«Teatro», todas las obras de Fernando Fernán Gómez en un libro

De Llanos, que asiste este jueves en Málaga a la primera presentación con público del libro, que coincide con el duodécimo aniversario del fallecimiento de Fernán Gómez, ha admitido a Efe que es «emocionante» ver reunidas por primera vez las obras de su abuelo, porque «es una manera de seguir con él».

Ha recordado cómo, junto a Emma Cohen, esposa del autor, encendió el último ordenador que éste había utilizado y encontró un texto hasta entonces desconocido de 1938 que da inicio al volumen.

Después, a la muerte de Emma Cohen, se instaló en la que había sido la casa de ambos y empezó a encontrar numerosos textos inéditos que fueron el «germen» de este libro de 1.100 páginas.

La coeditora considera que su abuelo es reconocido como autor, «lo que pasa es que es más conocido como actor, algo normal en una sociedad mediática y visual», y no cree que haya caído en el olvido, porque «cuando alguien ha creado tanto y sigue saliendo a la luz hace que se olvide menos».

Sobre el carácter hosco que se le atribuye, De Llanos explica que «había desarrollado, como buen actor que era, la capacidad de parecer desagradable para que le molestaran menos», y además «los medios se ocuparon de repetir un par de momentos públicos porque es muy cómodo y los humanos necesitamos las etiquetas».

«Era una persona inasumible, difícil de encasillar, y lo fácil es decir que era un borde», ha subrayado su nieta, que añade que en las distancias cortas era «totalmente distinto, agradable y amable», y su abuelo y Emma Cohen significan para ella «diversión, juego y libertad».

Destaca lo «asombrosamente vigentes» que son algunas de sus obras, que tratan «de las relaciones de poder o de cómo afectan las decisiones políticas a la gente común», algo que hace que el público de cualquier época se pueda sentir «interpelado».

Por su parte, Manuel Barrera ha resaltado a Efe que este libro permitirá «un conocimiento nuevo de Fernán Gómez como dramaturgo, que es su faceta esencial, la médula y el punto de partida de todo».

Esa obra de 1938 recientemente descubierta es «El guiñol de Papá Dick o El secreto de la poesía», escrita con solo 17 años, y que es «una verdadera declaración de amor al teatro y un homenaje a la comedia del arte».

Después se dedicaría al cine, que le dio el éxito popular, y regresaría al teatro ya como actor conocido en los años 70, ha recordado Barrera, que ha añadido que siguió escribiendo hasta los últimos momentos de su vida.

Aunque es difícil, si se quiere situar en alguna tendencia, ubicaría su teatro «en la tercera ola realista de dramaturgos españoles», según Barrera, que ha recordado que Fernán Gómez reconocía como su maestro a Buero Vallejo.

Su primera intención en los años 40 era escribir teatro experimental y de vanguardia, y tras el paréntesis dedicado al cine en su regreso a la creación teatral concibió «Los domingos, bacanal», que es la pieza «más experimental de todo su teatro y su obra más arriesgada», según el coeditor.