En este omoshiroi que os sirvo en Zenda, publico una vez al mes un diario de lecturas y conversaciones sobre libros.
Viernes, 1 de abril
Estrenar el mes en viernes conserva un aroma de esperanza cumplida, una ilusión que llega en el mejor momento. Repaso mi dietario de papel. Debajo de la última hora registrada en rojo (20 horas) y del santo del día (San Venancio), aparece una frase que me hace reflexionar: “Mantén tu rostro hacia la luz del sol y no verás la sombra” (Helen Keller).
Sábado, 2 de abril
9.24 de la mañana. “Buenos días, Agustín; ha muerto Imbroda”, me avisa por WhatsApp Enrique Delgado, el jefe de Fin de semana de El Confidencial:
En el segundo párrafo del obituario intento reflejar la personalidad del entrenador:
“Entusiasta de la educación, tenía una gran vocación docente y logró que un equipo de colegio (Los Maristas de Málaga) llegara a competir con los más grandes del baloncesto. Optimista irredento, líder natural, sabía extraer lo mejor de cada miembro de su equipo exigiendo responsabilidades. Requería disciplina y espíritu de sacrificio. Detestaba a los vagos y a los que no aprovechaban su talento para sacar lo mejor de sí mismos. Sus ideas claras (para él) muchas veces se convertían en cabezonerías que sufrieron jugadores y ‘staff’ de sus equipos de baloncesto y de la consejería. «Ataques de entrenador», se dice en términos deportivos”.
En una cena de verano de hace años, refrescada por aire acondicionado y anécdotas de sus jugadores, sonreía y reía mientras se aprovisionaba de pescaíto frito y jamón ibérico de bellota. Se quitaba el sudor de la frente con una servilleta de tela.
Martes, 5 de abril
El País Vasco que quiere abandonar el túnel oscuro, gélido, inhóspito. Un nuevo horizonte, aún con dudas. La necesidad de respirar. Jon Sistiaga no para de hablar de Purgatorio, su novela, que está ya entre los libros más vendidos. Se gusta y gusta. Mucho. El terrorismo no solo se vivió “arriba”; también en Madrid lo sufrí cuando dejé de escribir mi nombre en el buzón, cuando amenazaron y asesinaron a compañeros de oficio, cuando te despertabas con el eco de un coche bomba. La mañana del 8 de septiembre de 1997 cubrí para el diario El Mundo el atentado de ETA en Rincón de la Victoria. Entonces me di cuenta que esto del periodismo iba muy en serio. Tenía 25 años.
Miércoles, 6 de abril
Entro en la librería Rayuela. Disfruto con el orden por editoriales. Arranco la lectura de Clásicos para la vida. Una pequeña biblioteca ideal de Nuccio Ordine, uno de esos libros que te pueden marcar. Toñi me dice una frase que apunto justo antes de dormir: “Si todos saben de todo es que ninguno sabe de nada”.
Jueves, 7 de abril
Paco Pérez Bryan fue la voz, el alma y el gran renovador de Radio 3. Uno de los periodistas musicales más cultos, divertidos y preparados. Le escucho en directo desde la segunda fila. Me doy cuenta del valor de lo efímero y de la importancia de ir a los sitios. La charla no tiene streaming ni luego se ‘subirá’ a Youtube como ahora se acostumbra.
Viernes, 8 de abril
Viernes de Dolores. Felicito a Cristina por su 47 cumpleaños. Voy a votar y los representantes de ambas candidaturas, los unos frente a los otros, te saludan como pidiéndote que no les falles. No me paro con ninguno. Entro rápido a la cabina. Introduzco la papeleta en el sobre, voto y me despido. Hay que preparar varios temas para el fin de semana.
El ‘Toma y Lee’ de este mes guarda un aire melancólico.
Sábado, 9 de abril
Los nervios de la noche anterior antes de que empiece la representación de Jerusalén. ¿Qué vas a estrenar? Todo está preparado.
Domingo, 10 de abril
Domingo de Ramos en Málaga. ¡Viva la Pollinica!
