El escritor Santiago Roncagliolo considera que Perú «está en un momento muy triste», ya que «no es solo que sea un Estado fallido, es que es una sociedad fallida», y asegura que el problema reside en que ya nadie cree «en nada» del sistema político.
Roncagliolo (Lima, 1975), que vive en España aunque visita asiduamente su país natal, sostiene en una entrevista con EFE que a estas alturas se considera «un extranjero en todas partes».
«Discutir conmigo de política es muy cómodo porque me mandan a mi país en todos los países. Los peruanos dicen que no puedo opinar porque vivo en Europa y los europeos, porque soy peruano«, explica.
Precisamente sobre sentirse extranjero trata su libro Lejos. Historias de gente que se va, un volumen de doce relatos que ha ido escribiendo a lo largo de veinte años sobre «historias de las ganas de largarte, de lo que encuentras cuando te largas y de empezar a ser otra persona en un lugar distinto de donde creciste». En un mundo cada vez «más tribal», a este escritor le ocurre con frecuencia que alguien le diga que no pertenece «al grupo correcto para opinar», en la idea cada vez más frecuente de que «tienes que ser de los nuestros, sean quienes sean los nuestros», afirma.
«En general creemos cada vez menos en la razón, en los líderes intelectuales y políticos, y por eso somos cada vez más tribales y nos refugiamos en un grupo que nos haga sentir seguros. Está ocurriendo en todas partes», dice Roncagliolo, que califica de muy triste la situación que vive su país.
El único debate político que hay en Perú «es si deberíamos echar a cada político y meterlo preso ya, o deberíamos esperar unos meses para echarlo y meterlo preso», sostiene el escritor.
Aunque no escribió los doce relatos pensando en convertirlos en un libro, se dio cuenta de que componían una especie de autobiografía, dice Roncagliolo, autor también de siete novelas que han sido publicadas en veinte idiomas y ganador de los premios Alfaguara (España) e Independent Prize of Foreign Fiction (Reino Unido).
«El libro habla de cosas muy íntimas, de prófugos de sus propias vidas, no de situaciones sociales; de emigrados, no de inmigrantes, de gente que está buscando un lugar que quizá no existe», dice este escritor que se siente «extranjero en todas partes».
Y tampoco los personajes de sus cuentos saben a qué tribu deberían acoplarse, indica el autor, quien cree que el precio de la libertad es la soledad.
«Es más fácil vivir repitiendo los eslóganes de la tribu. La mayor parte de las opiniones sobre el mundo no tienen que ver con nuestra propia idea porque no tenemos zorra idea del mundo. Tienen que ver con quién queremos ser amigos, quién queremos que nos acepte y de qué tribu queremos formar parte», recalca.
Para Santiago Roncagliolo, «tu país es la gente que te quiere y por eso el amor es un tema importante de mi libro, porque la gente de la que se enamoran mis personajes son su tierra, lo único a lo que se pueden aferrar».
Te rebelas contra Roma y acabas regresando a la tribu. Es una verdad histórica que todo el mundo puede ver. Doscientos años de paz, orden y progreso. No podía durar tanto.