«He vivido con impotencia y angustia al oír las ambulancias pasar cada dos minutos”, cuenta el escritor italiano Sandro Veronesi sobre 2020, un año que en su caso también le ha traído «satisfacción y alegría» por el éxito de su última novela, El Colibrí, una historia de positividad.
La novela, galardonada con el premio Strega 2020, máximo reconocimiento literario en Italia, ahora ha sido publicada en español por la editorial Anagrama, con traducción de Juan Manuel Salmerón, y en catalán por Periscopi, con traducción de Pau Vidal.
El Colibrí narra la historia de Marco Carrera, un oftalmólogo de Roma a quien de niño su madre llamaba «colibrí» por su baja estatura, pero que también define su actitud de «mantenerse en el aire», con la que afronta varios conflictos vitales.
Veronesi, autor de obras reconocidas como Caos Calmo o Profecía, explica que El Colibrí viene de la parte «más oscura y angustiosa» de sus novelas de los últimos 20 años, de cuestiones que no había desarrollado pensando que ya había explorado bastante y que le ha supuesto «un esfuerzo de confrontación» consigo mismo.
El novelista comenta que esta exploración ha supuesto «un acto de valentía pequeño», que, matiza, «nada tiene que ver con el valor que están mostrando sanitarios frente a la pandemia, o de los que salvan vidas en el Mediterráneo», tema, este último, del que redactó recientemente un ensayo.
«Se trata más bien», prosigue Veronesi, «de un acto privado», de pescar dentro de sí mismo, en «una bodega enmohecida donde hay acumulados objetos y telarañas», y de encontrar así «un sentido de la humanidad que estaba oculto», algo que le ha hecho descubrir «una actitud de positividad» en él.
De este modo, explica que en la creación de su última novela quiso «romper con la tiranía del tiempo cronológico, porque quería que el lector y yo tuviéramos muy presente que había un mañana», y por ello, el relato se lee tal y como está escrito.
La idea de mantener la esperanza es una piedra angular de la novela, un espíritu que Veronesi quiere transmitir ante «un momento terrible donde tenemos la seguridad de que mañana será peor que hoy».
El escritor, nacido en 1959 en Florencia, se considera «hijo de los 70» y con El Colibrí apela a la necesidad de regresar a una época anterior en la que el bienestar llegaba a todo el mundo, y considera que la literatura y el arte en general pueden contribuir a superar momentos difíciles y revalorizar las cosas.
Veronesi ejemplifica esta idea con la canción que Bob Dylan lanzó en mitad del confinamiento, «Murder Most Foul», que para él supuso un golpe de optimismo: «si Bob Dylan es capaz de hacer una canción así ahora mismo, por qué voy yo a abandonar la esperanza de volver con mis hijos o nietos?», se preguntó.
El Colibrí, como otras obras anteriores de Veronesi, también habla de «vida, muerte, sufrimiento y resiliencia», así como de «amor», un concepto que el italiano concibe desde del psicoanálisis, que cree que sustituye a la filosofía en el pensamiento actual.
“El amor es la capacidad de reorientar aquella energía vital que habíamos puesto en alguien a quien queríamos y que se nos devuelve cuando lo perdemos”, define el autor, que afirma que a través de su novela muestra la importancia de «retomar esa fuerza vital y no dejar que muera».
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