Hay pocas novelas con un argumento tan crudo como éste: una hija debe cuidar a su madre, aquejada de Alzheimer, que intentó matarla cuando niña. A partir de esta premisa, el autor levanta una novela llena de silencios, odios y, curiosamente, delicadezas.
En este making of, Antonio Manuel recuerda el origen de Tu nombre mío (Berenice).
***
En uno de los pasajes de Industrias y andanzas de Alfanhuí, el mágico e inolvidable libro de Rafael Sánchez Ferlosio, el niño protagonista encuentra durante su viaje a un mendigo con una flauta colgada al hombro. El mendigo le explica que funciona al revés de las demás y que había que tocarla en medio de un gran estruendo, porque en lugar de ser, como en las otras, el silencio fondo y el sonido tonada, en ésta el ruido hacía de fondo y el silencio daba la melodía. La tocaba en medio de las grandes tormentas, entre truenos y aguaceros, y salían de ella notas de silencio, finas y ligeras, como hilos de niebla. Y nunca tenía miedo de nada. Eso le dijo el mendigo.
El músico necesita del silencio sobre el que componer su melodía. El pintor necesita del vacío sobre el que componer su dibujo. Y, en ambos casos, el silencio y el vacío forman parte de la obra. No suele ocurrir lo mismo en una novela donde la palabra pareciera condenada a describir el abandono, la ausencia, el vano de las puertas, el hueco de los pozos o la ignorancia de quien ignora. El reto consistía en buscar alcayatas donde colgar los jirones de sus vidas, pero no traicionarlas con mis abrigos y rebecas. Lo que no se recuerda, no se cuenta. Lo no vivido, tampoco. De ahí que esta novela tenga mil páginas: cien escritas con palabras, y otras novecientas con silencios y vacíos.
Decidí clavar esas alcayatas en una casa de la dehesa andaluza donde compartieron sus infancias separadas: la madre con su madre, la hija con su abuela. Las tres con el mismo nombre y con el mismo sino, mujeres libres que no pudieron serlo, como si las maldiciones se heredasen de unas a otras. Nada más llegar, hija y madre se encuentran con un joven pastor rifeño, amante de la poesía de Federico y de Cernuda, que se refugió en la casa de la abuela para cuidar su rebaño. Casualmente, aquel accidente que casi le cuesta la vida a la protagonista sucedió durante su niñez con sus padres en Tetuán. A partir de aquí comienza a tejerse una relación de afectos, espejos y cuidados que termina derogando las leyes del odio y del rencor, las más humanas que conozco porque no hay animales que las acaten. Y así hasta que, sin apenas darnos cuenta, en mitad de una pertinaz sequía, de la alcayata cuelgan sus memorias remendadas.
Quise que la novela fuera dura y áspera como los terrones sedientos de un erial. Quise que te raspara las yemas de los dedos al pasar sus páginas. Quise que doliera adentro. Quise que te hiciera reflexionar sobre lo analfabetos que somos cuando hablamos de la tierra que nos da el aire que respiramos, el agua que bebemos, el alimento que comemos, y a la que, en agradecimiento, damos la espalda. Pero, sobre todo, quise que sus silencios te permitieran completar el mosaico de sus vidas con un mensaje de esperanza. Porque, hasta el último suspiro, siempre habrá una oportunidad para olvidar y perdonar, empezando por uno mismo.
—————————————
Autor: Antonio Manuel. Título: Tu nombre mío. Editorial: Berenice. Venta: Todos tus libros.
-
La cuarta edad de Dioni Porta
/abril 23, 2025/En paralelo a la historia de estos tres ancianos, Porta propone una reflexión sobre la transformación de las ciudades, en especial sobre la desorientación que la gente mayor siente cada vez que un establecimiento de toda la vida echa el cierre, y sobre las relaciones entre los vecinos, concretamente sobre la necesidad de apoyarse los unos a los otros para hacer frente a las vicisitudes de la vida. Dioni Porta mantuvo una conversación con Álvaro Colomer en el marco de los “Diálogos online” que la ACEC (Asociación Colegial de Escritores de Cataluña / Associació Col·legial d’Escriptors de Catalunya) realiza con el…
-
Sueño que sueño con ella
/abril 23, 2025/Me confesó que era el único hombre con quien se había planteado ser madre, ella tan guapa y lista, “que se merecía un príncipe o un dentista”. Yo le decía que era la única mujer por la que hubiera tenido el arrojo de tatuarme, quizás una estrella de mar, quizás una caracola. Al final, ni bebé ni un mísero garabato en la piel, tan solo nuestras fotos perdidas en la nube, los libros con sus dedicatorias escritas con tinta invisible, el armario huérfano de su olor y la pobre caracola —¡hola caracola!— que encontramos en aquella isla como resto del…
-
Syldavia: el arte de la diplomacia (I)
/abril 23, 2025/Lo manifestado con anterioridad sirvió a los representantes de Syldavia para visionar la idea de crear un cuerpo diplomático que tuviera la capacidad de generar alianzas con los países limítrofes, y en particular con Borduria, cuya beligerancia mutua está enquistada en los anales de la historia. Como en todas partes cuecen habas, actualmente dicho cuerpo diplomático está constituido por dos grupos consulares con manifiestas diferencias en referencia a su funcionamiento interno. El grupo más incipiente es la Cancillería de Cónsules, cuya dirección recae en forma de neutralidad en el suizo Plinio Crivelli, a título de Canciller. Dicho grupo aboga por…
-
Aguafuertes sudacas: A mis queridos críticos
/abril 22, 2025/Decía, entonces, sucede que, harta ya de estar harta de escribir seriedades importantes que a nadie importan, hoy, señoras, he resuelto hacerme crítica de arte (todos de pie). Sí. Crítica. O para que suene más rococó diremos reseñista. Primero, porque escribo como el culo (imprescindible virtud para desempeñar tal oficio); segundo, porque descubrí que no sirvo para otra cosa; y tercero, me di cuenta de que el arte de verdad no está en pintar, componer, escribir, sino en lograr que la gente te tome en serio cuando hablas de lo que pintan, componen o escriben los demás. Ahora, entre nosotros,…
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: