Hoy, una gran fiesta de la literatura, nos acercamos a los usos de la experimentación narrativa, deudora de la antinovela de Julio Cortázar, y surge la novela Tú, yo y la lluvia, de Marta Muñiz (escritora y pianista), con múltiples variaciones y matices. Es la séptima incursión literaria a la que se enfrenta esta escritora posmoderna y la segunda novela, poliédrica e interactiva, con la participación del lector. A ritmo de tango, Gardel y Piazzolla, se suceden los capítulos de un hermoso libro con el afán de rastrear y ahondar en un sinfín de discursos que se entretejen dentro de un andamiaje metatextual y metapoético.
Es una novela ambiciosa en la que autora consigue un rendido homenaje a Rayuela y a la literatura en general. Marta Muñiz no se contenta con narrar unos hechos enigmáticos con buena prosa, sino que además los intercala con movimientos musicales, bien equilibrados a través de su estructura, con los veinticinco capítulos de la novela, cada uno con el título de un tango. La música es un factor determinante en la novela, donde aparecen diferentes géneros musicales que atraviesan la vida de los personajes. La estructura narrativa diríase que está inspirada en la Rayuela de Julio Cortázar, uno de los mejores escritores argentinos y favoritos de Marta Muñiz. El libro posee un similar al recorrido de Cortázar con una aclaración dirigida al lector en la nota preliminar. La novela es pura música y con una profunda estructura y pleno sentido. El narrador omnisciente adopta el punto de vista de su protagonista, Plácido, y lo trasciende con prosa elegante, repleta de imágenes visuales y bellas descripciones, tanto físicas como psicológicas. La autora consigue magistralmente contar una historia con pinceladas fragmentarias, como si fuera una película.
El cuerpo principal de la novela está teñido de un gran sentido del humor, y confluyen referencias musicales (según diferentes compositores y géneros —Verdi, tangos de Gardel y Piazolla, música de Einaudi, fados, Bach—), artísticas, literarias: Borges (El Aleph), Cortázar, Pessoa, Pizarnik, y cinematográficas (Woody Allen, Gregory Peck, Ingrid Bergman, Fellini, Casablanca).
La personalidad de los protagonistas, Gabriela (belleza salvaje y diosa del tango) y Plácido (seductor empresario teatral), se desvela mediante los recursos narrativos de los diálogos, los monólogos y los cruces de las conversaciones, alrededor de los cuales se crea un mundo posible de personajes secundarios que rodean a la pareja. A través del viaje perpetuo, la acción transcurre por diversos escenarios. En Buenos Aires la autora nos pasea por el café Tortoni, la plaza Dorrego, los bancos del barrio porteño de San Telmo, los lugares donde se suceden los crímenes pasionales, la belleza bohemia de sus cafés, por los sitios donde Cortázar adoró en Rayuela a ambas, París y Buenos Aires, y por el vaho nauseabundo del triste invierno porteño. En Lisboa, el turista accidental pasea por el Chiado buscando a Pessoa; en Oporto, con sus murallas medievales, las orillas del río Duero y una sucesión de callecitas empinadas, casas decoradas con azulejos típicos en las que reaparece una flor y un ajedrez de luz; en Roma surgen los desayunos campestres coloreados por Manet y el rumor antiguo y monódico de las fuentes de Roma.
La elección del título, Tú, yo y la lluvia, remite y responde a los personajes creados por su autora. Ya lo dijo en una entrevista David Rubio en La Nueva Crónica: “El «tú» es Gabriela, lo amado, una especie de «maga» contemporánea, misteriosa y enigmática, la que todo lo enamora. El «yo» es Plácido, el gran protagonista, alguien muy cercano, un hombre en plena crisis de los 40 o los 50 con quien el lector siente una empatía inmediata. Es fácil pensar que «todos somos Plácido», porque todos queremos amar y ser amados, encontrar el sentido de la vida, tener éxito y no estar solos en este mundo”.
Es un libro que indaga mediante la inmersión del tiempo en la verdad y la mentira que en realidad, estilo jocoso, irónico tal vez cómico y de suspense, busca, a través de su narrador, ficcionalizar la narración e introducir, de forma premeditada al lector, un juego de espejos y planos que le introduzcan en un mundo ficcional. La idea del viaje se sucede a lo largo de la novela como una inevitable búsqueda del propio yo de los personajes, al tiempo que se suceden viajes físicos o mentales, ficticios o reales que dan una mayor agilidad y movimiento al discurso.
Tú, yo y la lluvia es un libro ante el que resulta muy difícil permanecer indiferente, ya que el lector tendrá que colaborar y participar en la búsqueda de la historia de Horacio Oliveira, su protagonista, y su relación con «la Maga», es decir, la historia de Plácido Salvatierra y Gabriela Vargas, cuyo hilo narrativo es atravesado por la intertextualidad a muchos autores con referencias musicales, artísticas, literarias y cinematográficas. Marta Muñiz construye un atractivo discurso narrativo donde las relaciones humanas se entretejen con filamentos transparentes, seducen al lector y le invitan a una lectura ágil, entretenida e interesante. Un discurso potente e inteligente, arriesgado y atrevido nos conduce a no perder el ritmo ni la musicalidad que invierte con talento en sus palabras.
Os invito a leer la novela a ritmo de cada uno de los tangos que aparecen en los títulos y a disfrutar sin prisas, como lo hemos hecho sus presentadores y Marta Muñiz así lo ha expresado en su escritura.
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Autora: Marta Muñiz Rueda. Título: Tú, yo, la lluvia. Editorial: Camelot. Venta: Todos tus libros y Fnac.
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