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Sangre en el asfalto

Casualmente comienzo esta reseña bajo los soportales de vía Valdonica, en el centro de Bolonia, donde asesinaron a Marco Biagi.

Mario Calabresi nos escribe esta escalofriante historia en 2007, 35 años después del asesinato de su padre en 1972. Él tenía dos años, pero durante su adolescencia sintió la necesidad de buscar respuestas, descubrió la hemeroteca de la biblioteca Sormani y la Filmoteca, aprendiendo cómo la prensa crea opinión al leer el linchamiento público a su familia que acometía el semanario Lotta Continua. 

Desde diciembre de 1969 y durante toda la década de los 70, Italia vive los años de plomoY es que cuando las balas y los explosivos dominan la calle, el olor a pólvora neutraliza la vida que no puede seguir un curso normal. Las balas y la muerte suelen ser grandes compañeras de viaje. 

"Como ha declarado Mario Calabresi, en este libro trata de restaurar la memoria colectiva en torno al terrorismo y sus víctimas"

Militantes neofascistas, en colaboración con los servicios secretos italianos, siembran el terror en una Italia convulsa. De un lado nombres conocidos en la política italiana, como Giulio Andreotti, Silvio Berlusconi, el Banco Ambrosiano, el Movimiento Social Italiano (hoy Hermanos de Italia, al que pertenece la primera ministra Giorgia Meloni), del otro lado asesinatos como los de Pier Paolo Pasolini, Aldo Moro y otros 413 más, que entre 1969 y 1988, las Brigadas Rojas y el «terrorismo negro» neofascista llevaron a cabo en 15.000 atentados.

Como ha declarado Mario Calabresi, en este libro trata de restaurar la memoria colectiva en torno al terrorismo y sus víctimas. Un terrorismo que solo deja dolor, destrucción y personas solas y olvidadas.

Como le confiesa la hija de Antonio Custra, otro policía tiroteadollevo años negándome a saber, sin atreverme a afrontarlo, la sangre en el asfalto cambia las vidas de aquellas personas que quedan tras la muerte y nunca recuperan ese camino que recorrían juntos. Todo se torna diferente, su padre es asesinado quince días antes de nacer ella y su madre queda viuda con veintitrés años.

Calabresi se aferró toda su vida a dos recuerdos que tenía de su padre y con ellos excavó un espacio particular para conservarlos intactos. Pero la verdad, sin embargo, no encontró lugar en la frenética confrontación de aquellos años.

"Cuando alguien encuentre el término medio para reinsertar a personas que han asesinado y no denigrar a quienes mataron, que aún está por descubrir, sería un problema moral resuelto digno para otorgarle el Premio Nobel de la Paz"

Mantiene con Francesca Marangoni un interesante encuentro en el que se revela cómo nadie les puede devolver lo que ya no existe, porque algunos creían estar en una guerra que decidieron por su cuenta y se pusieron a disparar. Dice: Las Brigadas Rojas, llevan consigo un aura de personas comprometidas, cuando solo eran unos desgraciados que llegaron a la lucha armada para redimir vidas sin perspectivas, personas pobres de ideas y de espíritu.

Llegan los años de las reinserciones de los asesinos y se abre el debate: Calabresi concluye que el país está aquejado de un analfabetismo en cuanto a sensibilidadporque no se puede equiparar entre el que asesina y el asesinado, porque éste nunca tendrá otra oportunidad.

Tras el fin de una época de terrorismo siempre ocurre lo mismo, los que han matado solicitan su “reinserción” y los asesinados siguen bajo tierra, se manipula maquiavélicamente el lenguaje, se crean dos bandos que nunca existieron, se habla de “lucha armada”, “ideas políticas”, cuando en realidad era un asesinato tras otro, se reseña como “conflicto político” cuando era una cacería, simplemente se reescribe una historia infame que fue de miedo, horror, extorsión y disparo en la nuca.

"El perdón tiene dos caras, la del que lo pide y quien lo otorga, pero el perdón y el dolor no son antagónicos, como tampoco lo son la reinserción y el arrepentimiento"

Cuando alguien encuentre el término medio para reinsertar a personas que han asesinado y no denigrar a quienes mataron, que aún está por descubrir, sería un problema moral resuelto digno para otorgarle el Premio Nobel de la Paz. Un buen comienzo son las palabras de la madre del autor: […] he tratado de vacunaros contra la pereza, contra el odio, contra la maldición de convertiros en víctimas rabiosas. Esto no significa ser sumisos o enterrar la cabeza en la arena. Significa luchar por alcanzar la verdad y la justicia y seguir viviendo […] no dejarse ganar por la cultura de la muerte.

El perdón tiene dos caras, la del que lo pide y quien lo otorga, pero el perdón y el dolor no son antagónicos, como tampoco lo son la reinserción y el arrepentimiento. Quien perdona no tiene que olvidar, porque la memoria es lo único que puede evitar la repetición. Cuando asesinan a un ser querido, se llevan una parte de tu vida que nunca volverá. Los que quedan lo apuestan todo al amor por la vida para respetar la memoria.

Este libro se escribe sustentado en la cruda historia del perdón, del olvido, de la superación, de la memoria y de vivir pasando página para re-vivirEs un libro para reflexionar sobre el terrorismo, sobre las segundas oportunidades de los asesinos y las inexistentes para los asesinados.

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Autor: Mario Calabresi. Título: Salir de la noche. Traducción: Carlos Gumpert. Editorial: Libros del Asteroide. Venta: Todostuslibros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

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