La última novela de Antonio Muñoz Molina, No te veré morir (Seix Barral), condensa en poco más de doscientas páginas una gran historia de amor que nunca ocurrió. Su protagonista, Aristu, reflexiona como uno solo puede hacerlo cuando no habla, cuando se dirige a sí mismo recorriendo una vida, saltando entre temas, fragmentando pensamientos que se superponen y que el autor recorre en una frase única que deja al lector con la sensación de estar ante un desahogo salvaje de algo que en realidad no fue para tanto, pero que Aristu no ha podido olvidar.
El tema es el de siempre, el universal, el que todos vivimos en algún momento: el amor. Aristu se enamora de Adriana Zuber pero sus caminos se separan por la vida, las presiones familiares o las propias buscando el éxito, todas esas cosas con las que nos cargamos sin ser conscientes de los sacrificios que nos están pidiendo, porque nos centramos en mirar un punto indeterminado del futuro en el que nos hemos convencido de que tenemos que estar. Y entonces, ¿qué? Esa es la gran pregunta a la que responde esta historia. O quizás ni siquiera la responde completamente, no es necesario, todos sabemos lo que diría. Muñoz Molina nos dice que entonces han pasado cincuenta años en los que se ha perdido el contacto, que se ha alcanzado el éxito y se han librado batallas: las personales y las del mundo. Nos relata las cicatrices de dos vidas distintas. Cambia el foco, la voz, pero no el tono lírico, que se mueve acompasadamente hacia ese punto de lo que no llegamos a olvidar y que bascula entre el primer amor y la persona que fuimos cuando estuvimos amando. Y es que esa es la trampa de la nostalgia: que siempre tiene parte de lo que fuimos cuando estuvimos allí y no solo de con quién lo compartimos. Ese es el punto de unión con el lector: el de la pérdida de la oportunidad, el miedo o la cobardía. Llámalo como quieras, pero ahí está, marcando tu vida.
“En mi sueño te cuento que ha habido épocas en las que no te he recordado, pero que nunca he dejado de soñar contigo”.
Adriana, en cambio, no responde, no habla. Si en el pasado fue él quien dejó de escribir, en el presente es el autor quien no le permite hacerlo a ella. Es Aristu quien apenas esboza la historia de amor que nunca ocurrió, y tenemos otras dos voces que llegan para relatar el camino y también, quedémonos tranquilos, el reencuentro. Pero no Adriana: ella es la Penélope que se queda esperando en un mundo en el que las esperas se diluyen en lo cotidiano mientras avanzamos hasta que alguien nos recuerda que un día Ulises partió. Adriana calla, ya hablan otros para relatarnos lo que se puede ver. Los amores nunca fueron democráticos, siempre hay uno que elige, uno que habla, y otro que calla.
No te veré morir es una novela intensa sobre el presente que mira hacia el pasado y deja un retrato de contrastes entre dos sociedades opuestas durante más de cinco décadas. Es un homenaje a lo que fuimos y a lo que nos hubiera gustado ser, que se mezcla irremediablemente con aquello que nos quedamos, lo que permanece con el paso del tiempo y que nos forma como personas: un libro, una canción, una persona o, como en el caso de esta novela, un amor que no llegamos a vivir.
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Autor: Antonio Muñoz Molina. Título: No te veré morir. Editorial: Seix Barral. Venta: Todostuslibros.
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