Con el título “Mitos, símbolos, leyendas e historias de El Retiro”, el pasado martes, 21 de septiembre, el director del ciclo de conferencias “Madrid tiene Historia”, Antonio Pérez Henares, comenzó el acto lamentando que no todo el público pudiese acceder a la sala, ya que se completó el aforo permitido en la Biblioteca Eugenio Trías de El Retiro, en donde impartió la ponencia Javier Sierra.
Efectivamente, Javier Sierra, como profundo conocedor de la historia de El Retiro, explica que desde el momento de su concepción su diseño fue concebido con una intencionalidad y una función original: mitificar un espacio del extrarradio, con objeto de dedicarlo al recreo de Felipe IV. En principio, para embellecer el diseño, los creadores usaron como fuente de inspiración las escenas mitológicas de los cuadros existentes en el Alcázar Real. Los arquitectos que diseñaron el espacio se inspiraron en un libro, que también utilizaron los arquitectos de Versalles y Aranjuez, titulado Sueño de Poliphilo, novela romántica y pícara de finales del siglo XV, con xilografías esotéricas llenas de misterios.
En 1630, fecha clave del Parque, el conde duque de Olivares construye, para mantener entretenido al rey y que disponga de un lugar de esparcimiento, el palacio de El Retiro y el Casón de El Buen Retiro. En los mentideros de la Villa se dice que la intención del valido es tener al rey sumido en un encanto. Por este motivo, El Retiro pasa a engrosar la relación popular de lugares encantados en los que hay sortilegios y moran duendes y fantasmas.
La paradoja de esos tiempos es que la corte más católica del mundo, como es la del rey Felipe IV, utilice cartas astrales, elementos cabalísticos, horóscopos, etc., aceptando que el propio Rey se proteja con la “magia talismánica”. Los talismanes eran geometrías que representaban constelaciones estelares con objeto de atraer la potencia de las estrellas a la tierra. El Rey, como toda su corte, da tanta importancia a la protección esotérica que en su biblioteca particular cuenta con Picatrix, un libro que describe cómo es el proceso de fabricación de los diversos talismanes, entre otros el diseño de jardines. Todo lo que rodea a Su Majestad se dota de elementos cabalísticos con el fin de encerrarlo en un halo protector. Incluso se supone que se emplean figuras talismánicas y esotéricas al pintar cuadros, con el propósito de atraer la fuerza de las estrellas a personalidades de las que podía depender la supervivencia de la Corona. En el cuadro de Las meninas, Javier Sierra desvela que se pueden establecer figuras poligonales (talismanes) que siguen los patrones geométricos de la constelación de Capricornio.
Con la guerra de la Independencia El Retiro sufre una profunda devastación. Cuando regresa a Madrid, procedente del exilio, el rey Fernando VI ordena su reconstrucción siguiendo los cánones originales sacados del libro El sueño de Poliphilo. El rey quiere un parque lleno de cuevas, con rincones y lugares que permitieran un cierto recorrido al visitante ilustrado, sitios que desvelaran ciertos secretos del universo. Para conseguir este deseo real se construyen una serie de “caprichos”, de los que en la actualidad quedan muy pocos. El más importante pudiera haber sido “La Montaña Artificial” (colina con un castillo en la cumbre, y que justo delante se construye “La Casa Oriental”). Estos dos caprichos del rey Fernando, ya desaparecidos, se aprecian en las pinturas que se conservan y son estructuras talismánicas, con diseños cabalísticos y esotéricos, destinados a proteger al rey en sus dominios privados. Hubo otros caprichos, producto de las modas que dejó la invasión napoleónica, como esfinges, estatuas de Osiris, Isis y una fuente llamada “la Tripona”, con vasos canopos egipcios.
Para Javier Sierra el mayor talismán de Madrid está en el Casón del Buen Retiro. En el techo de la sala principal, Lucas Jordano pintó una historia llamada “La apoteosis de la corona española”, que es un tratado talismánico, con imágenes legendarias de la mitología, que legitiman la Corona relacionándola con seres fabulosos. En un libro sobre la pintura, Jordano llega a dibujar un horóscopo que podría estar vinculado a la fecha de la fundación mitológica de España. El último mito que examina es la estatua de Bellver “El ángel caído”, mito que mudó a Lucifer, ángel del mal, por un nuevo Prometeo expulsado del Paraíso por pretender compartir su sabiduría con los hombres. Existe la anécdota de que la estatua tuvo que ser exorcizada para que pudiera instalarse en su emplazamiento.
Javier Sierra considera que, con todos los elementos que ha ido enunciando, hay un punto de partida para defender la remitificación del Parque, y es que “todo mito necesita un territorio”; el Parque lo tiene, ahora es el momento de que los contadores de historias narren las leyendas de El Retiro y con ello sepa quien lo visite que quien lo mandó construir lo hizo con un propósito muy alejado del uso que hoy en día se le da.
Existen muchos más enigmas que quedan por describir y que se encuentran en el Parque, y que darían para llenar muchas conferencias como esta. Javier Sierra la finaliza diciendo que después de todo lo expuesto se puede afirmar que Madrid y El Retiro tienen historia, mucha de ella desconocida. Recomienda pasear, ver y observar todo lo que el Parque atesora, ya que hay muchos objetos que están situados de acuerdo con un universo simbólico.
La próxima conferencia, tercera del ciclo “Madrid tiene Historia”, será el día 21 de octubre en la Casa Sefarad-Israel. En ella, Isabel San Sebastián e Inocencio Arias tendrán una conversación divulgativa sobre “Diplomáticos que salvaron vidas”.
¡Antológico artículo! Muy interesante este recorrido por el Retiro y sus secretos. ¡enhorabuena!
¡Interesante!