Comienza su libro Sergio Fernández (Toledo, 1981) con una frase que funciona como un jab: “La noche que te parten la cara empieza igual que todas las demás noches”. El portero (Planeta, 2023) es la autobiografía del portero de TikTok, un tipo que, en la citada red social, cuenta con 2,7 millones de seguidores. Un tipo que quiso ser futbolista, que pringó en un Bodybell y en una gasolinera, entre otros sitios, que compitió como strongman en Uzbekistán, que aprendió el oficio por el que es conocido en la Joy Eslava, que se convirtió en —disculpen el palabro— influencer a instancias de su hijo y que, tras ser entrevistado por el camarada Álex Fidalgo en su podcast, se empadronó en el territorio libre y literario de Zenda. Aquí conversamos sobre su vida, obra y milagros:
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—Señor Fernández, ¿qué palabras escribe usted con mayúscula?
—“Hijos”, “Familia” y poco más. En mi vida, lo primero son mis hijos y mi familia. Las demás palabras las escribo en minúscula.
—¿Y qué palabras que, en general, son escritas con mayúscula no son santas de su devoción?
—“Dinero”, sin duda. Ojo: todo el mundo necesita dinero para vivir. Yo lo necesito simplemente para eso: para vivir. En el año que llevo en las redes sociales me han ofrecido muchos contratos para firmas, marcas y demás, y no he promocionado más que Zenda, para fomentar la lectura entre los jóvenes. Lo que gano con mis redes no es una cantidad de dinero gigante. Simplemente, me da para vivir, que es lo que necesito.
—¿Qué ha aprendido del Homo sapiens siendo portero de discoteca?
—He aprendido a respetar más. No sabes con quién te estás enfrentando. Y faltar el respeto a alguien que puede ser la persona equivocada te puede llevar al hospital o a la tumba.
—Reformulo la pregunta: ¿qué ha aprendido de la condición humana?
—De la condición humana he aprendido que hay de todo, y que todo el mundo, cuando bebe o se droga, cambia. Una persona que en su vida cotidiana es amable y cordial, una vez que bebe, puede ser la persona más odiosa del mundo.
—¿Y qué ha aprendido de sí mismo?
—Muchas cosas: que puedo hacer más cosas de las que creía, que tengo más paciencia de la que imaginaba y que puedo ayudar a más gente de lo que creía también.
—Afirma que los medios han dado una imagen de los porteros que no se corresponde con la realidad.
—Es evidente que en las noticias no hemos visto nunca cosas del tipo “Un portero impide que a una chica la violen” o “Un portero impide que un chico sea agredido por parte de otros chavales”. Nunca lo hemos visto o escuchado en un medio de comunicación. Yo no lo he escuchado, y mira que presto atención. Sí que hemos escuchado cosas como “Porteros dan una paliza de muerte a un chico”, “Porteros matan a otro chico”… Eso hace que la gente tenga una percepción equivocada de los porteros. Y hay de todo.
—Porque usted ha salvado una vida y ha evitado una violación.
—Sí, sí. De hecho, no he podido contar todos los casos que he tenido durante mi vida de portero. Si no, hubiera publicado una Biblia (risas). Tenía que tener un máximo de hojas para el libro, y así lo hemos hecho. Pero sí, lo que hago yo lo hace mucha gente. Sé que hay porteros que son unos cabrones, que no tratan bien a la gente, que son irrespetuosos y bordes, que se pasan de chulos o de serios, pero la mayoría, la gran mayoría, no lo somos. La mayoría queremos trabajar de la mejor manera posible, que nos paguen y salir para casa.
—¿Con qué objetivo graba y publica sus vídeos en TikTok?
—Empecé, simplemente, por un hobby. Dije: “Bueno, vamos a probar esto, a ver qué tal se da. Si tengo algún ingreso más, de maravilla”. Ni mucho menos imaginaba que iba a llegar a convertir mi actividad en las redes sociales en una imagen para concienciar a la gente, a los chavales y a los no tan chavales. Siempre lo digo: mis redes sociales son para concienciar a la gente que sale, pero también a la gente que trabaja por la noche. El que se piense que estoy aquí para defender a un gremio, está equivocado. De hecho, muchas veces hago vídeos en los que dejo mal la imagen del portero para hacer ver a la gente cosas que ocurren.
—Cuenta, al final de El portero, que “los líos en la discoteca han bajado” y que quiere pensar, como algunos de sus compañeros, “que hay algo que sí tiene que ver conmigo”.
—Sí. La gente ha visto que soy un buen tío, que estoy ahí currando para ellos al final, y que lo único que quiero en la discoteca, o que queremos, es que no haya problemas. Desde que empecé en las redes sociales, al poquito dejamos de tener problemas. Y un compañero me lo dijo: “¿Te das cuenta de que, desde que estás con los vídeos, no hemos tenido que sacar prácticamente a nadie, ni hemos tenido peleas ni nada?”. Pues es verdad. ¿Casualidad o no? Es un hecho.
—También escribe que “la noche no cambia, pero, poco a poco, tú sí”, que “las cosas que antes te daban igual ahora te cansan más”. ¿Como por ejemplo…?