“Te he puesto falta con las gambitas en calle Comisario”, me dice mi amigo cofrade. Durante varios años, antes de ver la Pollinica, la hermandad de los niños, tomábamos un aperitivo. La costumbre se ha esfumado ya, pero siempre nos acordamos. Su primera hija nació un Domingo de Ramos por la mañana.
Lunes, 11 de abril
El bastón no hay que apoyarlo en el suelo mientras andas. Carlota: “¿Tito, pero no ibas con birrete?”. Es la primera vez que acompaño al Cristo de los Estudiantes representando a la UMA (soy el único profesor del Departamento de Periodismo). Canto una docena de veces el Gaudeamus Igitur. La noche es espléndida.
Martes, 12 de abril
¿Y si mi idea de felicidad perfecta (la pregunta del cuestionario Proust de Javier Aznar en el hotel Jorge Juan) fuera justo lo que está ocurriendo ahora? El diario de papel está huérfano de notas. Toñi y yo sabemos lo que significa este día. Hay veces que si lo compartes, se pierde el sentido de lo vivido.
“No recordamos días, sino instantes” (Pavese)
Miércoles, 13 de abril
La Virgen de la Paloma pasa por la calle Larios. Dudo entre hacer una fotografía o un vídeo. Ni uno ni lo otro. Me concentro en la Virgen de los ojos verdes. Ese trono barroquísimo, de belleza excesiva y arbotantes que acarician el cielo. Hombre, no, el protagonista no puede ser el político. Parad ya de aplaudirle y vitorearle. Vergüenza.
Jueves, 14 de abril
¡Mena sale!
Llevo desde los 18 años llevando sobre mis hombros el Cristo de la Buena Muerte, más conocido como el Cristo de Mena. Una de las mayores satisfacciones es ver los rostros del público que se emociona al ver el paso del trono, las preguntas y comentarios: ¿Cuánto pesa? ¿Estáis ya cansados? Venga, campeones, que ya queda poco. Mira, esa es María Magdalena. Mamá, ¿esa era la novia de Jesús?
Una niña grita: “¡Viva Inri!”.
En la Alameda, una mujer de unos 30 años llora sin consuelo. Parece que no solo es de emoción. Debe haber algo personal, íntimo. Me quedo sin saber su historia. La buscaré el Jueves Santo de 2023.
Viernes, 15 de abril
Sábado, 16 de abril
Vemos Espartaco. La de vidas que tiene el personaje que interpreta Kirk Douglas. A medida que avanza el metraje de la película, el hoyuelo parece cada vez más hundido. Se pega muchos ajetreos el grande de Kirk. Qué malvados son los malos, malísimos, ¿verdad? Ay, estos romanos.
Domingo, 17 de abril
Un periódico mexicano tituló hace algún tiempo el Jueves Santo: “Hoy lo matan… ¡y el domingo resucita!”.
Lunes, 18 de abril
La ciudad sigue suspendida en el tiempo. Al acostarme, huelo, en duermevela, el incienso de los días pasados. Suenan marchas procesionales en la memoria. El año que viene volverá. Será lo mismo… y será —siempre lo es — distinto.
Martes, 19 de abril
Clase magistral de Fotoperiodismo de Txema Rodríguez en #Fotoper22. Txema es sencillo y prefiere que las fotografías se expliquen por sí solas. Devoto de las posibilidades creativas del blanco y negro, siento predilección por sus retratos y por las imágenes que captan la esencia de lo ocurrido con unos encuadres que beben vida.
Miércoles, 20 de abril
El 20 de abril de 1992 viajé a Valladolid. Por la tarde escuché a Antonio Herrero en un colegio mayor. Habló Herrero de Corcuera, González y Pedro J. Su programa de Antena 3 Radio era el líder de audiencia de las mañanas. Por la noche, salí con los amigos de clase de la Ponti por los bares de la Gran Vía de Salamanca. Creo que me desperté al día siguiente cuando Carlos Pumares ya había llegado al estudio de Oquendo, 23.
