La pregunta que inicia esta reseña la escuchó el protagonista de la novela, Eddy Bellegueule, uno de sus primeros días de instituto a finales de los 90.
«Nunca se acostumbra uno a que lo insulten» sentencia Eddy en la novela que ha publicado Salamandra. Pero la pregunta se le quedó grabada como un estigma y le acompaña como una pesada cruz en su vida. Pesa tanto, que Eddy Bellegueule pasó a mejor vida: Eddy cambió legalmente su nombre y ese pasado lleno de humillación y renuncia fue recogido en su novela «Para acabar con Eddy Bellegueule».
Eddy es ahora Édouard Louis y lleva toda la vida huyendo: su vida es un continuo punto y aparte, de la pobreza, de la incomprensión, de la violencia, de la impotencia,… Bellegueule/Louis vuelve a pasar página con la conclusión de esta novela, su autobiografía. Una novela que es también un punto y aparte. Una novela que se edita para que nadie, nunca más, deba volver a escribirla.
¿Tú eres el marica? Primeros días en un nuevo instituto. Pero antes de esa pregunta —que no es pregunta sino sentencia— ya había llegado una condena. Una condena que es un escupitajo cayendo por el rostro de Bellegueule, un escupitajo que tiene miedo de limpiar por temor a una nueva afrenta. Un gargajo que resbala lento y caliente por la cara de un niño que no entiende nada. Pero el niño se hará fuerte.
Patadas, golpes, empujones, asfixia. Un niño que cae al suelo antes de hacerse fuerte. Dolor, incomprensión rabia. Un escupitajo inesperado. Bellegueule enmudece. ¿Tú eres el marica?
Al norte de Francia, donde nació el padre de Eddy, las carreteras son caminos de tierra. Los jóvenes se ven aislados de las promesas de futuro. Y lo que cuenta es convertirse en un tipo duro.
Cuando Eddy nació, el mundo idealizado por su padre se vino abajo. Era pelirrojo, de complexión delgada (al contrario que el resto de la familia) y su voz manejaba únicamente un amplio abanico de agudos. Eddy era gay. El terror del padre ante la certeza de su orientación sexual, la incomprensión de esa generación precedente, el miedo ante la pregunta que nadie en la familia Bellegueule quiere hacerse:
« ¿Tú eres marica?»
En el instituto, tras los primeros golpes, llegaron muchos más. Las palizas se convirtieron en rutina en un pasillo a resguardo de los maestros. El dolor de cabeza que no cesa. «No es que uno se acostumbre al dolor» —piensa el joven Eddy, pero ese dolor comienza a ser su única forma de participación—.
Al padre de Eddy, cual santo bebedor, se le corren las lágrimas con el alcohol. La violencia se impone también en casa. La violencia se convierte en una forma de subsistencia. Sus hermanos no son inmunes a ella. Su hermano mayor, Vincent, desarrolla un carácter agresivo y su hermana sufre malos tratos por parte de su primer novio. Y entre medias la pobreza escala puestos y la familia Bellegueule acude con frecuencia a un comedor social.
Para acabar con Eddy Bellegueule es la novela de una contradicción: la de menospreciar a los padres siendo adolescentes para —al madurar— entender sus decisiones, ponernos en sus zapatos. La de sentir vergüenza por el status social en que uno crece para aprender a valorar cada esfuerzo paterno muchos años después… La de querer volar muy alto olvidando —borrando toda huella de uno mismo— nuestra esencia, lo que nos construye, para darnos cuenta en ese primer movimiento de alas que hay cosas que, por mucho que nos empeñemos, jamás podrán quedarse en tierra.
También encontramos en la novela la toma de conciencia de que la pobreza y la realidad nos igualan a todos, una cierta conciencia de clase, pues. La conciencia de que en nuestros defectos y en nuestras miserias todos nos asemejamos. Y el deseo, que permanece incólume durante la adolescencia y tristemente diluido tras la juventud, de ascensión social de hacer realidad los sueños de futuro y de cambio fruto de una infancia entretenidos ante el televisor.
Tras el bachillerato, animado por sus maestros, Eddy tendrá la oportunidad de dejar atrás ese hogar carcomido por los años.
Acaba así, con esta promesa de futuro, la biografía de Eddy Bellegueule. Una biografía que presenta un personaje para, acto seguido, acabar con él. Una novela que podría tener continuación, que la tiene —de hecho— en la solapa de autor, Édouard Louis estudió Historia y Sociología. Esta es su primera novela publicada. Ha llegado a más de 200.000 lectores en Francia, ésta, su historia íntima de lucha contra la intolerancia. No se la pierdan.
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Autor: Édouard Louis. Título: Para acabar con Eddy Bellegueule. Editorial: Salamandra. Venta: Amazon y Fnac
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