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Todos los días serán sábado, manual de supervivencia

Todos los días serán sábado, manual de supervivencia

Escucho. El silencio al abrir la ventana de la cocina. Solo el viento —que golpea con fuerza las tejas— me lleva la contraria. “Todos los días serán sábado a partir de ahora“, pienso.

Repito. Las palabras de Antonio Lucas: “Dentro de dos semanas todos estaremos cansados; quien tenga la fortuna de no contagiarse tendrá un rebote psicológico muy fuerte provocado por esa sensación de vida perimetrada, acotada”. A los poetas hay que hacerles caso, sobre todo cuando escriben en prosa.

Leo. Esta frase de Ensayo de la ceguera: “Iré viendo menos cada vez, y aunque no pierda la vista me volveré más ciega cada día, porque no tendré quien me vea. Y pienso que debo esforzarme en ser visto para no quedarme ciego: le envío un guasap a José Pablo, hablo con Mónica y con mi hija —nos sumergimos en La Ilíada, gracias a Arístides; les explico quién fue Paris y por qué Aquiles fue siempre mi preferido—, llamo a mi madre por teléfono.

Releo. La peste, de Camus. Óscar Esquivias contaba hace unos días en Twitter que sus ventas se han disparado en Francia. En España somos más de Sálvame y del telediario de Antena 3. Cada pueblo se droga con lo que más le gusta. Los franceses siempre han sido más de Moët Chandon que nosotros, que preferimos para brindar la sidra El Gaitero.

Recuerdo. Que dejé abandonado —unos días antes del confinamiento— Maelstrom, de Sigrid Rausing, en la estantería, a medio terminar. Abro el libro —en el que cuenta la epopeya de su hermano y su cuñado adictos— por una página al azar: “Y a pesar de los momentos felices, aquella época estuvo cuajada de angustia, remordimientos y una enorme tristeza para los niños“. La heroína es también un perímetro, me digo a mí mismo.

Descubro. El horror en el artículo de Carlos Mayoral. Reconozco que yo también negué hasta tres veces que esto fuese de verdad. Nunca pensé que el monstruo se colaría por cada balcón de nuestras casas como él nos cuenta.

Pienso. En esa canción que cantabas cuando querías hacerme reír. Lo intento, pero al escucharla ahora solo puedo llorar; tampoco me parece mal, el problema vendrá cuando nos quedemos también sin lágrimas.

Olvido. Que hace un año recorrí las calles de Cracovia persiguiendo a Szymborska. Que teníamos una vida diferente.

Recibo. Un mail de la editorial Alpha Decay con consejos para combatir la ansiedad.

Me pregunto. Por qué le llamé a este blog La orquesta del Titánic. Esta mañana suena en mi cabeza Nearer, My God, to Thee mientras nos estamos hundiendo.

Comparto. Esos 8 consejos de Olivia Sudjic porque estoy convencido de que todavía podemos sortear el iceberg; que dentro de poco los días dejarán de ser siempre sábado.

Consejos de Olivia Sudjic para combatir la ansiedad

1. Escribe. Pero no en el móvil. Hazlo con bolígrafo y papel. Incluso dibuja un diagrama. Dibuja un mapa. No tiene por qué ser un diario o reflexiones profundas. También puedes hacer una lista de libros pendientes o elaborar un planificador de comidas (créeme, te ayudará a ordenar pensamientos dispersos y a tenerlos bajo control).

2. Dibuja. Dibuja este instante de nuestras vidas. Siéntate tranquilamente dentro de casa. Registra el tiempo de esta forma. Ponle fecha a los dibujos.

3. Cocina. Si eres un cocinero terrible, cocina comida terrible, pero sigue las recetas al pie de la letra.

4. Aprende un idioma. Haz listas de vocabulario. Localiza a alguien de otro país que también esté encerrado para que así podáis llamaros y practicar juntos.

5. Si no puedes concentrarte en la lectura, escucha un audiolibro. Relaja mucho que alguien te lea, incluso mejor, leeros en voz alta unos a otros, es una de mis cosas favoritas y me recuerda a cuando era pequeña.

6. Muévete aunque sea para limpiar y mantener la casa impecable, esto, por supuesto, tiene una doble función. Y no estoy diciendo que limpies de forma obsesiva-compulsiva por el COVID-19, sino para mantener tu casa lo más acogedora posible, es algo sumamente satisfactorio porque es un logro visible.

7. Llama, no sólo envíes mensajes de texto (a no ser que la tos y el dolor de garganta te lo impida, en ese caso escribe). Hay una gran diferencia entre escuchar la voz de alguien y mirar una pantalla.

8. Canta. Ponte canciones de las que te sepas toda la letra y canta. Puntos extra para las canciones de los noventa, esa época en la que la mayoría de nosotros pensábamos que la vida adulta en 2020… no iba a ser así precisamente.

—————————

Nota: Olivia Sudjic es autora de Expuesta: Un ensayo sobre la epidemia de la ansiedad. Este libro fue publicado por la editorial Alpha Decay. Esta semana me enviaron un mail para regalarme estos consejos para combatir la ansiedad, que comparto con vosotros. En este correo electrónico decían: “Hoy nos ponemos en contacto con vosotros no para promocionar una novedad (ojalá), sino para transmitiros toda la fuerza y el ánimo necesario en un momento tan difícil como este. Fuerza que nos gustaría haceros llegar a través de Olivia Sudjic, autora de Expuesta: Un ensayo sobre la epidemia de la ansiedad, y de unos consejos para combatir la ansiedad, que compartió con todos sus seguidores unos días atrás y que pueden ayudar a hacer más llevadero el confinamiento. Esperamos que os sean útiles“. Que no se me olvide, que no se nos olvide, cuando termine esta pesadilla quiénes nos hicieron el infierno un poco más soportable.

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