—El aguantar a los borrachos. Imagino que debe ser, por ejemplo, como cuando una cajera de supermercado lleva muchos años de su vida haciendo su trabajo: cuando has pasado productos por la caja tantas veces, acabas hasta el gorro. Pues la noche es igual. Al final, nosotros estamos ahí aguantando a muchos borrachos. Y aguantar a los borrachos y a los drogados, para mí, es lo peor. Aguantar, tener paciencia con ellos y hacer como si nada… es lo peor.
—Y, antes de todo eso, estuvo en Uzbekistán compitiendo en el campeonato del mundo de strongman.
—Esto es como ha sido mi vida siempre: las cosas han ocurrido como un rayo que entra y te parte por la mitad. Me llegó lo del strongman como lo de ser influencer en las redes sociales: muy rápido. Me apunté a un gimnasio en el que se practicaba ese deporte, el entrenador me dijo que tenía fuerza y cualidades y, seis meses más tarde, estaba compitiendo en Uzbekistán.
—Meses en los que estuvo jodido.
—Estuve entrenando muchísimo. Claro, arriesgas con el cuerpo entrenando tan fuerte. Me rompí el pectoral izquierdo levantando 240 kilos en press de banca. Eso me llevó a estar en el hospital, en la UVI tres días. Casi pierdo la vida. Después, casi pierdo el brazo, dijeron que me lo tenían que amputar, fue caótico, dije que no volvería a tocar un hierro y, sin embargo, a los pocos meses estaba en Uzbekistán (risas).
—Escribe que usted nunca quiso “ser portero”. Cuando era niño chico, ¿qué quería ser de mayor?
R: Futbolista. Lo tenía clarísimo. Si no, policía o bombero. ¿Portero? Jamás lo había pensado. Eso llegó después, con el tiempo y la necesidad. Mi hermano estaba trabajando en la noche ya, a mí me hacía falta ganar más dinero, y le pedí trabajo.
—Pasemos del pasado al futuro: ¿qué planes tiene para su mañana más inmediato?
—Estoy creando una empresa de controladores de acceso para Madrid, en la que no sólo van a tener el carné de controlador de acceso, que el examen lo hace la Comunidad de Madrid, sino que van a tener una formación especial conmigo, para que cuando vayan a presentarse a una discoteca, puedan decir: “Mira, nosotros tenemos esta formación adicional”. Sé que los propietarios de la discoteca lo van a valorar: hay muchos que me están pidiendo que trabaje en sus discoteca. Yo les estoy hablando de ello y les he dicho que, cuando todo esté listo, contactaré con ellos. Es un negocio que tenía pensado ya pero que cuesta trabajo hacer, no es una cosa de un día para otro. Pero ya estoy cogiendo gente y un poco de infraestructura. La idea es empezar el mes que viene a trabajar con ello.
—Por cierto, ¿cómo acabó fichando por Zenda?
—Ficho por Zenda tras una entrevista que hice con Álex Fidalgo. Leandro Pérez la escuchó, a Arturo Pérez-Reverte le gustó cómo hablaba y se pusieron en contacto conmigo para fomentar la lectura en los jóvenes. Hice un vídeo que alcanzó los catorce o quince millones de visualizaciones, y que ahora tendrá veintitantos millones. Y ahí estamos colaborando. Todo lo que sea promover que los chavales lean más me parece una maravilla.
@elporterodeltiktok Un saludo mi gente! El libro es (Taras Bulba), un clásico de aventuras para todas las edades, una novela que quizás os ayude a entender la guerra de Ucrania en la actualidad. #jovenes #vigilante #portero #cultura #libros #foryou #lentejas #viraltiktok #antro #boliche #parati #discoteca #elporterodeltiktok #viral ♬ Another Love – Tom Odell
—¿Cuál es el último libro que ha leído?
—Mi historia, de Rafael Nadal. Me lo compré hace unos años y no lo leí hasta hace poquito. Es una historia de superación y de lucha. Y me encantó.
—Para finalizar: ¿un hombre que lee es mejor que uno que no lo hace?
—Yo creo que no. No creo que un hombre sea mejor persona por leer. Sí que es más culto. Hay gente a la que no le gusta leer. Yo le recomiendo que lean, por ejemplo, libros de sus deportistas favoritos. Hay muchos chavales a los que no les gusta la lectura, pero van a leer mi libro porque les gusta el rollo de las redes sociales y de mis vídeos.
—Eduardo Torres-Dulce me dio la respuesta definitiva a la anterior pregunta: “Un hombre que lee es mejor que antes de que no leyese”.
—Sin duda. Con la lectura aprendes muchas cosas que con una película no. Te culturizas. Lo que pasa es que en la vida no vas a hacer nada que no te llame la atención. Tú no me puedes obligar a leer un libro de Reverte si no me gusta la lectura que ofrece Reverte. A los chavales hay que meterles lecturas que les molen.
—¿Usted quiere seguir colaborando en Zenda?
—(Risas) ¿Pero es la verdad o no?
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