relato
Bailarina
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LOS TRECE ESCALONES, XXIX: BAILARINA El horario de visitas empezaba a las cinco en punto de la tarde, los martes y los...
Idéntica
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LOS TRECE ESCALONES, XXVIII: IDÉNTICA —Eres idéntica a tu madre, Susana. Pero idéntica. Eso le decían siempre, desde que tenía uso de...
La prima Ugarte
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LOS TRECE ESCALONES, XXVII: LA PRIMA UGARTE A las cuatro de la tarde el sol caía como plomo derretido sobre el pueblo....
Bestia
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LOS TRECE ESCALONES, XXVI: BESTIA Descabalgó de un salto y acarició al corcel entre los ojos oscuros. La había llevado sana y...
El pozo de la cautiva
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LOS TRECE ESCALONES, XXV: EL POZO DE LA CAUTIVA Si Miguel se hubiera perdido en invierno, seguramente su historia habría terminado de...
Ceniza
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LOS TRECE ESCALONES, XXIV: CENIZA Tenía que admitirlo, la casa era hermosa. Una construcción sólida, sobria y elegante, lejos de los...
La jaula
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LOS TRECE ESCALONES, XXIII: LA JAULA A la niña Sara nada le dio más pena que enterarse de que su abuelo...
Adelfa
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LOS TRECE ESCALONES, XXII: ADELFA Llegaba tarde, como de costumbre. Y, para no variar, había tenido que dejar el coche a...
El bosque
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LOS TRECE ESCALONES, XXI: EL BOSQUE Lo decían las madres, siempre, cada día, con idéntica aprensión. «No vayas al bosque. Hay...
La hiedra
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LOS TRECE ESCALONES, XX: LA HIEDRA La señorita Lina siempre se levantaba temprano. Cada uno de sus días, desde que podía...