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Un autorretrato indirecto

Entre las cosas que un autor dice de sí mismo cuando escribe una autobiografía, resultan reveladoras en especial las que cuenta de forma indirecta. Ignacio Martínez de Pisón, por ejemplo, toma decisiones narrativas en Ropa de casa (Seix Barral) que nos permiten hacernos una idea de sus intereses, de su honestidad y de su modestia. En vez de dejarse llevar por la introspección, prefiere aquí aprovechar su consabido talento como cronista de la Historia de España y se presenta sobre todo como testigo de un entorno del que fue partícipe (el surgimiento de la llamada Nueva Narrativa Española) durante un periodo histórico muy concreto (el cambio generacional que supuso la Transición y el asentamiento de la democracia en España).

La honestidad de la que hablaba queda patente en el retrato de su infancia (acomodada, sin dificultades hasta el repentino fallecimiento de su padre) y en la plena asimilación de su subjetividad. En una ficción histórica uno puede documentarse con fuentes y construir una historia que le resulte convincente, pero a la hora de contar los hechos ocurridos en la historia personal de cada uno, la materia prima fundamental no puede ser otra cosa que los recuerdos. Ignacio Martínez de Pisón asume así la inevitable deformación subjetiva que supone ceñirse a su memoria y nos permite conocerle mientras observamos su mirada, clavada tanto en sus circunstancias personales como en el mundo literario de la Barcelona de los años 80.

"Llama la atención, en especial, su vínculo con Javier Marías, que le trató como un discípulo, que le dedicó cartas plagadas de críticas constructivas"

Este mundo llega hasta él a través de un momento decisivo: su encuentro con Jorge Herralde y con aquellos que orbitaban alrededor del sello Anagrama. Las figuras que pueblan el texto a partir de este punto (Álvaro Pombo, Javier Reverte, Carlos Trías…) son retratadas con precisión y se limitan a unas líneas cuando las relaciones fueron más anecdóticas, pero se extienden con ejemplos cuando fueron más estrechas. Llama la atención, en especial, su vínculo con Javier Marías, que le trató como un discípulo, que le dedicó cartas plagadas de críticas constructivas (muestra de su confianza en el futuro literario de Ignacio), que no era, aun así, demasiado afectuoso en persona, que le ofreció trabajar en Oxford y que perdió relación con él, después de diez años, tras su sonado portazo a Anagrama. El crítico de cine Luis Alegre, según palabras del autor casi como un hermano para él, fue también un nexo para que conociese a otros amigos. Entre ellos a José Antonio Labordeta (por aquel entonces mucho menos famoso), Javier Tomeo (escritor excéntrico que leía muy poco), o Bernardo Atxaga (que, según el autor, nunca se enfada por motivos personales). Todos estos retratos se suceden a medida que avanzan los años, salpicados de anécdotas representativas. Algunas divertidas y otras tristes: su viaje a Sevilla con Enrique Vila-Matas y su amigo Miguel (que llamó al timbre de la basílica del Palmar de Troya segundos antes de orinar en el muro), el encuentro entre un Antonio Muñoz Molina divorciado y una Elvira Lindo aún desconocida, o el desgraciado suicidio de Chusé Izuel, compañero de piso de su amigo, el escritor Félix Romeo.

"A Ignacio Martínez de Pisón le interesa más presentarse como observador o ejemplo generacional o nexo entre familiares que como individuo"

Con el paso de las páginas, atrapados por el magnetismo del paisaje, comprendemos que a Ignacio Martínez de Pisón le interesa más presentarse como observador o ejemplo generacional o nexo entre familiares que como individuo. Con todo, entre la profusión de imágenes de autores nos habla de los negocios de ropa infantil de su madre, de su mujer María José, de su vida en Barcelona, de su paso por Escocia y del nacimiento de su hijo. Pero también habla sobre el 23-F, sobre los cambios sociales en términos ideológicos, religiosos y de prioridades, sobre el eco de la Movida madrileña o sobre la división en la sociedad vasca frente a ETA. Todo ello para cerrar apenas a sus treinta años, casado, padre y propietario de una casa, entrando en la edad madura y concluyendo lo que podríamos definir como una biografía de juventud. Una biografía destinada a compartir con los lectores los años de aprendizaje de uno de los autores contemporáneos más relevantes de España.

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Autor: Ignacio Martínez de Pisón. Título: Ropa de casa. Editorial: Seix Barral. Venta: Todostuslibros.

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