La novela histórica tiene en un autor como Jorge Molist (Barcelona, 1951) a un triunfador que no sólo atesora galardones. Sus libros se pueden contar por cientos de miles de ejemplares vendidos, que son traducidos, algunos de ellos, a más de cuarenta idiomas y que son seguidos por centenares de miles de lectores. Molist es uno de los autores de novela histórica cuyas descripciones tienen una perspectiva rigurosa sobre los hechos y episodios históricos acaecidos hace cientos de años. Los autores de novela histórica que triunfan lo hacen porque saben narrar los episodios históricos sin presentismo; los saben mostrar tal y como fueron sin juzgar ni opinar sobre lo ocurrido, pero situando cada episodio y personaje en su ámbito de referencia dentro del ambiente histórico de una novela correctamente situada, en la que sus personajes son atractivos, potentes y aportan al lector ese poso de credibilidad necesario para que, con su emocionante narrativa, se sumerja en las historias que le cuenta.
Su novela recién publicada, El latido del mar, continúa con la epopeya que la corona de Aragón vivió en el mar Mediterráneo y que el autor empezó narrando con la premiada Canción de sangre y oro, a la que siguió La reina sola, obras enlazadas que también se pueden leer con independencia unas de otras. La acción continúa con un episodio más de la guerra entre gibelinos y güelfos; los gibelinos eran los partidarios de los poderes papales, el rey de Francia y el conde de Anjou, mientras que los güelfos eran los seguidores de los Hohenstaufen, legítimos reyes de Sicilia.
La novela empieza con la derrota que sufren los seguidores del rey Conradino de Hohenstaufen en la batalla de Tagliacozzo a manos de las topas de los Anjou, y pone el foco en la salida de Brindisi de las familias güelfas, Coppola y Von Blume. Trágica huida, ya que un golpe de mar arranca de los brazos de su madre, Blanca, al menor de sus hijos, Roger. De manera valiente, Blanca no duda en lanzase al mar para salvar a su pequeño. Blanca Coppola es la viuda del que fue un todopoderoso gobernador de Brindisi, Ricardo von Blume, que murió a manos de los gibelinos en la referida batalla. Con esta caída al mar, la familia de los Coppola y Von Blume, queda fragmentada y separada. Los náufragos tienen la fortuna de que la marea les arroje a una playa próxima a Brindisi y puedan regresar en busca de ayuda. Al retornar Blanca a su ciudad y estar marcada por ser partidaria de la facción derrotada, da comienzo a su azarosa y desgraciada vida, en donde de las glorias pasadas solo les queda su dignidad personal para poder enfrentarse a las continuas humillaciones, engaños y abusos que los vencedores les infligen. Ese era el destino y la suerte habitual que perseguía a las mujeres desvalidas de ese tiempo, no quedándole otra opción que aceptar y soportar los vilipendios y abusos que sufre, con el objeto de sacar a su hijo adelante. Blanca, para ocultar su pasado, decide en primer lugar italianizar su apellido: “Von Blume” lo traduce a “Di Fiori” y posteriormente lo castellaniza a “De Flor”, por lo que su hijo pasa a conocerse por “Roger de Flor”.
El protagonista, Roger, tiene la fortuna de que su madre le pueda enseñar a leer, escribir, latín y un poco de alemán, así como que sus amigos le enseñen a sobrevivir en la calle. Poco a poco empieza a tener conciencia de que su íntimo deseo es, con tal de hacer feliz a su madre, buscar y encontrar a la parte de su familia extraviada para poder reunirlos de nuevo; para ello decide, con diez años, embarcarse como grumete en un navío de guerra perteneciente a la poderosa orden del Temple. Su vida a bordo es complicada y difícil: es el último eslabón de la jerarquía marinera a quien están reservados los trabajos más desagradables y los abusos más crueles; sin embargo su carácter inquebrantable y su enconada voluntad le ayudan a sobreponerse a las burlas y zancadillas, siendo capaz de ganarse el respeto de los veteranos. Con el tiempo siente, en su corazón, “el latido del mar” y desea, por encima de todo, llegar a ser capitán de la mejor galera del Temple. Es tal su decisión y vocación que está dispuesto a realizar lo necesario para subir dentro del escalafón de la Orden y conseguir su íntimo anhelo. De esta manera, su vida se convierte en su particular viaje a Ítaca, en donde, cómo le ocurrió al mítico Ulises, Ítaca representa el fin de su camino y objetivo.
Molist nos lleva, a través de su novela, a vivir la apasionante historia de los protagonistas secundarios que hicieron posible el engrandecimiento de la Corona de Aragón.
En El latido del mar, Jorge Molist, como suele ser habitual en sus novelas, describe situaciones y aventuras donde hay juramentos, conflictos, rehenes, espías y misiones peligrosas que se cruzan con los intereses personales y las diversas lealtades que sienten estos protagonistas, haciendo vivir al lector una epopeya en donde la mezquindad, el desprecio y las humillaciones libran una lucha continua con el honor, la gloria, la justicia y los valores humanos. Los protagonistas se ven envueltos en muchas dudas y controversias morales sobre cómo debe ser su vida, aunque tienen claro que la degradación de ésta les obliga a tomar decisiones en las que “su mano derecha no debe saber lo que hace la izquierda” y que la lucha debe ser encarnizada y violenta ya que “si ganas, vives; si pierdes, mueres”. Para Roger, su Ítaca lo era todo. “No sólo un pedazo de tierra y rocas ancladas en el mar. Era su anhelo íntimo, su pasión, su más querido deseo”.
Molist, como si fuese un trovador de esos tiempos, nos cuenta amores sublimes y amores pecaminosos que están dominados por las pasiones o por actos miserables y canallas, que van surgiendo entre los distintos protagonistas.
En los tiempos en que se desarrolla la novela, continúa vigente la afirmación realizada años atrás por el almirante Roger de Lauria referida al dominio marítimo del mar Mediterráneo, en donde decía:
“… y desde ahora ninguna nave se atreverá a cruzar este mar sin licencia del Rey de Aragón y ni siquiera los peces osarán asomarse fuera del agua sin la enseña de sangre y oro marcada en su cola”.
Al final del libro, Molist publica unas esclarecedoras notas históricas y mapas que centran el contexto del argumento del libro y ayudan a conocer las primeras décadas de la vida de Roger de Flor, que llegará a ser almirante de la flota aragonesa y general de las tropas almogávares.
Para seguir sabiendo sobre nuestra desconocida historia en el Mediterráneo, El latido del mar, junto con las ya mencionadas Canción de sangre y oro y La reina sola, son lecturas muy recomendables e imprescindibles.
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Autor: Jorge Molist. Título: El latido del mar. Editorial: Planeta. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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