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Teoría Poscolonial for dummies

Teoría Poscolonial for dummies

En 2015, un escándalo catapultó a la infamia a la activista estadounidense Rachel Dolezal, miembro de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP, por sus siglas en inglés). Todos la conocían como una persona negra (cabello rizado y piel oscura incluidos), pero su propia familia hizo pública la realidad. Dolezal era (es), en realidad, una mujer caucásica, descendiente de alemanes y checos. Blanca, vaya. Hasta que un día, no quiso serlo más y decidió ser negra.

La libre elección del género, ¿aplica también para la identidad étnica y racial?

"La trama principal de la novela se desata cuando la profesora estrella de Nivedita, una intelectual llamada Saraswati, es desenmascarada públicamente por su propio hermano"

La periodista e investigadora alemana Mithu Sanyal recoge la polémica de Dolezal para construir su primera novela: Identitti. La protagonista es Nivedita, una joven en la veintena, bloguera y estudiante de posgrado en la Universidad de Düsseldorf, específicamente de Estudios Poscoloniales. De padre indio y madre polaca, Nivedita desarrolla su «yo» en el espacio intermedio de la identidad. Ya que no es ni completamente india, ni completamente europea, Nivedita «habita» ese no-lugar identitario que teóricos como Homi K. Bhabha llaman el in-between (espacio intermedio); algo a lo que coloquialmente nos podemos referir como el «ni de aquí ni de allá».

La trama principal de la novela se desata cuando la profesora estrella de Nivedita, una intelectual llamada Saraswati, es desenmascarada públicamente por su propio hermano. No es india, es alemana, su nombre es Sarah Vera Thielmann y es blanca; aunque a simple vista, su color de piel diga lo contrario.

"La poscolonialidad se ha tratado, además de en el ámbito académico, en la ficción narrativa y la ficción autobiográfica. La literatura anglosajona es pionera"

Tras el desenmascaramiento, Saraswati se enfrenta a un linchamiento virtual, protestas contra ella fuera de su casa y problemas en la universidad. A Nivedita, que veía en su profesora no sólo un ejemplo, sino una rica fuente de herramientas para el autoconocimiento, se le cae el mundo. Sus reivindicaciones étnicas y raciales se ven resquebrajadas por el engaño. A la decepción de Nivedita le siguen las dudas: ¿la mentira de Saraswati anula el valor de sus enseñanzas? O como la misma Saraswati se lo expresa: «¿Quieres decir que no habrías aceptado datos científicos demostrados si la persona que los proporcionaba hubiera sido blanca?». Bajo este argumento, Mithu Sanyal pone en la mesa los grandes temas de la deconstrucción de la identidad y del pensamiento poscolonial, como la racialización, las heridas del colonialismo, la performatividad de la subjetividad y la validez de los constructos sociopolíticos que nos definen, encasillan y limitan.

La poscolonialidad se ha tratado, además de en el ámbito académico, en la ficción narrativa y la ficción autobiográfica. La literatura anglosajona es pionera. De hecho, es gracias a autores originarios de países que fueron colonias de Gran Bretaña que nacen los Estudios Poscoloniales. Escritores como V.S. Naipaul, Hanif Kureishi, Jamaica Kincaid, Chinua Achebe, Salman Rushdie o Zadie Smith han reivindicado, a través de sus obras, la mirada propia de las identidades híbridas/mestizas de los espacios intermedios. En el mundo hispano, la reciente literatura de migrantes latinoamericanos en España da cuenta de la necesidad de excavar en el pasado colonial para reivindicar un punto de vista externo al eurocentrismo. Gabriela Wiener, Juan Pablo Villalobos, Clara Obligado, Juan Carlos Méndez Guédez y Santiago Roncagliolo, son sólo algunos de estos autores. Mithu Sanyal, en su caso, deja entrever los procesos de deconstrucción histórica e identitaria surgidos en una Alemania que también es mestiza, plural y cosmopolita. De hecho, uno de los momentos más valiosos de la novela es cuando Saraswati pregunta a sus alumnos por el pasado colonial de Alemania, tan poco analizado incluso entre los mismos alemanes.

