Un incesante caer de estrellas en la nada, de José Eugenio Sánchez

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el manto de rocío sobre las flores está asistido por un respirador mecánico

cuando los pobres se mueran y ya
y los ricos hereden y ya
o sea: cuando todo vuelva a la normalidad
y en el mar los peces se enreden en cubrebocas
y frascos de antivirales
y empaques de sopas instantáneas que se cocinan
en los borbotones de petróleo
o sea: cuando todo vuelva a la normalidad
y el cielo esté enrojecido de gases y partículas
y las aves en extinción se precipiten sobre animales en extinción
que se pudren sobre otros animales en extinción
como fiambres y jamones de un sándwich
o sea: cuando vuelva a la normalidad
y los pederastas reinicien sus actos rituales
los asesinos limpien sus armas con la saliva de sus víctimas
y consigan orgasmos con cadáveres y billetes
o sea: cuando todo vuelva a la normalidad
y andemos buscando amor drogas empleo deudas
o cualquier cosa que te haga sentir vital
o motivado para acabar con la existencia
los enemigos del poder seguirán furiosos porque no lo tienen
y los amantes del poder lo amarán tanto
imaginando que es un descubrimiento científico
ignorando que las moscas que nos zumban alrededor
nos huelen como una mierda apetitosa
o sea: cuando todo vuelva a la normalidad

(del libro: los instantes cuando envejece la suerte)

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preludio subatómico de la fractura del eco

topas con una niebla densa como muro
es una canción que trata sobre las múltiples formas de volverse loco

una simple tonadilla que puede penetrar tu cerebro
como ráfaga de ametralladora
y al mismo tiempo destruir el tibio manto ocre del atardecer con un silencio

una canción para morir -supongo-
debe de tener eso que rompe el corazón

como los aviones que arrojan sacos de comida
a los sobrevivientes de la aldea que acaban de bombardear

y sus tripulantes miran entre los que hurgan
a una vaca
trastabillando achicharrada
buscando agua fresca entre el humo del suelo

(del libro: un cuarto lleno de espejos)

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(ren hang se suicidó el 24 de febrero seguido de versiones de amor)

me senté en el inodoro y descubrí que el excusado y yo somos un reloj de
arena donde la mierda es el tiempo
y que estar triste es una especulación
pero desde afuera se ve parecido a difuminarse
me acuesto
y mi cara es un lago visto de lado que marca mis arrugas
con la brisa que se extiende por las ondas del agua
y me hace sentir insignificante:
mis gestos dicen más de lo que puedo pronunciar
como si mi espalda no cubriera los omóplatos
y temo esforzarme y no lograr nada
así que abandono la lucha
porque lo que siento supera lo que sé
: el vecino de arriba vive más cerca del cielo
mientras yo tiro mi suerte a un abismo que nunca toca fondo
: algo así dicen que es la vida
que cuando caes también vuelas

(del libro: ubicados en el gps arterial endocrino sincrético que eleva la imaginación a un montón de susurros)

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Autor: José Eugenio Sánchez. Título: un incesante caer de estrellas en la nada. Editorial: Vaso Roto.