La segunda temporada de The Bear consiguió el récord de nominaciones a los Premios Emmy para una comedia, con 23. Pero si algo demuestra la tercera entrega, que llega este viernes a Disney+ en España, es que desde luego tiene poco de comedia, mucho de locura y un cierto estancamiento en su historia.
Nat y Tyna, los dos descubrimientos de la temporada
Si Carmy era el centro de toda la historia en las dos primeras temporadas, en esta el protagonista pierde fuelle y se enreda en las consecuencias del final de la segunda entrega, que le dejó solo y al borde del colapso tras la caótica apertura de su restaurante, The Bear.
Esa introspección y las continuas y cansinas peleas que mantiene con su primero Richie —fantástico Ebon Moss-Bachrach— dejan espacio para el descubrimiento de otros personajes que hasta ahora tenían poco protagonismo. Y, desgraciadamente, Sydney (Ayo Edebiri) no es una de las afortunadas.
Ederbiri brilla sin embargo en la dirección de uno de los dos mejores episodios de esta temporada, el sexto, «Napkins», centrado en conocer la vida de Tina, la cocinera a la que interpreta Liza Colón-Zayas, antes de su llegada al establecimiento de bocadillos que regenta Michael Berzatto (Jon Bernthal), cuyo suicidio fue el punto de partida de la historia de la serie.
Precisamente una conversación que mantienen Tina y Michael cuando ella está buscando desesperadamente un trabajo, es una de las mejores secuencias de toda la serie hasta el momento —ya hay una cuarta temporada en preparación—.
También destaca por encima del resto el capítulo ocho, en el que Nat (Abby Elliott) se pone de parto mientras está metida en un monumental atasco y solo logra localizar a su desequilibrada madre, DD (Jamie Lee Curtis), con la que parece recuperar la relación perdida.
Colaboraciones destacadas
Curtis es una de las colaboraciones más destacadas de la temporada y borda su intervención, al igual que hace Bernthal en los flashbacks que ayudan a descubrir mejor su personalidad.
John Cena aporta los toques de comedia más claros como Sam, hermano de los dos manitas que ayudan a todo en el restaurante —Neil y Teddy— en algunas escenas en las que todo vuelve a bordear el desastre habitual de la primera temporada.
En otro episodio aparece Josh Harnett, como el nuevo novio de la exmujer de Richie, que también comparte un par de brillantes momentos con su hija Eva (Annabelle Toomey, con un gran futuro por delante).
Además, se suceden las colaboraciones estelares de chefs reales del nivel de René Redzepi, Grant Achatz, Daniel Boulud o Thomas Keller, entre los que se cuelan algunos cocineros de ficción a los que interpretan Olivia Colman o Bradley Cooper —solo en una fotografía sacada de su película Una buena receta (2015)—.
La música, nueva protagonista de la temporada
Muchas colaboraciones para una temporada arriesgada desde el punto de vista narrativo, que cambia de estilo en cada episodio y que incluye muchos elementos del cine documental, con una mayor importancia a la forma que al contenido.
Y en ese esquema cinematográfico y visual cobra gran relevancia la música, que se convierte en una de los protagonistas de esta temporada.
Desde The Ronettes a Taylor Swift, pasando por Radiohead, The Rolling Stones, Van Morrison, David Bowie, Beastie Boys, Carol King, Kate Bush, Smashing Pumpkins, Weexer, o Brian Eno & John Cale, la música es la base sobre la que se construyen las historias.
Diez episodios que dejan un poso de amargura y cuyo final es más el regreso al punto de partida que prepara a los espectadores para la cuarta temporada.
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