¿Tienen los escritores algún papel relevante en el mundo?, ¿para qué sirven?, ¿son todavía necesarios?… Estas y otras preguntas son las que se plantea Carlos Fortea en un ensayo, Un papel en el mundo, en el que reflexiona sobre el presunto declive de los literatos en la sociedad contemporánea.
En este making of, Carlos Fortea desvela el germen de Un papel en el mundo (Trama).
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Probablemente, el primer germen de este libro nació durante un festival literario. Uno de esos en los que los ponentes de una mesa redonda no hacen más que quejarse: que la literatura ya no tiene el prestigio social que tenía; que los escritores ya no son portavoces de la inquietud social, o que al menos esa es la impresión que da; que los autores y autoras ya no tienen la presencia en los medios de comunicación de masas que tuvieron, en épocas anteriores, un Miguel Delibes o un García Márquez.
Pero no me soltaba la idea. En algún momento, corroído por las dudas, me empecé a preguntar si eso era cierto o si respondía al vicio nacional de quejarse de todo; me empecé a preguntar si era así, si siempre había sido así y, en caso de que no, por qué antes era de otro modo. Y acabé preguntándome si nosotros, que lanzamos papeles al mundo, que no podemos concebir el mundo sin poner palabras a flotar en él, tenemos todavía un papel en él.
De esa inquietud nació Un papel en el mundo. Y nació con la forma y la intención de un ensayo literario. Soy profesor, pero no quería hacer una investigación académica. Lo que me interesaba era buscar las causas de un estado de ánimo, y prefería fiarme para eso de las herramientas del modesto escritor que también soy: intuición, atención, juicio crítico.
Y la palabra escrita, usada como medio de indagación. Por eso, empecé a preguntarme de dónde venimos para haber llegado hasta donde estamos, pero sobre todo saber adónde vamos, y traté de que fueran las palabras, también las de otros, las que me guiaran en ese camino. Me remonté muy lejos, hasta los primeros relatos junto al fuego, y traté de buscar los hitos del camino que nos ha traído hasta el presente, pero tratando siempre de recordar que lo que quería saber es qué hemos hecho los escritores y qué hemos hecho mal, si es que tenemos parte de responsabilidad en ese ostracismo del que nos quejamos.
El resultado es el libro del que ahora estoy hablando. Un libro que responde a la vieja fe —yo soy muy partidario de creerme lo que digo, y hay frases que forman parte del acervo común de los escritores— de que la literatura está hecha sobre todo para plantear preguntas, antes que para dar respuestas. A lo largo del proceso de escritura, he ido repitiendo en alta voz las preguntas que me han ido surgiendo, y he osado responderlas cuando he pensado que no hacerlo era escurrir el bulto. Porque quiero más bien que esto sea una invitación a pensar juntos.
Ha sido un viaje grato. He aprendido cosas que no sabía, sometido a juicio contradictorio algunas “verdades evidentes” que no lo eran tanto, y buscado las líneas subterráneas que unen a los que hemos optado libremente por lo que en el libro resumo con las palabras cantar, contar, especular.
Ahora la pregunta pasa al fin de mis manos a las de los lectores: ¿Tenemos un papel en el mundo? ¿Cuál es nuestro lugar?
Y me siento, expectante, a esperar su respuesta. Vuestra respuesta.
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Autor: Carlos Fortea. Título: Un papel en el mundo. Editorial: Trama. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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