El Año Brossa, que celebra el centenario del poeta y artista Joan Brossa, concluye con una triple propuesta artística híbrida, que es a la vez exposiciones, instalaciones y acciones de la nueva creatividad.
Las propuestas son obra de tres colectivos de artistas que exploran los márgenes de la palabra, la imagen, los objetos, la ficción y la acción, ha explicado este martes en la presentación el presidente de la Fundación Joan Brossa, Vicenç Altaió.
De las tres iniciativas la más curiosa es «La Sala Prohibida», impulsada por el Grupo de Coleccionistas y Anticuarios de Barcelona, inspirada en «una historia real». La exposición reproduce el ático de una casa que se vació recientemente en Barcelona, donde el padre de la familia que la habitaba, P.M., había prohibido entrar a todos desde que se jubiló en los años 90 y cuando recientemente murió la familia decidió tirar la puerta abajo para recuperar aquel espacio vetado. Una cortina roja y tres maniquíes desnudos y transformados daban paso a una instalación que tanto podía ser de un artista como de un pervertido, pero que en el marco de la Fundación Joan Brossa subraya las referencias no sólo a Brossa y su estima a los autómatas, sino también al objeto hallado del Art Trouvé, al Ready-Made de Duchamp y al Art Brut. Muñecas Barbie y Geyperman aparecen en posturas sexuales en pequeñas piezas mecanizadas que culminan en un teatrillo accionado por manivelas con un público de coristas desnudas entregadas al espectáculo, mientras en el foso otras tantas interpretan música al violín. Los anticuarios que finalmente compraron el conjunto han querido evocar en la exposición «el primer impacto» que produjo el descubrimiento de la habitación prohibida e incluso desde fuera varios agujeros incitan al espectador a ver ese interior vetado a la familia.
En la pared de la biblioteca de la Fundación, el proyecto «Omnivoyeur resort: Venta exclusiva de humo», del colectivo Terra-lab: Equip 10, propone «una ficción visual y sonora» para revisar el imaginario visual geográfico de Cataluña, en este caso vendiendo el territorio catalán como humo.
La tercera propuesta ofrece un repaso a las 15 ediciones del Encuentro Internacional de Poesía de Acción y Performance La Muga Caula, que ha tenido lugar en el paisaje vaporoso de La Caula, en Les Escaules (Girona), por donde han pasado más de 200 artistas nacionales e internacionales y que, según su director, Joan Casellas, ha conformado en este tiempo «uno de los mejores festivales de performance de Europa».
La despedida este año del festival es, según Casellas, «una puerta que se cierra pero otra que se abre» y ha anunciado que en la misma población se abrirá un centro consagrado a Duchamp, habitual en el lugar, que se instalará en los próximos años en el edificio de una antigua central eléctrica.
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