deben coexistir y que, además, en la literatura que escribe Roberto (estilo directo, frases cortas, acción trepidante, sentido del humor, etc) es muy fácil convertir lo que escribe en una imagen gráfica y esto ayuda muchísimo a que los niños lean sus libros con esta voracidad y con este placer.
—Imaginemos que estamos en una librería y hay un niño ante sus libros y no los conoce, ¿qué le dirían para animarle a leerlos?
—Roberto: Para empezar, como yo siempre digo, que elija. Lo bueno de la literatura es que no hay nadie a quien no le guste leer, hay lectores que todavía no han encontrado su libro. Si me encontrara con esta imagen que nos has propuesto, diría: “echa un vistazo, coge el libro, tócalo, lee la contra”… y que elija. La clave es que la lectura se convierta en un instrumento de diversión. Esa es la clave para hacer lectores.
—Marta: La puerta para convertirse en lector es una puerta que solo se abre por dentro. Solo tenemos, nosotros mismos, la capacidad de abrirla, y solo la abrimos cuando encontramos aquella obra, aquella novela que nos apasiona. Intentar obligar a leer a un niño es un error.
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