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Ucrania en México

Aunque lejano, Ucrania, país que padece hoy una burda guerra, está muy presente en una de las voces más importantes de la literatura mexicana. Me refiero a la escritora Margo Glantz (1930), ya que ese país de la Europa Oriental es la tierra natal de sus padres, Jacobo y Elizabeth, quienes se conocieron y casaron en Odessa y cuya historia la autora de obras como Zona de derrumbeSaña o La cabellera andante recrea en su celebrada novela Las genealogías (Pre-Textos), una autobiografía familiar que rastrea los orígenes de los Glantz siguiendo los pasos de su forzada peregrinación para asistir a su arraigo y florecimiento en México, a donde llegaron en 1920. Margo ha contado que si bien sus padres hablaban ruso, solo supo que su padre hablaba ucraniano poco antes de su muerte, cuando quiso regresar al idioma de su infancia. La Glantz, como muchos otros, no entiende el conflicto, aunque intuye que hay muchas cosas ocultas detrás de la invasión, lo que para el narrador, poeta y crítico de arte Alberto Ruy Sánchez (1951), quien dedicó su más reciente novela, El expediente Anna Ajmátova (Alfaguara), a la gran poeta nacida en Odessa en 1889 y cuya obra censuró el dictador Stalin, puede desvelarse si se estudia la larga historia que se remonta a la época de Lenin, cuando Ucrania era ya un pueblo en contra de la cultura totalitaria. Estudioso de la literatura de ese país, Ruy Sánchez ha dicho recientemente que en las últimas dos décadas Ucrania ha protagonizado dos revoluciones en contra de sus tiranos, y ha instalado mecanismos autónomos que limitan el autoritarismo y la corrupción, cosa que parece no tolerar ese moderno dictador ruso llamado Vladimir Putin.

JEAN MEYER Y EL HÉROE CANADIENSE

"Una historia cultural, la del antagonismo entre el hombre blanco civilizado y los indios bárbaros, la del racismo en acción, la de la derrota de la nación mestiza"

De una naturaleza muy distinta fue Louis Riel (1844-1885), el líder del pueblo canadiense métis, una etnia mixta de ascendencia indígena y europea que vivía en las actuales subdivisiones canadienses de Manitoba, Saskatchewan, Alberta y los Territorios del Noroeste de Canadá. A este héroe, hereje, mártir, loco, noble salvaje y defensor de los derechos de los mestizos y de los indios, el historiador mexicano de origen francés Jean Meyer (1942), uno de los pilares de la historiografía mexicana contemporánea, dedica su más reciente obra, El profeta del Nuevo Mundo: Louis Riel (Taurus), en la que narra la vida de un hombre que es, ante todo, una oda a la resistencia y al esfuerzo por construir un espacio de comunión para las naciones, sea cual sea su origen, y entre cuyas enseñanzas destaca su inquebrantable voluntad de defender la justicia en el marco legal de las instituciones. Pero su libro es, también, una historia americana, continental, de las grandes migraciones trasatlánticas, de la conquista del Oeste, con el ferrocarril y la frontera; una historia agraria, la del gran despojo en provecho de las compañías fraccionadoras ligadas a los bancos; una historia del medio ambiente afectado por el ferrocarril, que permitió el exterminio acelerado del bisonte; y una historia cultural, la del antagonismo entre el hombre blanco civilizado y los indios bárbaros, la del racismo en acción, la de la derrota de la nación mestiza, para la cual, al igual que para los animales, las fronteras no existían. El problema, dice Meyer, es que con la llegada de la propiedad privada, la construcción de cercas y el alambre de púas, el arribo del ferrocarril y miles de migrantes, el espacio de esa nación se fue transformando y la derrota de Riel, a quien ahorcaron acusándole de traidor, criminal y rebelde, dio paso a la creación de reservas donde encerraron a los indios sin concederles ningún derecho, teniendo que esperar hasta los años 60 del siglo XX para ser considerados ciudadanos canadienses. Para Meyer la nación mestiza canadiense no fue encerrada, sino destruida, lanzada a la calle sin hogar ni propiedad, convertidos en trabajadores eventuales condenados a la miseria y al alcoholismo, una lección que ofrece el ensayista a países como México, donde el pensamiento de Riel cobra vigencia, porque los indios mexicanos siguen hoy sintiéndose derrotados y excluidos.

ALMADÍA DESEMBARCA EN ESPAÑA

"Quijas abrirá una oficina en Madrid para lanzar el catálogo completo de esta magnífica editorial, en la que se encuentran obras de autores como Juan Villoro, Tedi López Mill o Alberto Chimal"

Tras dos intentos fallidos, al fin el editor oaxaqueño Guillermo Quijas parece que logrará llevar a buen puerto el proyecto de asentar en España su sello editorial, Almadía, con lo que celebrará al mismo tiempo 17 años de existencia. Quijas abrirá una oficina en Madrid para lanzar el catálogo completo de esta magnífica editorial (en la que se encuentran obras de autores como Juan Villoro, Tedi López Mill, Alberto Chimal, José Vicente Anaya, Lolita Bosch, Leonardo Da Jandra, Mia Couto, Sergio González Rodríguez, J. M. Servín, Myriam Moscona o Raúl Zurita) , ya que según ha dicho, “el mercado español está en un momento óptimo, se están vendiendo muchos libros” y “hay una gran apertura a sellos latinoamericanos”, cuyos temas y autores “están teniendo mucho eco y han tenido mucho eco en los últimos dos años”. Aunque con los pies en la tierra, porque el editor es consciente de que no venderá miles de ejemplares, su idea es contar con una estructura propia de promoción, que irá creciendo en función de las necesidades, y ya cuentan con un distribuidor para las impresiones locales de la gran mayoría de sus títulos, porque su principal objetivo es durar el mayor tiempo posible, razón por la cual también han formalizado su afiliación al gremio de editores de Madrid y están dando todos los pasos para participar de lleno como empresa en la industria editorial española. Quijas reconoce que, como todos los proyectos, Almadía ha tenido momentos de crisis, en todos los aspectos, situaciones en donde no se veía nada fácil el presente y el futuro, y tampoco, asegura, parece sencillo hacerlo hoy, pero su experiencia y la confianza en el trabajo colectivo le permiten pensar en una editorial global, multicanal y multiformato, que en su opinión es la apuesta de las editoriales hoy en día, y por eso Almadía comenzará también este año a imprimir libros en Argentina, Chile y Colombia. Así que a la tercera va la vencida. Mucha suerte.

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