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Suenan timbres, antología poética de Luis Vidales

Suenan timbres, antología poética de Luis Vidales

Luis Vidales —el hombre y su obra—, equivale a una docena de poetas, ya que amó por igual la estadística y los equívocos, la Edad Media y la Revolución de Octubre, a Carlos Marx y a Lenin, a los relatos sobre remotas galaxias y al cine de Charlot, a su generación de Los Nuevos y a los centauros de las batallas bolivarianas, al hombre que pintó las cuevas de Altamira y al lejano y misterioso vuelo del cielo de Calarcá junto a ese algo que se construye y se desploma.

Ese gran colombiano erudito e irreverente que se autorretrató con un corazón como un bolsillo para guardar a la novia, habita desde hace muchísimos tiempos en el territorio del corazón de millares de lectores en su patria que lo han venido reconociendo, en consenso cada vez mayor, como su cantor, su intérprete y su poeta nacional, como aquel que detectó sus alegrías, emociones y dolores y convirtió toda esa insurrección de la palabra en un innumerable panal de sentimientos donde conviven los más bellos, cáusticos, delicados y prodigiosos poemas.

(José Luis Díaz-Granados)

Zenda reproduce 5 poemas de Suenan timbres, antología poética de Luis Vidales

FILOSOFÍA DE LOS ADEMANES

Mis versos han descubierto
que las gentes
no valen por sí mismas
en lo físico
sino que son bellas o feas
según como estén construidas
sobre sus ademanes.
Y que los ademanes
son los armazones maravillosos
e invisibles
de los seres humanos.

PERPETUUM MOBILE

Mis versos cantan que en el mundo
las líneas de los cuartos
de los asientos
de las mesas
corren vertiginosamente
alrededor de sus objetos.
Que los dibujos del centro del cielo raso
giran como ruletas
y que ejecutan danzas macabras
los arabescos de los baldosines.
Que cada edificio
gira dentro de sí mismo
y que los árboles
y las calles
y las cosas
viven bailando eternamente
el baile eterno
de la línea que huye.

LA ARBOLEDA Y LA LÓGICA

Dijo mi verso lógico y sencillo.
Derribaron los árboles.
Es decir
desyerbaron el cielo.
Qué contentas estarán
las estrellas.
Y agregó mi verso
lógico y sencillo.
A esos pobres árboles
les tumbaron el cielo.

EL HUECO

Mis versos dicen.
Hueco
único sitio habitable.
Casas.
Casas.
Casas.
Huecos interrumpidos por paredes y puertas.
Huecos divididos en cuadros.
Mi vida
mi vida transeúnte
está llena de las troneras
de las horribles cavernas
que las casas les hacen a los huecos.
Y ya no puedo
borrar en mí la sensación
de los huecos de la ciudad
encerrados en los cajones de los cuartos.

LOS RUIDOS

Ruidos de los cafés
que se escapan por las bocinas de los teléfonos.
Ruidos maravillosos de las casas.
Yo sé que cada casa
tiene sus ruidos especiales.
Así conozco la casa de mi amigo
y reconozco la mía
—de lejos—
entre la aglomeración de construcciones.
Ruidos en la ciudad que sólo es calles
y calles
en la ciudad que está de espaldas
volteada hacia adentro
hacia los interiores de las casas.
Ruidos de la época de las cavernas
que andan todavía en el mundo.
Ruidos.
Vosotros vagáis locos
buscando una salida
pero al igual que yo
no habéis podido encontrarla.
Ruidos.
Y ya lo mejor será

—————————————

Autor: Luis Vidales. Título: Suenan timbres. Editorial: Visor. Venta: Amazon 

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