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Tejer el nuevo realismo

Tejer el nuevo realismo

«Porque la ciencia ficción se iba volviendo el nuevo realismo». Este es el gran lema propugnado por Jorge Carrión, y así nos lo demuestra en sus dos nuevas recientes publicaciones: Membrana (LII Premio Internacional de Novela Ciudad de Barbastro) —donde la narradora enuncia las palabras que cito— y Todos los museos son obras de ciencia ficción. Comenzando con Membrana, la realidad se entremezcla con lo ensayístico en un discurso que se mueve entre la pretensión de adoptar una mímesis formal con el catálogo de un museo —no ficcional— y el ensayo, la crónica, la ficción autobiográfica… De este modo, Membrana no solo atesora una naturaleza claramente intermedial, con referencias al arte, al cine… sino que también intergénero.

"Deposita toda responsabilidad de concreción en la imaginación del lector, quien debe ser quien visualice mentalmente las obras que conoce y al mismo tiempo las que desconoce"

Continuando con esta característica principal podemos decir que la narración se sustenta en la experiencia y reflexión estéticas de un cíborg por la contemplación de unos cuadros que conforman el catálogo de un museo que sigue una temática que paulatinamente vamos descubriendo. Estas continuas referencias intermediales, en términos de Rajewski, no solamente funcionan como soporte de una serie de reflexiones que articulan el discurso, sino que al ser mostradas en blanco —pues en la novela no contamos con las imágenes de los originales, sino con cuadrículas blancas de dimensiones desproporcionadas— confieren una verosimilitud crucial al discurso, fomentando esta idea de la ciencia ficción como realismo. Lo que hace con maestría Jorge Carrión es introducirnos en esta serie de cuadros existentes en blanco para luego entremezclarse con cuadros futuros. Así deposita toda responsabilidad de concreción en la imaginación del lector, quien debe ser quien visualice mentalmente las obras que conoce y al mismo tiempo las que desconoce. De este modo, se produce un igualamiento de las obras de arte, confiriendo el mismo estatuto a aquellas que todavía no se han creado. Con esto Jorge Carrión logra precisamente este efecto, que el lector sea quien entienda conjuntamente todas las obras y no detecte cuales son meros constructos ficcionales.

"En esta ocasión, a mi humilde parecer, volvemos a encontrarnos ante una gran idea, pero con una ejecución endeble"

No obstante, hay ciertos aspectos en Membrana que no termino de comprender y uno de ellos es la elección del estilo. La voz narradora se articula como un cíborg situado en el futuro, y para ello Jorge Carrión recurre a un estilo muy «mecánico», que podría parecer una buena decisión a priori. Sin embargo, no es el estilo verdadero que «manejan» las inteligencias artificiales, no ya las supuestas del futuro, sino las actuales. Me consta que Jorge Carrión conoce los nuevos algoritmos de creación discursiva y literaria, y por tanto no creo que esta decisión sea fruto de la ignorancia. Quizá venga dada de la necesidad de alcanzar un verosímil crítico, es decir, pensar en qué cree el lector como real, antes de lo que verdaderamente es real o se aproxima más a esa realidad. No obstante, a mí como lector enfrentarme a este libro me ha resultado una suerte de leer una novela histórica donde los personajes se comunican incorporando muletillas del tipo «unga-unga», una idea totalmente ingenua y poco rigurosa que, de haber sido cierta alguna vez, resultaría anacrónica. Entiendo la idea de alcanzar este verosímil e ir desvelando a través de este estilo acontecimientos importantes para la trama, pero antes situemos la aparición de Membrana (2021) en la época donde ya hay libros escritos por inteligencias artificiales, como la llamada Beta Writer; u obras finalistas de concursos literarios, como en 2016 lo hizo El día que una computadora escribió una novela; donde en estos casos el estilo empleado imita a la perfección el de un escritor humano de calidad. Así, como lector, la idea de Jorge Carrión de recrear el estilo de la narradora por medio de muletillas, cortes abruptos propios de los telegramas —lo cual le confiere un cariz anticuado— y frases simples me resulta infiel e impropio hacia la realidad de nuestros días y más aún hacia la realidad de los días futuros.

En relación ahora con Todos los museos son novelas de ciencia ficción —secuela de Membrana—, tuve la suerte no solamente de leerlo, sino de sumergirme en él gracias al hospedaje del centro José Guerrero de Granada, donde estuvo expuesto —esto es lo ideal, debido a su naturaleza transmedia—. Y es que, en esta ocasión, a mi humilde parecer, volvemos a encontrarnos ante una gran idea, pero con una ejecución endeble. La idea, como digo, es maravillosa, pues el autor nos sitúa ante un texto y exposición que constituyen una autoficción de ciencia ficción —pues es el propio Jorge Carrión el protagonista—, términos aparentemente inconciliables, pero que el autor liga por medio de una trama inteligente, novedosa y sincera.

Esta espléndida idea se articula a partir de un museo que es a la vez libro y de un libro que es a la vez museo, en un ambicioso proyecto transmedia que confiere un efecto mucho mayor de inmersión al receptor/lector. Así, el grado de verdad que el receptor le concede es acuciado por todo este dispositivo. La idea, como expongo, vuelve a ser excepcional, pero nos encontramos con un nuevo problema, esta vez no de estilo, sino de comisariado. Debido a mis escasas ideas sobre museología remitiré a las palabras de una buena amiga, que entiendo como clarividentes, debido a su amplia experiencia y estudios en el ámbito: «Los artistas colaboradores son de una pertinencia y calidad elevadísimas, no obstante, el comisariado es, permítaseme el adjetivo, cutre para el calibre que podría haber alcanzado la exposición. El gramaje del papel demasiado fino, la elección de las chinchetas como soporte, el seguimiento por medio del hilo rojo, algunas obras que solamente se podrían ver a ciertas horas del día porque el sol —que no habían tenido en cuenta— imposibilitaba su visualización… le conferían un efecto de exposición de instituto muy alejado del cariz futurista que creo que pretendía Jorge Carrión o, al menos, debe pretenderse cuando se afrontan proyectos de esta índole».

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Autor: Jorge Carrión. TítuloMembrana. Editorial: Galaxia Gutenberg. Venta: Todos tus librosAmazonFnac y Casa del Libro.

Autor: Jorge Carrión. TítuloTodos los museos son novelas de ciencia ficción. Editorial: Galaxia Gutenberg. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

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