Lepisma Saccharina
Lepisma y el sabor de las postales navideñas
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****** Hola, Soy tu yo de 48 años; hace mucho que no escribo una postal en papel (no entenderías cómo se envían ahora las...
Lepisma y la literatura etílica
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Consumí drogas por vez primera para abrir las puertas de la percepción y casi me pillé los dedos con ellas. Buscando inspiración, pasé el...
Lepisma y la actualización de Mar Font
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—Quién es? —Es Mar Font. Tal y como la conjunción de su nombre y apellido prometía, Mar era una adicta a los teléfonos inteligentes,...
Lepisma y el armario
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—¿Te lo imaginabas? —Bueno, no es que me lo imaginara, pero tampoco es que me haya llevado la sorpresa de mi vida —respondí pensando...
Lepisma en directo… en el corazón de la ciudad
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Pienso que quien afirma, casi siempre por parecer abierto de mente, que se deleita con todo tipo de música, es porque en realidad no...
Lepisma y el trono marmóreo
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—Disculpe, ¿puedo ir a jiñar? —usé ese verbo de forma muy consciente, ya que hacer popó me sonaba muy cursi y cagar demasiado rudo....
Lepisma y la estructura argumental
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Nunca me han gustado los finales abiertos. Y ahora os explicaré el porqué.
Lepisma y el narrador omnisciente
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—Ay, qué horror, la ha matado en la ducha. —Sí, mamá, lo acabo de ver. …sino una voz interior que, sabedora de todo lo...
Lepisma y la segunda acepción de la mitomanía
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—Por lo que veo en su dibujo —señaló el doctor Seward, introduciéndolo en la carpeta donde descansaban el resto de las ilustraciones que le...
Lepisma y las matemáticas
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Porque muchas de las vivencias de la señora Álvarez ya las había leído yo sin saberlo en los planteamientos de los problemas que nos...