La actriz inglesa Ruth Wilson estrena este viernes directamente en internet True Things, un largometraje que produce junto a su expareja, Jude Law, sobre el relato de Deborah Kay Davies Verdades sobre mí, un drama contenido donde interpreta a una mujer constantemente presionada por la sociedad para que «haga lo correcto».
Protagonista de series como The Affair, Luther o Mrs. Wilson, su proyecto más personal sobre la alucinante historia de su familia —sus abuelos eran agentes del MI6 británico—, Wilson defiende a esta joven vulnerable que es Kate, tan inconformista como sola, sentada al borde del abismo, capaz de buscarse a sí misma en cualquier relación que pueda pasar por «normal», aunque todos sepan —ella la primera— que «ese chico no le conviene. Creo que Kate es alguien que está tratando desesperadamente de encajar. Le gustaría ser como su amiga Allison (Hayley Squires), o como quieren que sea su mamá y su papá. Y elige a un tipo, claramente inadecuado, al que trata de cazar para una relación conformista. En cierto modo —señala— él la ayuda, porque le hace que se sienta divertida, apetecible. Pero no funciona», explica Wilson.
Dirigida por la inglesa Harry Wootliff, True Things sigue a Kate Perkin, una treintañera que trabaja en una oficina de servicios sociales y que está atrapada en una rutina tediosa y frustrante. Deseosa de tener una pareja, un día se cruza con un chaval que acaba de salir de la cárcel por un delito menor, Blond (Tom Burke) y decide que puede probar fortuna con él. Pero, como cabe esperar, Blond no es todo lo buen chico que ella necesita: conectan sexualmente, pero ella se obsesiona. La relación salta por los aires en un maremágnum de frases y promesas, excesos de drogas y alcohol, y finalmente una incoherente invitación del chico para que Kate lo acompañe a la boda de su hermana en España. «La película habla de autorrealización. A lo largo del proceso, y a través de esta relación, ella está descubriendo quién es», explica Wilson.
Confiesa que interpretar a Kate la dejaba «más expuesta o vigilada, no sé, observada —señala Wilson—. Y Harry filmaba de una manera muy íntima, no me podía esconder. Y luego era muy complejo, porque es un personaje muy intuitivo, en cierto modo, determinista; es ella la que elige al chico. Yo quería que Kate fuera callada e introvertida en algunos aspectos, dejar que su imaginación fuese la que proyectase lo que este hombre podría ser», apunta.
Wilson no acaba de identificar el motivo por el que elige unos papeles u otros; con Luther, explica, al principio no quiso hacerlo: «Estaba haciendo una obra de teatro y no me gustaba el personaje, pero al final volvió a mí. Siempre es un poco misterioso. Suelen ser cosas que aterrizan en tu regazo en el momento en que estás listo para recibirlo. Realmente no sé cómo elijo, solo es instinto».
Y ha sido así en todos los casos, salvo en Mrs. Wilson, un proyecto que surgió «de una manera muy orgánica. Descubrimos esa historia hace unos 20 años. Yo nunca conocí a mi abuelo, pero a través de mi abuela descubrimos la historia en su totalidad. Descubrimos a todas esas otras mujeres y todo el proceso de convertirlo en un drama sucedió con bastante facilidad y bastante rápido. Fue un verdadero regalo para mi familia», asegura.
Tampoco tiene muy claro a dónde dirigirá sus pasos próximamente; le ha gustado producir, pero se siente en un momento de «momento de transición y cambio, aunque no sé qué significa eso», dice, entre risas. Y le gustaría dirigir, pero «no todavía». Otro sueño pasa por gestionar un teatro, como Antonio Banderas, se ríe. «Me encantaría ir a Málaga a trabajar a su teatro», afirma. True Things, por cierto, está rodada en parte en la ciudad andaluza. Fue su primera salida a rodar después de la covid-19 y lo recuerda como «una experiencia increíble».
A Wilson le hubiera gustado que la película se estrenase en salas, pero entiende que, en términos comerciales, se obtiene más con un lanzamiento en plataforma. «La gente ya no va tanto al cine, aunque yo todavía lo amo», afirma.
True Things estará disponible en España en Filmin a partir del viernes 24 de junio.
Sí, sí, las mujeres siempre sufren presión para hacer lo correcto y los varones no. En cualquier trabajo vemos que los varones pasan el día leyendo el periódico y presionando a las mujeres, incluida la jefa. Cualquiera que salga a comprar el pan verá al menos tres presiones sobre las mujeres para que hagan lo correcto antes de dar los buenos días. ¿A dónde vamos a ir a parar?
Falso. Todos, hombres o mujeres, recibimos presiones para hacer lo correcto o lo incorrecto. Como siempre, desde las cavernas, depende de uno mismo hacer lo correcto o lo incorrecto. Lanzar este tipo de opiniones al viento es el peligro de que cualquiera, por ejemplo un actor, se considere y lo consideremos un intelectual. Ni mucho menos.