Inicio > Poesía > Travesía del poeta dismoderno

Travesía del poeta dismoderno

Travesía del poeta dismoderno

Desde el brío de la performance original hasta las páginas que recogen su caudal, el corazón fibrilante y desnudo del poema, tal y como se indica en la nota última. Indudablemente. En este libro, con la estimable traducción del también poeta gallego Ismael Ramos, Antón Lopo nos descubre —en todas sus acepciones— una voz que agrupa ese elemento manejado incansablemente por la poesía —la luz— a través de su exilio, sin que basten las explicaciones ni los argumentos de honda caladura. ‘En el exilio la fantasía es un chico que muy pocas veces hace visitas’, nos dice al comienzo, y es que todas las concepciones básicas para escribir algo lírico y ser el escritor de ese algo lírico han de cambiarse por una determinante elección, la fragmentación o la preservación. Lo primero es más práctico. Conlleva la huida, la ausencia de cadáver que velar. Todo se hace fuga y lo esparcido es concienzudamente separado para que no haya tentativas de reunión. Sólo su sombra intacta, sólo sus versos siendo toda la claridad, ‘la de las voces que oí durante mi desaparición’.

"La valía de Lampíricos en su voluntad de hablarte con misma crudeza y mesura se recupera en sus especulaciones"

Es la premisa de Lampíricos [Diarios 8], y progresivamente se va haciendo más y más nítida. Vamos sabiendo quién es el que realiza esa travesía, reconociéndose y autodenominándose como ‘poeta dismoderno’, aquel que carece de ombligo —son bien disimuladas estas sornas a ser poeta a lo largo del libro—, aquel que es ‘antiplacentario, consanguíneo’; un tipo de poeta que se crece por la expulsión, por todo elemento que demuestre fuerza, aceleración, degeneración incluso, fruto de un corazón que prefiere las arritmias, ‘alterado a nivel sensorial’, que es verdaderamente, y esto es un asunto siempre complicado y de interminable discusión a la hora de buscarle cierto ajuste para su entendimiento. Lopo nos sitúa en el estado poético de la urgencia. Por esa razón, no es Lampíricos un trabajo que requiera del sí-es-no-es para que podamos concebirlo o comprenderlo de un modo u otro. Su lectura sucede, nos pasa indiferentemente de que le prestemos atención o no y, de sentirse llamada nuestra curiosidad, habremos de zambullirnos en sus rápidos de afiladas ironías y trascendencias que reposar para que nos resulten simpáticas o inquietantes sus declaraciones sobre lo político, la poesía, el entorno que —parece— sólo sabemos destruir, lo hipocondríacos que acabamos por suma y evidencia de nuestra indefensión.

"Lopo es un peculiar cruce entre las voces de Friedrich Hölderlin y Bernard-Marie Koltès, entre la elevación y el arrastre"

Por motivo de ese carácter performativo, según qué parte se deja llevar más por temas que, de forma escrita, no alcanzan esa plenitud de lo que se supone más potente si es declamado ante un público, pero la valía de Lampíricos en su voluntad de hablarte con misma crudeza y mesura se recupera en sus especulaciones: ‘¿Debe el poeta exponerse o ser un francotirador?/ ¿Debe ocultarse o volverse invisible, ajeno a la toxicidad publicitaria?/ ¿Debe el poeta deber/ o debe deber nada?/ ¿Poeta y deber son incompatibles? ¿Debe el poeta ser incompatible con algo? ¿Debe ser compatible?/ ¿Ser y deber son compatibles?/ ¿Cuántos cadáveres deben pasarnos por delante para que dejemos de pensar que uno de nosotros, cualquiera de nosotros, podría salvarse?’ Cuando pone en boca de todos sus preguntas, se revela un poso más oscuro.

De la feracidad de lo inconexo y disperso hasta su constitución como materia reconocible, de los bosques abandonados a los cuerpos que deambulan por una estación de autobuses y otros que piden favores y consuelos a cambio de un poco de noche menos solitaria, menos traicionados por sí mismos, es la composición total de lo que rodea esa dismodernidad encontrada y elegida. Lopo es un peculiar cruce entre las voces de Friedrich Hölderlin y Bernard-Marie Koltès, entre la elevación y el arrastre, si se permiten las comparaciones, a pesar de que sus versos hallen mayor acomodo si solos, creyendo que nunca llegan pero llegando, observando desde fuera hasta perderse.

—————————————

Autor: Antón Lopo. Título: Lampíricos [Diarios 8]. Traducción: Ismael Ramos. Editorial: Letraversal. Venta: Todos tus libros.

1.6/5 (5 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios
reCaptcha Error: grecaptcha is not defined
  • Ecos que el tiempo no acalla

    /
    abril 12, 2025
    /

    Hoy hablamos de Edgar Allan Poe (1809-1849), cuyos Cuentos completos (Páginas de Espuma, 2025) acaban de publicarse en la que, con toda probabilidad, es la edición definitiva del titán de Boston: íntegros, comentados, ilustrados, con una traducción especializada, y en un formato de lo más atractivo. El volumen está coordinado por dos pesos pesados de la narrativa en castellano: Fernando Iwasaki (1961) y Jorge Volpi (1968). Además, cuenta con sendos prólogos a cargo de dos auténticas maestras del terror y lo inquietante —las mismísimas Mariana Enriquez (1973) y Patricia Esteban Erlés (1972)—, una traducción reluciente realizada por Rafael Accorinti y…

    Leer más

  • Las 7 mejores películas judiciales para ver en Filmin

    /
    abril 12, 2025
    /

    1. 12 hombres sin piedad (12 Angry Men, Sidney Lumet, 1957) 2. Testigo de cargo (Witness for the Prosecution, Billy Wilder, 1957) 3. Anatomía de un asesinato (Anatomy of a Murder, Otto Preminger, 1959) 4. Algunos hombres buenos (A Few Good Men, Rob Reiner, 1992) 5. Anatomía de una caída (Anatomie d’une chute, Justine Triet, 2023) 6. Saint Omer (Alice Diop, 2022) 7. Veredicto final (The Verdict, Sidney Lumet, 1982)

  • Gombrowicz: La escritura imperecedera

    /
    abril 12, 2025
    /

    No debemos olvidar a quienes, haciendo novela o ensayo, no dejan de escribir en torno a sus íntimas pulsiones y avatares, tal es el caso de Proust, Cansinos Assens, Canetti, Pavese, Pitol, Vila-Matas, Trapiello… Dado que los escritores no son gente de fiar, eso que se nos ofrece como «diario» con frecuencia no es tal cosa, pues hay sobrados ejemplos de obras presentadas como tales cuando en realidad no hacen sino mostrarnos, sin ataduras, el atelier donde el autor se refugia para crear. Por no hablar de los textos auterreferenciales como, por ejemplo, los Cuadernos de Paul Valéry —trabajo inconmensurable…

    Leer más

  • 5 poemas de Ferozmente mansa, de Amelia Lícheva

    /
    abril 12, 2025
    /

    Dice Gema Estudillo que la voz poética de Amelia Lícheva filtra, analiza y comprende la vida y que es necesaria para traducir el mundo. Y añade: “La vida cotidiana, las relaciones interpersonales, los problemas sociales o la incomunicación son algunos de los temas para los que Lícheva debe conformar ese lenguaje nuevo. Sus logros no pasarán desapercibidos para el buen lector”. En Zenda reproducimos cinco poemas de Ferozmente mansa (La tortuga búlgara), de Amelia Lícheva. *** Último tango La tarde trata de recordarse a sí misma ligero el viento y blancas nubes, pero el sol no se rinde y brillando…

    Leer más