El comentario de este curso, de treinta horas lectivas, estuvo formado por trece ponencias, más un acto de apertura y otro de clausura. Por su extensión se publica en dos partes.
La Universidad Complutense organizó en la tercera semana de julio dentro de los Cursos de Verano del Escorial, 12+1 Autores en busca de su personaje, dirigido por el escritor y periodista Antonio Pérez Henares, siendo secretario el profesor y escritor Emilio Lara. El curso versó sobre cómo y de qué manera los ponentes buscaron su personaje y cómo lo encajaban en sus novelas.
Todos los autores que participaron, con independencia de su personal estilo, poseen unas características comunes y los resultados que obtienen son similares. Desde Jesús Maeso a Juan Luis Arsuaga, los trece escritores, en sus exposiciones, muestran unas pautas comunes:
—Pasión en todas y cada una de las descripciones de hechos históricos y sus personajes.
—Detalles minuciosos en todos sus argumentos.
—Un profundo estudio y erudición en la descripción de los hechos.
—Coincidente afirmación de que son escritores de novela histórica, en donde existe ficción, pero demuestran ser rigurosos y eluden realizar análisis de la historia con revisiones presentistas.
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Comienza el curso el lunes 19 de julio con la bienvenida del director, en nombre propio y en el del secretario, y expresa su convencimiento de que, sabiendo del profundo conocimiento de la literatura y de la historia que poseen los ponentes, las clases serán concordes con la excelencia y el nivel de erudición habitual en la Universidad Complutense. Considera que hay muchos prismas para ver la historia, prismas como los que tiene la novela histórica, que pueden ayudar a que exista una perspectiva diferente, considerando que, a veces, es necesario que esa perspectiva sea crítica. Explica que cada uno de los ponentes, dentro de la total libertad de cátedra de la que disponen, hablarán de los protagonistas de sus novelas, analizando sus características y peculiaridades.
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10:30 horas: primera ponencia, impartida por Jesús Maeso de la Torre (escritor, conferenciante y articulista), titulada “La tribu hispana en la Roma Imperial”.
Jesús Maeso parte de la premisa de que los españoles son romanos que formaron, entre todos, una gran tribu hispana. Esperábamos que analizara a los prohombres nacidos en Hispania que llegaron a ocupar las más altas magistraturas dentro del Imperio Romano, pero Maeso sorprende hablando de romanos poco conocidos, secundarios de lujo que permanecen tapados por los grandes personajes. Son estos desconocidos los que ayudaron a aumentar la influencia hispana en el Imperio. En el repaso de esos secundarios habla entre otros muchos de Lucio Cornelio Balbo, personaje de su libro Las lágrimas de César, primer no nacido en la península Itálica que llegó a ocupar el puesto de cónsul, en el año 40 a.C. Destaca también la figura de Cayo Apuleyo Diocles, protagonista de su libro El augur de Hispania, que fue el más notable de los aurigas de la antigüedad, habiendo sido capaz de ganar a lo largo de su vida, como auriga, lo que hoy serían cientos de millones de euros.
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12:00 horas: Isabel San Sebastián (escritora y periodista) imparte la ponencia “Almanzor: el victorioso de Alá, el azote de Dios”
Como cuestión previa, coincidiendo con lo expuesto por Jesús Maeso, analiza cómo España llega a ser una realidad lineal desde los tiempos de los romanos. Fundamenta el éxito, como nación, en la honestidad y la unidad, ya que la corrupción y la división lleva al fracaso, lo que se vio en el momento de la caída del reino visigodo.
Isabel San Sebastián elige para su ponencia, como su protagonista real, a Almanzor —caudillo político y militar del califato de Córdoba, personaje de Las campanas de Santiago— que consigue, a través de 56 aceifas, tener sometidos a los reinos cristianos de la Península. El personaje es fascinante porque suscita una gran polémica: para los suyos fue “el victorioso de Alá”, para sus enemigos “el azote de Dios”. En la crónica Silense se afirma: “… y el demonio que había habitado dentro de él en vida, se lo llevó a los infiernos”. Los habitantes de los reinos cristianos de la Península son los que hacen que España se gane su condición europea, al servir de freno a la expansión musulmana. Considera San Sebastián que la Historia no es fragmentable y, por ende, los personajes que se describen en las novelas deben observarse desde todas las condiciones del momento en que viven. A veces, los protagonistas de las novelas históricas no son personajes reales. Isabel San Sebastián tiene dos protagonistas de ficción en sus novelas: Huma, en Astur, y Alana en La peregrina, y son, precisamente, sus personajes más queridos, por ser los primeros de ficción que creó.
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Esta jornada finaliza en la sesión de la tarde con el escritor Jesús Sánchez Adalid, que imparte la ponencia “La muerte de Almanzor, el saqueo de la Córdoba califal y el final de una era”.
