Nada más terminar de escribir mi libro Inmigración: ¿realidad, fenómeno o problema? y a la vuelta de mi intervención en las jornadas de Letras en Sevilla sobre la misma temática me llegó una solicitud de reunión por parte de la Esfera de los Libros. Querían que hiciera un libro sobre algo que he trabajado desde hace bastantes años: el proceso de derechización de Europa y sus causas. No me lo pensé mucho, acepté y me metí de lleno en la tarea, comprometiéndome a tenerlo terminado en diciembre para que Por qué el obrero vota a la derecha estuviera listo en la próxima feria del libro de Madrid.
Soy plenamente consciente de que los temas tratados en este libro son polémicos y que, aunque creo que el estudio va a tener un buen impacto y a obtener el reconocimiento que merece, también creará una reacción adversa, de odio, criminalización y cancelación política. Pero de eso precisamente va este trabajo: esta no es más que otra de las causas por las que cada vez existe un rechazo mayor a las imposiciones de la nueva izquierda y de la dictadura de lo políticamente correcto, empujando a la gente a apoyar a formaciones o movimientos cada vez más radicales y en la mayoría de los casos de tendencia populista y derechista.
Hace mucho tiempo que aprendí que en la sociedad en que vivimos es necesario sacar fortalezas de las flaquezas, saber incluso aprovecharse de la cultura del odio y de la cancelación y conseguir que no te paralicen y usarlos en tu propio beneficio. Cuando recibí presiones, amenazas, campañas de difamación y de odio e incluso intentos de ataques a mis presentaciones del libro sobre la inmigración, lo único que consiguieron fue que mi libro se pusiera el número uno de ventas en Amazon en las categorías de ensayo, teoría política y estructuras y procesos políticos.
En el presente trabajo he tratado y desarrollado de forma extensa y minuciosa todos y cada uno de los factores que considero que crean un rechazo cada vez mayor entre los trabajadores y que les atraen hacia posiciones que sí dan respuesta a sus necesidades, cuestión que la izquierda dejó de hacer hace ya décadas. Desde la cuestión de clase, la ideología de la nueva izquierda y la batalla cultural, pasando por todos los aspectos concretos que afectan a los trabajadores y finalizando con la propia realidad de la derecha radical y cómo han conseguido hacer una contra efectiva a la izquierda y llegar a amplias masas siendo capaces de ponerles entre la espada y la pared en múltiples países, incluso a nivel internacional.
El trabajo que sigue a estas líneas está realizado desde la honestidad intelectual, en una época en que esta escasea, sobre todo con respecto a ciertos temas, y cuando solo se busca el aplauso fácil, aunque vaya en contra de cualquier sentido de la integridad y de la búsqueda del conocimiento. La intención de este ensayo no es otra que arrojar un poco de luz sobre una cuestión que ya es de una gran relevancia, que sin duda no hará sino crecer y que en los próximos años y décadas sin duda va a ir a más. Mi intención es contribuir con mi granito de arena a elevar la conciencia crítica y a la resolución de los grandes retos a los que se enfrenta nuestra sociedad.
Espero, pues, que el lector disfrute de estas páginas y que le sean útiles para analizar nuestra realidad material.
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Autor: Roberto Vaquero. Título: Por qué el obrero vota a la derecha. Editorial: La esfera de libros. Venta: Todostuslibros
Buenos días. Confieso que no he leído el libro aunque me gustaría hacerlo. Pero si puedo dejar mi opinión al respecto, basada en mi propia experiencia personal de alguien que ha votado toda su vida a la izquierda, en especial al psoe y últimamente vota a la derecha menos radical. Vaya por delante que mis recientes votos no son ilusionantes ni por cambio de ideología. Mis votos son exclusivamente de castigo, contra una izquierda que ya no siento que me represente, que ha olvidado sus principios fundacionales (en especial la universalidad de sus luchas) y que parece se ha convencido de la imposibilidad de resolver las cuestiones fundamentales que motivaron su nacimiento, y que por ello se dedica ahora a cuestiones livianas (como la lucha casi fascista por la igualdad -supuesta- de géneros, olvidando la verdadera igualdad de las personas sean del tipo, clase y género al que pertenezcan e, incluso, dañando los postulados del, para mi, verdadero feminismo). Y ya ni hablamos del pactismo contranatura con independentistas, terroristas y populistas de una supuesta izquierda. Tampoco hablamos de la corrupción vertebrada y esencial, al parecer, para el partido y su supervivencia y que hace olvidar el fundamento de los «cien años de honradez», y es que la izquierda sólo puede tener sobre la derecha un único mérito: la ética. Ésta no es la izquierda que me gusta ni ya me representa, y voto a la derecha menos reaccionaria como mal menor. La izquierda actual ha olvidado lo esencial y se ha quedado sólo con lo accesorio, como dando por irresolubles los grandes problemas de la gente, todo ello confirmado a nivel internacional por el capitalismo como sistema económico de China y de la antigua URSS. Dan asco con todos los millones y millones de vidas que costaron los planteamientos iniciales. Ya sólo existe la izquierda como tapujo para esconder sus fracasos históricos y mantener sus inútiles estructuras de poder y a sus frívolos mandamases, que dan más valor a su agarre al poder y a sus construidos y artificiales relatos de una supuesta realidad, y a la forma más que al fondo de las cosas. Tenía que decirlo. Gracias.