El escritor francés Sorj Chalandon no ha dudado en afirmar que el primer «traidor» de su vida fue su padre, Jean, que se parece mucho al protagonista de su novela Hijo de un bastardo, finalista del premio Goncourt, un hombre que vistió desde el uniforme de la Resistencia hasta el nazi y que desertó de cuatro ejércitos diferentes.
Publicada por Seix Barral y en catalán por Edicions de 1984, en esta obra el narrador se pregunta qué hizo su padre durante la ocupación francesa, descubriendo, en mayo de 1987, mientras cubre como periodista en Lyon el juicio al nazi Klaus Barbie, que hay un expediente sobre él, en el que se puede leer que fue condenado a un año de prisión y a cinco de degradación nacional.
Chalandon, que no ha escondido que la mayoría de sus libros nacen de una herida o del dolor, ha desvelado que en realidad no tuvo el expediente en sus manos hasta el año 2020 —hoy ha mostrado incluso algunas fotocopias—, pero sí es cierto, ha subrayado, que cubrió para Libération el juicio a Barbie y que su padre iba allí como asistente, sonriendo a las palabras del «carnicero de Lyon» y levantando los hombros cuando hablaban los miembros de la Resistencia.
Este hecho le hizo sospechar, porque su padre, un hombre que acabó muriendo en 2014 en un psiquiátrico y que a lo largo de su vida contó fantasiosas historias, le había dicho que había pertenecido a la Resistencia y hubo un momento, cuando trascendió que el Ejército de Liberación Nacional de Argelia (ALN) quería atentar contra el general De Gaulle, que incluso le entrenó «haciéndome disparar una pistola» para evitarlo.
Ahondando en su historia, Chalandon ha ido sabiendo que su padre se alistó con apenas 18 años en el ejército francés, del que desertó, y entonces fue colaboracionista, formando parte de la Legión Tricolor, de la que también desertó hasta alistarse en el grupo NSKK del ejército alemán, que «se encargaba de transportes en Polonia en 1943. ¿Y qué son los trenes en Polonia en 1943?», se ha preguntado hoy. Vestido con el uniforme del ejército alemán, se rindió ante la resistencia francesa, de la que también desertó, buscando en el norte de Bélgica, poco después, al ejército alemán en retirada, siendo detenido por tropas americanas, que lo entregaron a la policía francesa. Fue juzgado en julio de 1945 pero como «no hizo mal a ningún francés no lo fusilaron, y lo que hicieron es condenarlo a un año de prisión y a cinco sin derechos civiles».
Chalandon ha indicado que no hay en Francia un caso como el de su padre, y ha advertido, asimismo, de que el libro «va más allá de él porque trata sobre la complejidad de la guerra. Cuanto más pienso en él, más tengo la sensación de que fue un niño que jugó a la guerra, al que atrajeron los uniformes que más brillaban, llegando a engañar a cuatro ejércitos», ha reflexionado.
Sobre el título del libro, ha desvelado que nace de una conversación que tuvo de muy pequeño con su abuelo, que no se hablaba con Jean y que le dijo a Sorj: «Tienes que saber que tu padre no estuvo en el bando correcto. Lo vi vestido de alemán en Lyon, y eso lo tienes que saber: eres hijo de un bastardo». Con la novela tampoco juzga «al joven que se perdió durante la guerra, sino al padre que mintió a su familia, al que destrozó a todo el mundo, alguien que el único uniforme que no llevó fue el de padre».
Si en Retorno a Killybegs también narraba la historia de un traidor irlandés amigo suyo durante una veintena de años y aquí es su padre el protagonista, ahora, ha dejado caer, tiene a otro traidor en el periódico en el que está actualmente, Le Canard Enchaîné, por un libro que ha escrito desvelando intimidades de sus periodistas, con lo que «trabajo desde casa y no quiero volver a poner los pies allí».
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