Empieza definiendo lo que para él es la novela histórica, como género de evasión que posee la característica de mostrar y enseñar la complejidad de la historia, y elige como su protagonista al más grande general del califato de Córdoba, Almanzor (de su libro El mozárabe, y personaje de Las armas de la luz), aunque se centra en el periodo posterior a su muerte. A los 16 años de su desaparición se desmorona completamente el califato de Córdoba debido a la ruina imperante y a la incapacidad de liderazgo de los califas que se suceden en esos años. Se inicia el periodo en que los cristianos se toman cumplida venganza de las tropelías realizadas hasta entonces por las aceifas musulmanas. Córdoba es asaltada por las víctimas de Almanzor, concretamente por los condes catalanes, obteniendo un inmenso botín de oro y metales. Al vender todo el oro se desploma el precio del metal precioso debido a que resultan inundados los mercados y así se pone fin a cuatro siglos de dominio arrollador por parte de los almohades.
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Al día siguiente, martes, Antonio Pérez Henares imparte la ponencia titulada: “Alfonso VIII: El rey pequeño que derrotó al imperio almohade”.
Alfonso VIII, el protagonista escogido, es conocido por el sobrenombre de “el de Las Navas”. Antonio Pérez Henares desarrolla los personajes tratados en esta ponencia de sus obras El rey pequeño y La tierra de Álvar Fáñez. Confiesa que también siente predilección por Minaya Álvar Fáñez, que vivió años antes que Alfonso VIII. Son muchos los personajes históricos principales de la Reconquista, pero el vertebrador de la victoria en la batalla de las Navas de Tolosa es el rey Alfonso. Tan importante fue la victoria de los reyes de Castilla, Navarra y Aragón que sirvió de freno a la expansión de los almohades en su afán de conquistar Europa. España, con la lucha de ocho siglos y concretamente con la victoria en la batalla de Las Navas de Tolosa, marca un antes y un después, ya que a partir de entonces se desmoronan los reinos musulmanes, pasando de ser acreedores a deudores de los reinos cristianos. Este continuo batallar contra los moros convierte a España en la más europea de todas las naciones del viejo continente, ya que merced a esa pelea continua se frenó en la Península el poderío almohade, permitiendo que Europa se vertebre, en la Edad Media, alrededor del cristianismo, la sociedad feudal, la arquitectura religiosa y el Camino Jacobeo. Antonio Pérez Henares e Isabel San Sebastián coinciden, en sus exposiciones, en este último razonamiento.
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Gonzalo Giner (Premio Fernando Lara, 2020), imparte su ponencia “El caballo español en el renacimiento bailando con nobles”, afirmando con rotundidad: «¡Mi personaje, el que me hace distinto, es concretamente el caballo!». «Es mi personaje, no solo porque mi profesión sea la de veterinario, sino también por ser el caballo el animal que empatiza y enamora el alma del lector». En su novela El sanador de caballos el protagonista es un albéitar —nombre dado a los veterinarios hasta entrado el siglo XX—. El periodo histórico de la novela se sitúa entre las batallas de Alarcos y Las Navas, en las que tuvieron gran protagonismo las fuerzas de caballería.
Mahoma, así lo recoge el Corán, consideró al caballo como medio de transporte adecuado para llevar su doctrina por el mundo. La invasión musulmana trajo los caballos de raza árabe a la Península, muy dotados para resistir condiciones de calor extremo y con una gran maniobrabilidad. Estos caballos nos acompañaron a lo largo de la historia. Estuvieron presentes en el descubrimiento y conquista de las tierras del Nuevo Mundo. No solo fueron compañeros de batallas, también aportaron fuerza bruta y tracción para el transporte y la agricultura. El espíritu caballeresco está ligado al caballo; cuando decae la necesidad de caballos de batalla se pierde este espíritu. Por este motivo Carlos V desea ofrecer al mundo, a su Imperio, un caballo español único, motivo por el que el emperador y más tarde su hijo Felipe II decide dictar pragmáticas para fomentar y proteger al caballo. Con estas medidas se consigue una mejora genética que dará lugar a un caballo de raza española de la que descenderán casi todas las razas de América y hará que se instalen por el mundo escuelas de equitación y doma para mostrar su versatilidad y elegancia, consiguiendo que se conviertan los caballos andaluces en cartujanos: estirpe dentro del caballo de pura raza española.
Gonzalo Giner, en su novela El jinete del silencio también hace coprotagonista al caballo, junto a un joven con deficiencia de comunicación al que el amor por los caballos le hace ser capaz de desarrollar un don único para captar la hermosura de las cosas a través del contacto con el caballo. Con estos protagonistas narra el nacimiento de los caballos, antes mencionados, de pura raza española.
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En la tarde del martes, Jorge Molist desarrolla su ponencia: “La epopeya española en el Mediterráneo”, en la que hace protagonista a Constanza, reina de Sicilia y Aragón, personaje de sus novelas Canción de sangre y oro y La reina sola. Los motivos son varios, entre ellos lo que dice Dante Alighieri en la Divina Comedia de Constanza de Hohenstaufen: “Honor de Sicilia y de Aragón”.
