Cuando los autores se deciden a escribir una novela histórica, se enfrentan a muchas más dificultades que si hubieran elegido escribir, por ejemplo, una novela negra, una de ciencia ficción, una costumbrista, etc. La principal dificultad es que el lector, por poca cultura histórica que posea, conoce de antemano qué ocurrió y cómo finalizó el episodio que narra el autor, cuestión que complica, y mucho, el desarrollo del libro que está escribiendo. El novelista histórico, al redactar su obra, debe esmerarse e incorporar elementos adicionales a sus diálogos. Esto implica dotar de intriga e emoción y que los diálogos que se ve obligado a ficcionar estén dotados de una pátina de credibilidad. De esta manera busca llenar el vacío que encuentra en su proceso de documentación, investigación y creación. Además, el desafío radica en sorprender al lector con aspectos que compensen el conocimiento previo que este tiene sobre el desenlace del episodio histórico. Esta primera dificultad siempre la ha resuelto de manera magistral Santiago Posteguillo en sus novelas históricas sobre Roma.
Desde joven Julio César aprendió que en todas las facetas de su vida, con independencia de lo que realizara, debía introducir alguna variable que le permitiese sorprender a sus rivales y enemigos. Durante ese tiempo no solo aprendió a crecer como persona, sino que también logró que sus rivales y enemigos le empezaran a temer, fundamentando su leyenda como mito.
Posteguillo, para poder narrar episodios tan conocidos de la historia que han sido relatados a través de cientos de libros y decenas de películas (como son el secuestro de Julio César por los piratas cilicios, la rebelión de los esclavos liderados por el tracio Espartaco, los diversos ascensos en el cursus honorum de César, sus enfrentamientos políticos con Cicerón y la facción senatorial de los optimates, la constitución de un triunvirato con Pompeyo y Craso para dominar el Senado y el inicio de sus cinco años como procónsul con imperium, etc.), debe emplear, como mencioné anteriormente, numerosos recursos literarios y estilísticos que confieran a la obra emoción, suspense, dotando a los personajes de una profundidad tal que resalte la singularidad de cada uno. Dado que muchos lectores ya conocen el desenlace de la trama, es esencial que cada personaje destaque por su propia personalidad.
Maldita Roma es un relato de los años del siglo I a.C., donde se gesta el final de la República. El lector, gracias a la extraordinaria narración de Posteguillo, se sumerge en diversas y emocionantes tramas que revelan detalles poco conocidos del mundo romano hasta el momento. El periodo histórico que abarca la novela está marcado por una incesante actividad política acompañada de muchos de esos episodios bélicos que caracterizaron los tiempos de los dominadores del Mare Nostrum. Además de la política y la oratoria, que hay mucha y muy buena, hay guerras, luchas, enfrentamientos, pasiones, amor, venganza, traiciones y, sobre todo, al ocuparse de narrar la vida de Julio César, abunda en estrategia.
Una vez más, Posteguillo inicia la narración de los años de la vida de César durante los primeros capítulos utilizando la fórmula de la analepsis. Alternando la secuencia cronológica de la historia, conecta momentos diferentes y lleva la acción hacia adelante y hacia atrás, logrando que la fórmula sea atractiva para el lector.
Maldita Roma es una novela que el autor decide subtitular como La conquista del poder de Julio César. Esto se debe a que, durante su ascenso al poder, el protagonista aprende que lo más duro y difícil no es lograr éxitos mientras se asciende a la cima de la república romana. La verdadera dificultad radica en saber desprenderse de todo lo que más aprecia y es más querido, estando dispuesto a despojarse de ello sin que le genere ningún conflicto. En esta carrera, los escrúpulos personales deben quedar al margen, pues solo constituyen un lastre pesado en el ascenso. El poder deshumaniza a César, convirtiéndolo en una rebelde marioneta que no se somete a los caprichos de sus rivales. En Maldita Roma, nos encontramos con una multitud de protagonistas de la historia de la República, tales como Catón el Joven, Cicerón, Calpurnio Pisón, Pompeyo, Catilina, Sila, Mario, Lucio Balbo, Tito Labieno, Divicón, Publio Licino Craso, Espartaco, Cleopatra (de niña), Ptolomeo XII, Bruto, Apolonio, Servila, Claudia, Pompeya, Calpurnia, Mitríades VI, Clodio, Aurelia, Julia (hija de César), etc. Además del impresionante elenco de personajes y de un ramillete de hechos históricos sobresalientes, en mi opinión, Posteguillo ha encontrado, en esta nueva publicación, algo más que la convierte en algo sublime. Al cerrar el libro, tengo la sensación de encontrarme ante la mejor novela de las escritas por Santiago Posteguillo.
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Autor: Santiago Posteguillo. Título: Maldita Roma: La conquista del poder de Julio César. Editorial: Ediciones B. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
Pues muy bien, Ramón. Me has convencido: ¡la leeré!