Hay novelas que son cómicas sin pretenderlo y otras que, pretendiéndolo, no lo son. Y otras pocas que son capaces de combinar diversos géneros cómicos dentro: el humor negro, lo bufo, el costumbrismo y la sorna gallega. Este es el caso de El abrecartas de jade (Arenas), de Manuel Otero Lastres, recientemente galardonada con el premio Fernando Arenas Quintela. Trata la vida —o la no vida— de Ovidio Tenreiro, un personaje que se mueve entre la alta sociedad coruñesa y la política gallega —asumiendo que lo otro no sea consecuencia de lo uno—. Pero lo importante: se mueve a través del tiempo y consigue explicar los quehaceres de esa misma sociedad durante la segunda mitad del siglo XX hasta la llegada, abrupta y miserable, del coronavirus. Desde las negruras del franquismo hasta la democracia, desde la Transición hasta esta sociedad tecnologizada, Otero juega —y digo bien: juega— con la figura de Ovidio para mostrarnos que en cada claro hay un oscuro y en cada oscuro, un claro.
Nótese la retranca y habilidad literaria del autor, que describe las hechuras y ascendencias de su personaje principal poco antes de que cayesen las Torres Gemelas: «Ovidio Tenreiro no era muy agraciado físicamente, pero tampoco era feo. Pertenecía al nutrido grupo de los invisibles: sujetos cuyo aspecto no llama nada la atención, de esos a los que nunca miró una mujer, ni siquiera cuando estaba en edad de merecer (…). Su parentela lo tenía por la oveja negra, sin que se recordara disputa alguna entre las cuatro ramas familiares para reclamarlo como uno de los suyos. Para los conocidos y allegados, que no eran muchos, no pasaba de ser una buena persona, a pesar de lo cual, más que acercarse a él, lo evitaban«. Estos requiebros enraízan al autor en la gran tradición humorística gallega, que va más allá de los libros y se engancha en las tascas, los despachos del pan e, incluso, en los funerales.
La patafísica, derivado surrealista disparado por Alfred Jarry que nos alegró parte del siglo XX, se definía como «el estudio de las soluciones imaginarias y las leyes que regulan las excepciones». A esto se dedica Otero Lastres en El abrecartas de jade: a regular esa excepción, de nombre Ovidio, dentro del panorama histórico de esta Galicia que voló, que se murió, que fue reemplazada por otra —¿a capón?—. Y lo hace con tanta gracia e imaginación que su libro alcanza la magia de las buenas novelas: se te desaparece en las manos.
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Autor: José Manuel Otero Lastres. Título: El abrecartas de jade. Editorial: Arenas. Venta: Todostuslibros y Amazon
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