No se imaginaba Atanagildo que un leonés le iba a rescatar de las sombras del pasado tantos siglos después. Hijo de Hermenegildo y nieto de Leovigildo —uno de los personajes más apasionantes de nuestra historia—, a este príncipe esclavo le tocó vivir los tiempos visigodos más convulsos, los de la lucha entre cristianos y arrianos, solo ciento cincuenta años antes de que Ṭāriq ibn Ziyād cruzase el Estrecho para poner patas arrribas nuestra península. Óscar M. Prieto encontró la historia de Atanagildo por casualidad, en el pie de página de un ensayo histórico. El autor de Berlín Vintage quiso reparar la injusticia y le dio a este rey sin corona el papel protagonista de su séptima novela, Y por esto el príncipe no reinó (Silex, 2022).
Prieto nos hace spoiler ya en el título: Atanagildo no va a ser rey. Pero eso no importa. Lo sustancial es conocer por qué no lo hará. Con esa premisa, acompañaremos a este príncipe huérfano a través de las casi 200 páginas de esta obra, que como bien apunta Julio Llamazares más que una novela histórica se trata de: «una reflexión sobre las pasiones y anhelos del hombre de hoy y de todos los tiempos«. La vida del príncipe —destinado a ser moneda de cambio para atacar a Bizancio— se convierte en un viaje a través de las peores cualidades del ser humano: la ambición desmedida, el odio, la usurpación, la traición… Pero en su camino, nuestro héroe también encontrará el consuelo: un eunuco se convertirá en su inesperado maestro y una esclava nodriza ejercerá con él de madre. Durante este viaje nos enfrentaremos a dilemas universales: ¿es posible ejercer el poder sin tiranía? ¿Política y moral son compatibles? ¿Debe un gobernante renunciar a la bondad para lograr sus objetivos? Una frase nos desvela las respuestas de forma amarga: «No hay nadie inocente en los aledaños del poder, todo el que lo toca pierde la inocencia«.
Mitología, filosofía e historia se fusionan en las páginas de esta obra, poesía y prosa se confunden sus párrafos, para elaborar una novela de una gran calidad literaria. Óscar M. Prieto supera con Y por esto el príncipe no reinó el reto de escribir su mejor novela, una obra en la cual el autor pasa el cedazo de forma concienzuda para eliminar cualquier resto de paja y dejar solo el grano. El lector que se acerque a este libro puede mostrar sus reparos al principio, por el tono de la escritura —cambia el humor de anteriores entregas por exigencias de un guion más trascendente, donde la angustia por el futuro juega un papel fundamental—, por las complejas temáticas, pero acabará seducido por la propia exigencia del texto, y reconfortado por el poso que reverberará en su cabeza durante mucho tiempo. Prieto bebe en esta obra de sus escritores de cabecera —Michon, Baroja, Pavese…— y no esconde la influencia de una obra referente como es Las meditaciones de Marco Aurelio. El resultado de estas confluencia nos regala un texto vivo y actual pese a su lejanía temporal, que trata sobre cuestiones vigentes en la época visigoda y en en esta Europa del siglo XXI que contempla aterrorizada una guerra entre Rusia y Ucrania. Con todos esos ingredientes, con esa receta, ese chef y esos materiales, el resultado solo podía ser un plato de alta cocina.
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Autor: Óscar M. Prieto. Título: Y por esto el príncipe no reinó. Editorial: Silex. Venta: Todostuslibros
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