En el siglo XIII, el reino de Aragón no podía expandir sus fronteras debido a encontrarse en buenas relaciones con su vecino fronterizo, el reino de Castilla, por lo que se ve obligado a mirar hacia los territorios del mar Mediterráneo. Jaime I, “El Conquistador”, decide solicitar a Manfredo de Hohenstaufen, rey de Sicilia, la mano de su hija Constanza para su hijo Pedro. Así da comienzo la epopeya que llevó al pequeño reino de Aragón, de un millón de habitantes, a enfrentarse y salir ganador frente a los tres hombres más poderosos en la Europa del siglo XIII, los franceses (el rey Felipe de Francia, y el conde Carlos de Anjou) y el papa Martín IV. Los tres estaban dispuestos a quedarse con el reino de Sicilia, por lo que matan a Manfredo y Conradino, padre y primo de Constanza. Quieren borrar a los aragoneses del Mare Nostrum; ante semejante situación, Pedro promete a su esposa Constanza que la hará reina de Sicilia y vengará la muerte de sus seres queridos con todos los medios a su alcance: una exigua flota, un ejército compuesto por el desarrapado contingente de fieros almogávares y el talento de uno de los mejores almirantes españoles, Roger de Lauria. Pedro cumple su promesa y recupera para su esposa Constanza el reino de su padre. El día que Pedro cumple su palabra corona a su esposa Constanza como reina de Sicilia, pero él debe marcharse y dejar que gobierne sola su reino, porque tiene que batirse en duelo con su enemigo Carlos de Anjou. Así finaliza Canción de sangre y oro, el libro con el que obtuvo Jorge Molist el Premio de novela Fernando Lara, y da comienzo La reina sola.
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El miércoles, el escritor Luis Zueco presenta la ponencia titulada: “Hernando Colón: ¿se puede tener todos los libros del mundo?”, siendo este uno de los personajes de su última novela, El mercader de libros.
La invención de la imprenta no solo afecta al libro, sino que también revoluciona el mundo del conocimiento y el saber. Al poder imprimirlos, los libros se abaratan y se popularizan. Siguen siendo un artículo de lujo, pero dejan de ser prohibitivos, y a medida que se desarrolla la industria de la impresión aparecen hombres que sienten la necesidad de saber, aprender y acumular libros. Uno de ellos es el hijo bastardo de Cristóbal Colón, Hernando, ilustrado, humanista, diplomático, políglota, cosmógrafo, marino y aventurero. E hijo predilecto de El Almirante. Con solo trece años acompaña a su padre en el cuarto viaje al Nuevo Mundo. Hernando estudia Leyes y se convierte en un exitoso abogado y hombre de negocios. A medida que pasa el tiempo va desarrollando una pasión por los libros y por todo material impreso. Su deseo es tener copia de todo lo que se imprima en el mundo, y para conservar todos sus libros, cuadernos, panfletos, grabados, hojas y demás material impreso crea la Biblioteca Colombina. Para llenarla de contenido establece una red de agentes que se dedican a rastrear todo lo que se imprime y lo adquieren para su biblioteca, y crea también un sistema de organización bibliotecaria, contratando lectores que lean todos los libros y los resuman. Semejante colección de libros merece un espacio y para ello construye el primer palacio renacentista de Sevilla. En su jardín planta más de cinco mil especies vegetales que trae de América, y en él instala su biblioteca de más de veinte mil volúmenes. De Hernando Colón se desconoce su vida privada, y al no tener descendientes lega a su sobrino Diego todos sus bienes. Diego, tal como dejó escrito en su testamento, entrega la biblioteca a la catedral de Sevilla.
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Las ponencias pendientes realizadas por Juan Eslava Galán, Mari Pau Domínguez, Carmen Posadas, Luz Gabás, Juan Luis Arsuaga y la conferencia extraordinaria de Emilio Lara, más el acto de clausura, serán objeto de comentario en la segunda parte de «Trece personajes encuentran a su autor».
Es que ese adolescente hijo de Colón, Hernando, no sólo las pasó putas, sino que además logró dar vida a la expedición; en ambos sentidos, pues era más listo que el hambre… y hasta que su padre y su tío.
Jesús Maeso De la Torre, Jesús Sanchez Adalid, Isabel San Sebastián, Antonio Pérez Henares, Gonzalo Giner, Jorge Molist, Luís Zueco… ¿Se puede pedir más? Menuda jornada y menudo cartel, qué maravillosa sensación poder escuchar a tantos y tan excelentes escritores de novela histórica de nuestro país hablando sobre la construcción de personajes en sus novelas más conocidas… Qué suerte y qué envidia te tengo, Ramón! Gracias por acercarnos tus impresiones sobre tan extraordinaria jornada en la Universidad Complutense! Con ganas de leer el segundo artículo sobre el último Curso de verano de El Escorial (por cierto, pienso mover cielo y tierra para asistir al del año que viene!!)
Junto con el artículo «Buenos tiempos para la novela histórica», de las mejores crónicas de Ramón Villa; y logro difícil es, porque todas sus reseñas son simplemente magníficas. ¡Mi más sincera enhorabuena!