Último cuarto. El Zaragoza está 10 puntos arriba en el marcador. Bob McCalebb tiene la pelota. La bota y la bota; una y otra vez. Esperando un descuido de su defensor, como un luchador sacado del Arte de la guerra de Sun Tzu. Aguarda su turno para dar el zarpazo definitivo en una décima de segundo. Para desgracia del San Pablo, el fallo de nuestro jugador llega, y el base lanza una asistencia a la velocidad del rayo que Fran Vázquez culmina con un mate que hace retumbar la cúpula del Coliseum burgalés.
En ese preciso momento, es cuando me levanto y grito:
—Epi, ¡saca a Kolia, por Dios!
De repente se hace un gran silencio en el pabellón. Todo el mundo me mira, incluido el entrenador del equipo local que no entiende lo que le digo a voces.
4 horas antes
Me llega un WhatsApp de Samuel: no puede venir al partido. Es 6 de octubre. Quedan 2 días para mi cumpleaños. Mi regalo: ver un buen partido de baloncesto. Me da igual tener que hacerlo yo solo.
Hace escasos minutos que acabo de terminar el borrador de una novela que me ha hecho disfrutar como no lo hacía en los últimos años. Una magdalena de Proust con sabor a instituto, a sueños perdidos, a tardes gastadas en busca de la canasta imposible. Kolia me ha removido por dentro.
Le contestó a Samu que no pasa nada; otra vez será. Le escribo también a Leandro para decirle cómo he disfrutado con su novela.
No me importa tener que ir yo solo a ver al San Pablo. Quizás Kolia tenga unos minutos; le necesitamos.
30 años antes
No tengo claro si quiero ser Mike Philips o Chuck Aleksinas. Mike Davis también me vale. Y Claude Riley, por supuesto. Llevo 50 tiros seguidos desde 4 metros y he fallado muy pocos. En la canasta contraria hay varios chicos de mi edad jugando «un 21». Son 5. Me acerco hasta ellos. Les pregunto si les apetece jugar un partido.
Las fallo todas. Los balones que antes entraban fáciles ahora rebotan contra el hierro, el tablero, ni siquiera rozan el aro… En cambio, las del chico de las Converse rojas entran todas limpias. Entro a canasta con todo y me lo llevo por delante. Se da un golpe terrible contra el suelo de gravilla. A duras penas se levanta. Me disculpo.
—Perdona. No he medido bien la distancia.
—No pasa nada. Tranquilo.
—Me llamo Miguel. Aunque todos me dicen «Santa».
—Yo Leandro. Toma. Te toca sacar a ti.
Burgos. 6 de octubre de 2018
Está todo perdido. No hay nada que hacer. Es imposible remontar. Miro de nuevo al banquillo y no está Kolia. Esta tarde no toca milagro.
Termina el partido. Hemos perdido. Se me acerca un hombre sentado dos filas más arriba.
—¿Quién es ese Kolia?
—Un chico de 14 años. Mide dos metros. Quiere jugar en la NBA.
—¿En la NBA?
Me alejo sin darle más explicaciones. Ya le conocerá. En los próximos meses va a ser el jugador más famoso del basket nacional.
Burgos, 2 de mayo de 2019
He llegado antes a «Donde Alberto». Me he machacado de lo lindo en el gimnasio: 50 minutos de spinning, 30 minutos de máquinas. Me lo he ganado. Me pido un café solo y un pincho de tortilla —sin cebolla—. Al poco de sentarme, llega Leandro. Mira mi plato. Me dice que él no se lo ha ganado, pero que se va a pedir también uno —con cebolla—. Me deja un ejemplar de Kolia en la mesa. Es para mí. Está dedicado —con cariño; mucho—. Me emociono, aunque no se lo digo.
Comienza el juego. Nadie va a poder parar a Kolia. Lo dice Ramón Trecet. No hay nada más que añadir.
Leandro Pérez publicó el 7 de mayo Kolia en Planeta. El 21 se presentó en Burgos con la presencia de Epi, el entrenador del San Pablo, y de Javi Vega, el capitán del equipo burgalés.
Sinopsis de Kolia:
Si esta historia fuera una película, tendría que comenzar cuando más de nueve mil gargantas cantan el himno a Burgos en el Coliseum, unos segundos antes de que un Madrid liderado por Luka Dončić juegue contra el San Pablo. Como esta historia es una novela, empieza cuando Kolia tiene que encestar tres tiros libres para ganar el campeonato de España cadete.
Kolia tiene catorce años, mide dos metros, sueña con la NBA y ama el baloncesto casi tanto como a Vega, la dueña de la sonrisa más encantadora del universo. Gracias a sus padres, una jugadora de voleibol campeona olímpica y un entrenador que disputó con Petrović la final contra el Dream Team, tiene todo para triunfar. Pero, cuando Madrid, Barcelona y los Estados Unidos aparecen en su horizonte y le comparan con Sabonis, Shaq y los Gasol, algo inesperado le hará replantearse su destino. Una novela con sueños, pesadillas y reconquistas.
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Autor: Leandro Pérez. Título: Kolia. Editorial: Planeta. Venta: Amazon y Fnac
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