El autor y librero Xacobe Pato comenzó escribiendo anécdotas, recuerdos y pequeñas historias en Instagram y ahora ha decidido reunirlas todas en Seré feliz mañana (Espasa), un diario en el que, según cuenta en una entrevista con Efe, narra los «pequeños detalles de la vida cotidiana».
De la misma forma que los músicos comparten su música a través de canales de Youtube o los artistas o fotógrafos hacen lo propio en Instagram, Xacobe Pato decidió que sus escritos, íntimos, personales, también podían llegar a la gente a través de las redes sociales y se dispuso a ello, colgando en Instagram un texto una vez por semana.
«Al principio eran muy poquitos los lectores que tenía, pero entre ellos estaba mi editora, que me animaba a seguir», afirma el escritor, que reconoce que tuvo algo de miedo a que sus textos «no le gustasen a nadie o fuesen directamente considerados como malos».
«Tú puedes juzgar el trabajo de otro con cierta libertad pero luego el tuyo es complicado juzgarlo», afirma Xacobe, que indica que poco a poco sus cuatro lectores se convirtieron en 8, y de 8 a 16 y así fueron creciendo hasta alcanzar los 15.200 que tiene actualmente en Instagram.
Sin embargo, a Pato no le gusta traducir en «lectores» el «número de seguidores», pues cree que hay «algo de humo», así que «intenta decepcionarlos cuanto antes» para que se queden solo «los que de verdad le leen».
En sus textos, Pato capta la cotidianidad de una vida, la suya, en forma de diario, aunque irremediablemente es un reflejo de «la vida de todos», en la que caben «momentos absurdos, momentos tristes y momentos felices», además de «lecturas, anécdotas o recuerdos», que se entremezclan entre «el pasado, el presente y el futuro».
«El diario es un género muy libre que te permite escribir sobre lo que te apetece porque es el género que más se parece a la vida», asegura este autor, que tras su éxito en Instagram decidió reunir los textos que había escrito entre 2018 y 2019 en una publicación, Seré feliz mañana, ya disponible en librerías.
El título proviene, según cuenta Pato, de una canción de la banda ‘Carolina Durante’, que tiene un verso que dice ‘Seré feliz otro día», con el que el escritor viene a «posponer la felicidad» de la misma manera que se pospone un despertar «cuando suena la alarma de un despertador», buscando «dos minutos más de sueño».
«La felicidad es como un concepto muy grande que a veces nos pesa demasiado y a lo mejor ni siquiera nos ayuda a caminar más ligeros. Yo prefiero fijarme más en lo pequeño, en el detalle, más allá de las grandes palabras y los grandes acontecimientos», afirma.
Y así se traduce en su libro, que está plagado de momentos íntimos y sensaciones mundanas, como la felicidad que se desprende de los tuppers de una madre, de una puesta de sol o de escuchar en vivo tu banda favorita. Todo ello con mucho humor e irreverencia, dejando muy claro lo «absurda que es a veces la vida».
«Creo que la gente se puede sentir identificada. Es lo que más me suelen comentar los lectores. Al final todos tenemos unas experiencias parecidas a lo largo de la vida, ya sean dramáticas, divertidas o absurdas. Todos nos hemos sentido la mejor persona del mundo cuando devolvemos al panadero los 30 céntimos de más que nos ha devuelto por equivocación», asegura.
No en vano, según el autor, la vida de las personas «no está plagada de grandes acontecimientos», pero «tiene muchos días»: «Cuando escribes un diario empiezas a vivir de otra forma, porque te empiezas a fijar más en los detalles y en las historias que hay detrás de las personas», explica.
Pato reconoce que «hay algo de pudor» a la hora de escribir sobre él, aunque considera que el lenguaje literario es «de tú a tú», una conversación «íntima» entre el que escribe y el que lee, de forma que acaba sintiéndose «muy cómodo».
«Leyendo mis textos se puede llegar a saber muchas de las cosas que soy, pero al final el relato solo debe reflejar una pequeña parte de la historia para dejar el resto a interpretación del lector», explica Pato, que considera que hay espacios en blanco entre texto y texto «que es el lector el que tiene que interpretar» al ser algo que forma parte «del juego».
Como librero en la librería compostelana Cronopios, Pato sabe que el diario es un género «minoritario». Sin embargo, asegura que continuará por ese camino, ya que, según dice, «la forma acelerada en la que vivimos» da pie a este tipo de narraciones».
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