A mi padre le conceden la Medalla de Oro de la Virgen de la Cabeza en Málaga. Hace 25 años fue uno de los fundadores de la hermandad. Carlota lee un discurso en el que agradece todo lo que aprende de él. Papá se emociona.
Jueves, 21 de abril
A ese hombre las patillas se le juntan con el bigote.
—¿Sabes a quién vi el otro día?
—Pues ni idea.
—Al ‘enterao’ de la Escuela de Idiomas.
Viernes, 22 de abril
Modero una futurista, más bien ya realidad, mesa sobre la aplicación de la inteligencia artificial. Hubiéramos necesitado al menos diez minutos más de debate. Salgo a tiempo de evitar el atasco de los viernes del Málaga Tech Park.
En La Térmica, Miguel Ángel Aguilar da una respuesta, llena de meandros, memoria y lucidez, que dura 15 minutos. Al acabar el acto, le digo a Teo León Gross, presentador del acto junto a Moreno Peralta: “Ha sido un delicioso caos”. En la cena, Aguilar sigue divertido, locuaz e irónico. Se muestra juguetón con el código QR. En un momento determinado, saca su bloc de notas de la chaqueta y cita la frase textual del político. No tiene móvil, pero responde correos electrónicos desde su inseparable iPad. Quiere ir a los Toros en Sevilla.
Sábado, 23 de abril
Todos los libros y una rosa. Los diarios moscovitas de Olga Merino en Alfaguara son una delicia.
“La fiebre de una vocación atroz que me fustigaba como un látigo de siete colas: tenía terror a la escritura. En el fondo, los primeros años son el inventario de un vacío”.
Avanzo las páginas y subrayo.
“Serguéi se fue a la dacha con su madre. Dicen que en Rusia solo hay dos estaciones: el invierno y la dacha”.
Domingo, 24 de abril
Hoy mi abuelo Agustín cumpliría 115 años. Era el último caballero de la Costa del Sol. Mi tío Pepe dice: “Nadie se muere mientras se le recuerde”. Yo me acuerdo de su expresión “oja” (sin hache), que la decía para expresar sorpresa o admiración, de su vino blanco que tomaba antes de las comidas, de su bigotito blanco. Había sido campeón de boxeo y de natación. Mi tía Nieves, desde Australia: “Enamorado de Charito a quien perdió demasiado pronto y con una carga inmensa de hijos”. Eran ocho. Los abuelos son seres maravillosos.
Mi abuelo Agustín era Vittorio De Sicca.
Martes, 26 de abril
Mamá cumple años. Merendamos dulces en una cafetería con cristaleras bajas, como a ella le gusta. Planificamos un viaje familiar para final de primavera. Hay varias opciones. Atrapar estos momentos, que no se vayan nunca.
Miércoles, 27 de abril
La semana de Japón en Málaga lleva ya tres ediciones. Tiene ganas de consolidarse. Gran labor de Olga Grymierski. En el patio de banderas del Ayuntamiento hay degustación de sake. El embajador japonés habla un español muy fluido. Practico el idioma y nos saludamos muchos nipónadictos. ¿Cuándo abrirá Japón al turismo?
Sábado, 30 de abril
Subimos al Wonder of the Seas, el crucero más grande del mundo, para escribir una crónica de su escala en el puerto. Tomo notas, el capitán noruego va muy elegantón y la ciudad fenicia se ve pequeñita desde esta altura. Me interesa este universo viajero.
Aurora Luque, Premio Loewe, todo lo contrario. Escribe en mi muro de Facebook: “Megalomanía, contaminación atroz, masificación (7.000 plazas) y vulgaridad. El crucero es un formato turístico aberrante: un Benidorm flotante y ruidoso. Gente que viaja para decir que ha viajado en ‘el más grande’. Barcos pretenciosos para quienes no aman ni el mar ni el viaje en libertad, sino el puro postureo y el mogollón”.
Mañana también amanecerá. Y nos vamos.
Memento mori.