Toni Montesinos: un resistidor inigualable

Hay tratados que funcionan como una suerte de diagnóstico que es al mismo tiempo un llamado a la acción. Después de haber leído esta crónica que abarca treinta años de lecturas de narrativa en español, nos sentimos mejor equipados para hacer frente al imparable predominio de las máquinas: “Clarín retrató como nadie la historia de un niño que representa al vagabundo de una España al borde del desastre”, leemos en el texto “Clarín”.

Hemos recorrido el tratado Un mundo de novela (Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2024) para subvertir el influjo pernicioso de esa información que no nos informa de nada. Frente a las fantasías y los delirios de las masas a los que nos someten los mass media, los ejercicios de no ficción que entrelaza el catalán Toni Montesinos (1972) nos disuaden de un prejuicio: que el homo sapiens, a pesar de todos sus evolutivos avances, sigue siendo perennemente autodestructivo.

Difícil no quedar impresionados por la meticulosa forma en que el redactor jefe de la revista Qué Leer construye su prolijo vademécum, salpicando lo que en otras manos suele ser un árido análisis, con ejemplos vívidos: “El régimen peronista hartaría a Julio Cortázar hasta llevarle a la emigración parisina”, aventura en “Julio Cortázar: amistad a lo largo”: “Sería su gran salto de rayuela”. Lo que Montesinos pretende añadir al debate cultural de nuestra incultura ilustrada es una visión a largo plazo para todas las épocas.

Al aplicar su inquisitiva lente a las revelaciones omnicomprensivas de la mejor literatura en castellano nos prepara, de paso, para los siempre presentes terremotos internacionales. Expone el colaborador de Cuadernos Hispanoamericanos, Cultura/s de La Vanguardia o El Viajero sólidos argumentos para contrarrestar los líquidos algoritmos que nos ahogan. De él podría decirse lo que él dice de Vargas Llosa: “Destaca como resistidor inigualable en el mundo de las letras”, sostiene en el ensayo homónimo: “Su presencia va más allá de la novelística y toca lo político, lo periodístico y lo investigativo”.

Porque cuando frecuentamos los libros en papel, parece concluir el ensayista de Mecanismos gélidos (2024), esas tecnologías tradicionales que transmiten palabras e ideas más lejos y más rápido que sus hermanos digitales, nos convertimos en agentes aglutinantes más fiables que las verdades mismas: “La de Marcel Proust es una nostalgia de muchos mundos perdidos”, afirma el escritor Eduardo Lago en una entrevista con el autor denominada “El texto como pérdida”: “Es la patria perdida, la lengua perdida”,

A nuestro rescate acude el eclecticismo. No en vano, Un mundo de novela nos muestra que la frecuentación de la peor grafomanía es susceptible de desencadenar catástrofes que ni siquiera imaginábamos, incluida la destrucción de la inteligencia universal: “El paso del tiempo es un vendaval que distorsiona lo que pasó en realidad, dejándonos con una síntesis que parte de una opción de voluntad nuestra, de la manera de interpretar el ayer”, sostiene Montesinos en el prólogo.

Contra las redes de desinformación masivas, las estructuras básicas que propone nos enseñan a cooperar, permitiéndonos creer en esos entes imaginarios que fomentan nuestras facultades para tejer narrativas, estas Lecturas de narrativa española e hispanoamericana, “una constatación de mi yo lector presente como un regreso a lo que fui y empecé a aprender y a escribir en torno a los veinte años”. concluye el hacedor, en las palabras previas a su colección de artículos.

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Autor: Toni Montesinos. Título: Un mundo de novela: Lecturas de narrativa española e hispanoamericana. Editorial: Prensas de la Universidad de Zaragoza. Venta: Todos tus libros.