El estreno de un nuevo calendario permite explorar este libro muy especial, concebido como compañero para cualquier año de la vida. De ahí que no haya problema porque el libro comience con el ya pasado solsticio de invierno, porque su carácter circular, perpetuo, permitirá retomarlo el curso que viene. Se trata de un almanaque, como bien reza el subtítulo de esta obra (Un año entero. Almanaque de la naturaleza), nueva colaboración afortunada de Isabel Minhós Martins y Bernardo P. Carvalho, autores del celebrado Atlas de los grandes viajeros y exploradores.
“Hay tanta belleza en un día oscuro como en un día claro y toda época es capaz de sorprendernos ilimitadamente con sus particularidades y sus misterios”.
Los dibujos en acuarela se acompasan con la prosa de forma elegante, las fotografías en blanco y negro muestran siluetas que evidencian el cruce civilizado entre la naturaleza y la obra del hombre. Se trata de un didactismo sin brillos ni estridencias, sin modas ni estilización, un didactismo sensible y educado. Las propuestas de relación con el entorno conjugan la acción y la observación de un modo abierto, risueño: “dedicar un paseo a los robles”, “construir una caja-nido”, “esperar a las primeras golondrinas”.
Los cuadros a rellenar enseñan de un modo claro el arte de la fenología, el estudio vivo, vidente, de los ritmos naturales (la aparición de la vida en el papel pautado del calendario). Se conjugan naturaleza, historia, arte… Por no salir del primer mes, que ahora transitamos, el lector descubre en él la etimología de “enero” (el dios Juno, bifronte, con una cabeza en el pasado y otra en el porvenir), es invitado a describir y dibujar las formas de las nubes (como hizo en tiempos de Thoreau el gran pintor británico John Constable): cirros, cirroestratos, cirrocúmulos, altocúmulos, altoestratos… Se le invita a mirar aún más arriba y descubrir la constelación de Orión, o a Sirio, la estrella más brillante de la constelación del Can Mayor.
Un poeta español inclinado a los eneros y a los paseos escribió un poema para despedir al perro de un poeta amigo. Se llamaba Sirio el can y el poema concluía así:
[…] Sirio,
buen amigo del hombre
compañero del poeta, estrella que allá brillas
con encendidas fauces
en las que hoy meto al fin, sin miedo, entera
esta mano mordida por tu recuerdo hermoso
Un año entero para todos los años.
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Autores: Isabel Minhós Martins y Bernardo P. Carvalho. Traductor: Joana Carro. Título: Un año entero. Almanaque de la naturaleza. Editorial: Fulgencio Pimentel. Venta: Todostuslibros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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