La música de Talking Heads siempre estuvo hecha de muchas cosas diferentes, así que no resulta raro que la inspiración para una de sus mejores canciones viniera de ver una actuación en directo de Parliament-Funkadelic, un colectivo de funk y soul que lleva desde 1968 rotando músicos y mutando de forma, bajo la dirección general de George Clinton. En la música funk pillar una buena ola de ritmo y sonido que se lleve todo por delante es más importante que la letra que se cante (en eso tiene mucho en común con el flamenco, por ejemplo), y el objetivo es llegar a provocar reacciones como las que oyeron aquel día Chris Frantz y Tina Weymouth, batería y bajista de Talking Heads y pareja en la vida real: que el público se te arranque a cantar cosas como «burn down the house», «the roof is on fire» o «tear the roof off the sucker». O sea, a reventar y que pete todo. Inspirados por el groove de aquel concierto, entre los dos compusieron la melodía a modo de jam sin letras específicas y se la llevaron al resto del grupo (David Byrne y Jerry Harrison). A Byrne también le gusta componer así, diciendo palabras y frases sin sentido que sigan el sonido de la melodía, y la letra definitiva ya vendrá después, escogiendo de entre lo que se le ocurre. O se deja así, en plan stream of consciousness y que cada uno la interprete como quiera.
Talking Heads tuvieron 16 años de carrera principal, Byrne es ganador de un Oscar, un Grammy, un Tony especial y un Globo de Oro, y esta es la canción a la que más caña le daban en su directo, tanto que metían músicos extra para tocarla, uno de los cuales fue Bernie Worrell, uno de los propios miembros de P-Funk que aquel día estuvo en el escenario del Madison Square Garden inspirando a lo mejorcito de la New Wave ochentera. Aunque, teniendo en cuenta que existen más de DOSCIENTOS músicos que han sido acreditados alguna vez en al menos un disco de la «Funk Mob», igual tampoco era tan difícil conseguirlo. La gira que hicieron en 1983-84 con esta canción conseguía una locura tan grande del público que Byrne ordenó al grupo dejar de actuar en directo al terminar ese tour, Speaking In Tongues, al considerarlo una cima imposible de volver a conseguir. Sacaron tres discos más, pero nunca más tocaron en directo, excepto una única vez, cuando se introdujo a Talking Heads en el Salón de la Fama del rock and roll en 2002. Y esta fue la canción con la que cerraron, y por lo tanto la última que han tocado en su carrera.
Comercialmente tampoco es que tuviera mucho éxito en su tiempo (el peculiar uso de la voz que hace Byrne no se lo pone fácil al mainstream), pero se la ha recuperado a menudo para bandas sonoras en plan rebelde juvenil, y mucha gente la descubrió con la versión más pulida de Tom Jones y The Cardigans en 1999. En 2024 los americanos Paramore, adoradores de Talking Heads, la grabaron para un disco de homenaje, y llevan todo el verano de 2024 tocándola mientras telonean a Taylor Swift por Europa.
Vídeo original
Quemándolo en directo
Versión de Tom Jones y The Cardigans
Versión de Paramore
Letra y traducción
Estate atento, podrías conseguir lo que buscas.
Gente guay, extraña pero no una extraña.
Soy un tío normal.
Quemando la casa.
Agárrate fuerte, espera a que se acabe la fiesta.
Agárrate fuerte, nos viene mal tiempo.
Tiene que haber alguna manera.
Quemando la casa.
Aquí está tu billete, haz el equipaje.
Hora de saltar por la borda.
El transporte está aquí.
Lo bastante cerca, pero no demasiado lejos.
Baby, sabes dónde estás,
luchando con fuego contra el fuego.
Todo mojado, aquí podrías necesitar un impermeable.
Chantaje, sueños caminando a plena luz del día.
Trescientos sesenta y cinco grados.
Quemando la casa.
Érase una vez un lugar, a veces me escucho a mí mismo.
Voy a llegar en primer lugar.
Gente camino del trabajo, y baby ¿qué esperabas?
Va a estallar en llamas.
Quemando la casa.
Mi casa está fuera de lo normal.
Es verdad, no quiero hacer daño a nadie.
Algunas cosas seguro que se me pueden llevar por delante.
Quemando la casa.
Ningún sistema de apoyo visible, y aún no has visto nada.
Todo está pegado junto.
Y no sé qué esperas mirando al aparato de televisión.
Luchando con fuego contra el fuego.
En el bar de Lola, cuando ella está de humor, a veces te deja pedir una canción. Eso sí, te vas tú a la máquina, te la buscas y te la pones tú, y luego te las apañas con los aplausos o los abucheos de la concurrencia. Si algún zendadano se anima, que busque cambio en el bolsillo, pida la siguiente y nos cuente algo sobre ella.
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