Uno de los más importantes poetas en la historia de la lengua alemana, Rilke coexistió con una Europa cambiante y trazó su mirada en vertical: desde el romanticismo al que aspiraba su palabra a la investigación lingüística propia de su época. A continuación reproduzco Un día tomé entre mis manos, de Rainer Maria Rilke.
Un día tomé entre mis manos, de Rainer Maria Rilke
Un día tomé entre mis manos
tu rostro. Sobre él caía la luna.
El más increíble de los objetos
sumergido bajo el llanto.
Como algo solícito, que existe en silencio,
tenía que durar casi como una cosa.
y con todo nada había en la fría noche
que más infinitamente se me escapara.
Oh, porque desembocamos en estos lugares,
se apresuran hacia la pequeña superficie
todas las ondas de nuestro corazón,
voluptuosidad y desfallecimiento,
y al fin, ¿a quién ofrecemos todo esto?
Ay, al extraño, que nos ha malentendido,
ay, a aquel otro, que nunca hemos encontrado,
a aquellos siervos, que nos han maniatado,
a los vientos de primavera, que se han desvanecido,
ya la quietud, la perdedora.
Versión de Jaime Ferrero Alemparte
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