"Y la pregunta más importante, la que atraviesa toda la novela: en la construcción de nuestra identidad, ¿es válido elegir nuestra etnia y nuestra raza?"

La diferencia de Identitti con respecto a obras como White teeth (Z. Smith), My beautiful launderette (H. Kureishi), Huaco Retrato (G. Wiener) o La invasión del pueblo del espíritu (J.P. Villalobos), es que Sanyal pone en el centro del texto a la Teoría Poscolonial misma, no únicamente el arco vital de sus personajes. Una vez que Nivedita, irritada y desencantada, encara a su profesora presentándose en su  casa, se dan una serie de conversaciones entre ellas en las que exponen las grietas, dudas y controversias del debate identitario. Se preguntan, por ejemplo: por qué Barack Obama eligió ser negro; ¿para la pertenencia a una etnia o una nacionalidad, priman más las características físicas que las manifestaciones culturales?; o qué son la disforia racial, la apropiación cultural y la transracialidad. Y la pregunta más importante, la que atraviesa toda la novela: en la construcción de nuestra identidad, ¿es válido elegir nuestra etnia y nuestra raza?

—Ah, o sea que no pasa nada por trascender el sexo, pero ¿se supone que una categoría tan evidentemente artifical como race es más firme e inamovible que el sexo? —le preguntó Saraswati a Nivedita.

"En su novela, Sanyal ha compuesto un texto híbrido y dinámico en el que el análisis teórico, los saltos temporales, la inserción de tweets y entradas de blogs, y sobre todo, los desvergonzados e hilarantes diálogos, suman a la experiencia lectora"

Identitti transcurre en un ambiente juvenil universitario, donde las estudiantes comparten piso, se enamoran, discuten y se van de fiesta. La vivacidad e irreverencia del tono narrativo no sólo sirven para dar textura al argumento; sino que también contribuyen a que los densos conceptos de la teoría poscolonial se deslicen suavemente en la mente de las y los lectores. Así, Sanyal sirve en una bandeja entretenida y con mucho sentido del humor, pesados postulados teóricos. De hecho, la segunda parte de la novela, titulada «Poscolonialismo pop» está dividida en capítulos que toman sus títulos de obras fundacionales del pensamiento poscolonial: Woman, Native, Other (de Trinh T. Minh-ha); Black Skin, White Masks  (de Frantz Fanon); Orientalismo (de Edward Said); The Location of Culture (de Homi K. Bhabha); Can the Subaltern Speak? (de Gayatri Spivak); y Decolonising the Mind (de Ngũgĩ wa Thiong’o). Al final del texto, además, Sanyal, muy generosamente, incluye un listado de lecturas titulado «La bibliografía de Saraswati», una guía para profundizar en los temas de la novela.

En su novela, Sanyal ha compuesto un texto híbrido y dinámico en el que el análisis teórico, los saltos temporales, la inserción de tweets y entradas de blogs, y sobre todo, los desvergonzados e hilarantes diálogos, suman a la experiencia lectora. Es verdad que la extensión de Identitti puede parecer extenuante o excesiva (más de 400 páginas en su edición en español). En algunos momentos, las accidentadas discusiones entre Nivedita y Saraswati, que parecen centrarse más en los reclamos que en la reflexión, hacen que el dinamismo del texto se estanque y parezca que la trama no avanza. No obstante, la lectura total resulta divertida a la vez que enriquecedora. De hecho, uno de los grandes méritos de la autora es que disfraza con ciertos códigos de la novela juvenil y el género de coming-of-age, un agudo e inteligente ensayo sobre las tareas pendientes de las políticas identitarias y del pensamiento poscolonial. Tal vez, en un guiño al disfraz de ese gran personaje que es Saraswati.

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Autora: Mithu Sanyal. Traductora: Paula Arguiriano. Título: Identitti. Editorial: Consonni. Venta: Todos tus libros.

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