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Trotsky huyendo en un trineo de renos

Enjuiciado, condenado y deportado de por vida a Siberia como protagonista del alzamiento contra el zar ruso Nicolás II en 1905, León Trotsky decidió fugarse cuando era trasladado a su prisión para escapar de un destino fatal en el Círculo Polar Ártico, y en una de las postas del camino inició una huida a través de la estepa siberiana en medio de un territorio salvaje y extremo con temperaturas por debajo de los 25 grados. Montado en un trineo y con la complicidad de un cochero llamado Nikifor, el carismático líder de la Revolución Rusa, quien por entonces contaba apenas con 27 años, transitó por la tundra temiendo por su vida y urdiendo decenas de estrategias para no ser capturado. Al mismo tiempo, su talento innato de narrador le empujó a tomar notas de todo aquello que lo fascinaba, especialmente aquellos renos que tiraban del trineo que lo conducía a su libertad. La crónica de esa aventura está recogida en el libro La fuga de Siberia en un trineo de renos, que Siglo XXI Editores acaba de traducir por vez primera al español, y en ella se nos muestra a un joven Trotsky aún en proceso de formación, pero con una gran capacidad narrativa para penetrar en ambientes, personajes y situaciones, que reflejan una serie de preocupaciones y miradas de la realidad que marcarán su personalidad futura. Traducido por Irina Chernova, este fascinante texto revelará a los lectores por qué más tarde, cuando Trotsky ya vivía en México, le apodaban La Pluma: era sin duda un enorme narrador literario.

EL SUBSUELO DE LA CIUDAD DE MÉXICO

"Rodríguez Landeros conecta investigación con narración y ficción, y utiliza toda suerte de recursos literarios para construir lo que él mismo llama esa caja de herramientas que es el ensayo"

Drenajes (Almadía), innovador ensayo de Diego Rodríguez Landeros (Mazatlán, 1988), es una obra que literalmente no sumerge en las entrañas de la Ciudad de México para mostrar la rocambolesca historia moderna de sus tripas y del agua en la cuenca del valle de México. El relato comienza con Servando González, cineasta consentido del presidente Luis Echeverría, quien entre otras cosas le encargó filmar los acontecimientos de la matanza del 1968 cuando era secretario de Gobernación, así como la inauguración del sistema de drenaje profundo apadrinada nada menos que por el dictador rumano Nicolae Ceausescu. De esta forma, Rodríguez Landeros conecta investigación con narración y ficción, y utiliza toda suerte de recursos literarios para construir lo que él mismo llama “esa caja de herramientas que es el ensayo”, cuya versatilidad queda probada en los textos de Drenaje, una obra cuyas historias parecen sacadas de la mente de un novelista alucinado y que muestra, sin embargo, que las entrañas de la gran Ciudad de México están construidas de esa manera, funcionando y manteniéndose en una especie de cuerda floja, al límite, con 22 millones de habitantes sacando agua del subsuelo mientras éste se hunde. Como dice el propio Rodríguez Landeros, lo que refleja este libro, además de los hitos más importantes de la administración de los paradigmas hidráulicos de la Ciudad de México, “es el delirio absoluto”. México en estado puro.

ESCRITORES DESVANECIDOS

Me cuentan que una serie de escritores mexicanos que hace no mucho figuraban entre los más aclamados, invitados y publicados, parece como si de pronto se hubiesen desvanecido y nadie sabe nada de ellos. ¿La razón? Según se dice en los mentideros bajo el volcán, una serie de acusaciones, aún por probarse, penden sobre sus cabezas y han provocado su nueva condición cuasi fantasmal, ya que si se hacen mortales, pueden ser escracheados. Todo un misterio.

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