El actor Antonio de la Torre se olvidará de las cuestiones técnicas y echará mano «del alma» para interpretar al protagonista de Un hombre de paso, obra de teatro sobre el campo de exterminio de Auschwitz y el horror nazi, cuyo estreno absoluto se celebrará en el sevillano Lope de Vega.
Escrita por Felipe Vega y dirigida por Manuel Martín Cuenca, a cuyas órdenes ha trabajo en el cine Antonio de la Torre en varias ocasiones, en Un hombre de paso encarnará a un personaje «hecho a la medida» del actor malagueño, un hombre enigmático y poliédrico, antiguo miembro de la Cruz Roja Internacional que durante la última Guerra Mundial, por azar, se «cuela» en Auschwitz y entabla una conversación con el comandante del campo.
En el reparto de la obra intervienen también la actriz María Morales, que encarna a la incisiva periodista que entrevistará al protagonista años después de aquel encuentro con el horror, y el actor Juan Carlos Villanueva, que interpretará al escritor Primo Levi, quien sobrevivió durante algo más de un año en ese campo de exterminio.
De la Torre ha asegurado que la creación artística en la que cree es la que se basa en la más primaria, alejada de presupuestos intelectuales y sustentada en «alma, pasión, carne y si hace falta deseo y sexo en el escenario» y que cuando interpreta a un personaje siempre piensa «qué haría Antonio de la Torre en esa situación», unas palabras que han sido corroboradas por el director Martín Cuenca con una abierta sonrisa. A diferencia de lo que sucede en el cine, De la Torre ha asegurado a los periodistas que en cada función van a «saltar al vacío» y que el del teatro «es un oficio inaprensible, de vivir el momento». «Como el agua que se te escapa de las manos», ha resumido.
Un hombre de paso trata de cuando se mira para otro lado y se evade la responsabilidad. De ahí que el actor Juan Carlos Villanueva haya declarado que se daría por satisfecho con que sólo uno de los asistentes a cada función aprendiera ese mensaje y las consecuencias que puede tener que una sociedad entera, en determinados momentos históricos, pueda desentenderse de un horror que casi puede tocar. Villanueva, que ha dicho admirar a Primo Levi, de quien ha destacado «su mirada ética y su ejemplaridad» y de quien ha señalado que no era escritor sino que se hizo escritor por la necesidad de contar lo que había vivido, ha asegurado que se ha acercado al personaje «desde la humanidad, el corazón y la emoción».
María Morales ha comentado con humor que, tal vez porque se trata de un tema de aire «tremendo y solemne», el proceso para la puesta en escena ha sido «bastante lúdico», por lo que si Martín Cuenca «está aterrado» ante la perspectiva del inminente estreno —así se ha confesado el director— los actores están «desconcertados». La actriz ha garantizado que aunque la base de la función sea una entrevista, algo que parece «con poco movimiento de acción dramática», se tratará de un «encuentro» y de «unas palabras» que transformarán a los personajes de la obra.
Martín Cuenca ha confesado que el teatro es para él «una experiencia muy nueva» con la que está ilusionado —y a la vez aterrado— y que la ilusión empezó en lo peor del confinamiento por la pandemia, cuando contactó con Antonio de la Torre y comenzaron a hablar de un proyecto basado «en la presencialidad más absoluta», como es el teatro.
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