El escritor Fernando Sánchez Dragó (Madrid, 1936) ha fallecido esta mañana de un infarto en su casa de la localidad soriana de Castilfrío de la Sierra (Soria), según han informado a EFE fuentes familiares..
Nacido el 2 de octubre de 1936 en Madrid, este escritor y periodista, que se declaraba soriano de adopción, aseguraba que todo lo que hizo en la vida fue para escribir, de tal forma que sólo la vocación literaria era para él lo categórico. Lo demás, decía, eran anécdotas. Escribir 365 días al año, como aseguraba, le dejó tiempo no obstante para crear su «elixir de la juventud»: con 80 años decía tomar una media de 70 pastillas al día, eso sí, de productos naturistas para luchar contra los estragos del tiempo, en una doble vocación «de curandero y cobaya». Y cuando llegó a esa avanzada edad decía vivir como a los 20 años, llevando una «vida peligrosa», porque la juventud era para él «una vocación».
Licenciado en Filología románica y lenguas modernas (italiano), en 1967 se trasladó a Japón para impartir clases en la Universidad de Lenguas Extranjeras Gaigo Daigaku y de Historia del Pensamiento Español en la Imperial de Tokio, así como en la Escuela diplomática nipona. Entre los setenta y ochenta fue profesor de Lengua e Historia de España en las universidades de Dakar (Senegal), Fez (Marruecos), Amman (Jordania), Nairobi (Kenia), Imperial de Tokio y Nacional de Tsukuba (Japón). También fue corresponsal de prensa en varios países.
En su oficio de escritor obtuvo el Premio Nacional de Ensayo (1979) y el Premio Planeta (1992) y practicó varios géneros literarios. Entre sus ensayos, está Gárgoris y Habidis: Una historia mágica de España, cuatro tomos por los que ganó el Premio de Ensayo en 1978 y que volvió a tratar en La España Mágica: Ideas para una nueva política cultural. Finisterre (1984), Del priscilianismo al liberalismo y Volapié: Toros y Tauromaquia, son otros títulos. Finalista del Premio Planeta en 1990 con su novela El cuerno de oro, dos ediciones después consiguió el Planeta con La prueba del laberinto.
También dirigió programas en televisión sobre literatura: el primero Negro sobre blanco, en La 2 de TVE, después en Telemadrid presentó Las noches blancas, entre 2005 y 2012. En 2015 volvió a La 2 de RTVE con Libros con uasabi, un programa literario en el que abordaba las novedades más destacadas de las letras en compañía de su hija, Ayanta Barilli, la periodista y escritora Anna Grau, y la actriz María Pedroviejo.
Era hijo del periodista Fernando Sánchez Monreal, asesinado a los 27 años por un grupo de falangistas en la Guerra Civil. En entrevistas, Fernando Sánchez Dragó recordaba cómo en 1956 fue detenido por antifranquista y se enteró por la propia policía durante los interrogatorios de que a su padre lo mataron los franquistas y no los republicanos, como él había creído en su infancia y juventud. Formó parte del Partido Comunista y estuvo exiliado.
Desde 1993 apoyó al Partido Popular de José María Aznar y en las elecciones de 2018 a Vox, además de publicar una obra sobre su líder, Santiago Abascal: La España vertebrada (2019). Precisamente, fue el «cerebro» de la candidatura de Ramón Tamames a la presidencia del gobierno en la reciente y fracasada moción de censura que Vox presentó contra Pedro Sánchez, cuyo debate presenció desde la tribuna de invitados del Congreso de los Diputados. El presidente de Vox, Santiago Abascal, contactó con Tamames a propuesta de Sánchez Dragó, su amigo desde que en 1956 se afilió al Partido Comunista de España (PCE) y ambos estuvieron juntos en la cárcel.
En 2010 se vio envuelto en una polémica por las declaraciones que hacía en el libro Dios los cría…, donde aseguraba que había mantenido relaciones sexuales con dos «zorritas» japonesas de 13 años, aunque luego matizó que se trataba sólo de «ficción», unas relaciones que negó aunque sus declaraciones provocaron que el comité de empresa de Telemadrid, cadena en la que dirigía y presentaba el programa Las noches blancas, pidiera la rescisión «inmediata» del contrato del escritor.
———————
Autora del artículo: Carmen Naranjo (EFE).
Grande de España y del extranjero. Cantamañanas genial, escritor imprescindible, polémico polemista, soñador a tiempo completo, soriano heterodoxo, español hasta las cachas, fabulador siempre. Bon voyage! Te vamos a echar de menos, cabrón.
Traer aquí aquella polémica sobre sus (supuestas) aventuras de alcoba con dos menores ya son ganas de enredar. Qué mezquindad. Era un provocador elegante. Sus programas sobre libros eran divertidísimos (yo recuerdo verlos con 14 y 15 años) e hicieron que muchos nos aficionáramos a la lectura. Descanse en paz.
¡Vaya pobre homenaje de una página literaria a un gran difusor de la lectura y la escritura como fue Sánchez Dragó! Si mezclan política y literatura van mal.
Qué pena da ver cómo se pone de perfil el personal. Me quedé a escuchar en Radio Nacional un programa que dice ser de cultura «Ojo crítico» para ver si le dedicaban algún comentario que no fuera su personalísima manera de relacionarse con el mundo… nos colaron una entrevista con Almodóvar. Este país es realmente patético. Fernando era un valiente hombre culto que desparramaba vida y que nos ha dejado con las ganas de seguir teniéndole entre nosotros. Siento su pérdida.