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Un reencuentro voraz con la vida

Un reencuentro voraz con la vida

Imaginemos nuestro mundo hundido en el fondo del mar. Los continentes partidos por la mitad. Los países olvidando sus pecados y su historia, libres ya de la herencia que permite el exceso y la sobreocupación. Imaginemos que el dinero fuese papel mojado, y que nuestra ceguera feliz, aquella que permitió el colapso de las estructuras y la tierra infecunda, desembocara en el nacimiento de ciudades ciegas, de poblaciones sin aliento ni espina dorsal. Imaginemos una procesión iletrada de infiernos alrededor del horizonte. La incombustible falaz del apocalipsis siempre ha dado lugar a la construcción de refugios, algunos físicos y la mayoría espirituales. En su magnífico ensayo Carta a un joven musulmán, Omar Saif Ghobash se refiere a las recitaciones coránicas como un oasis entre tanta fealdad:

Las recitaciones te recargan. Desembocan en un río profundo de emoción y energía. Sales agotado de la escucha. Yo también. A veces pienso que debería limitarme a escucharlas durante una hora a la semana o una hora al día. ¿Por qué? Quizá porque la intensidad resulte excesiva. Contrasta con el mundo exterior. A veces no logro recuperar el equilibrio. El paso de la belleza del mundo espiritual frente a la fealdad del mundo exterior me reprime. Puede que a ti te pase lo mismo.

"En un mundo que se percibe frenético y superficial, la creencia radical es sinónimo de refugio, de conexión con un yo profundo, mudo hasta ese momento"

El rezo recarga de espíritu y construye ríos de emoción y energía, difíciles de equilibrar con la impertinencia del mundo exterior. La construcción de un espacio físico, protegido de lo mundano, que sirva de refugio y a su vez se alimente de sus inclemencias laberínticas, tuvo su máximo ejemplo en la novela de José Donoso El obsceno pájaro de la noche. En esta obra compleja y simbólica, también bella y abigarrada, el escritor chileno construye dos escenarios aislados (el convento y la residencia) para abordar el contraste entre la fealdad y la belleza, entre la locura y la sumisión.

En un mundo que se percibe frenético y superficial, la creencia radical es sinónimo de refugio, de conexión con un yo profundo, mudo hasta ese momento. Un yo que se empodera gracias a nuevas jerarquías, a explicaciones simplistas frente al abismo, y a sacrificios que vulgarizan lo carnal y embellecen la sangre.

Agustina Bazterrica (Buenos Aires, 1974), tomó el testigo de José Donoso con su novela Cadáver exquisito, y la creación de un mundo distópico que no solo abordaba la deshumanización y el control social, sino que también desafía al lector a enfrentar las consecuencias extremas de una sociedad que ha aceptado pasivamente normas morales distorsionadas.

"Las indignas es una fabulosa confesión cargada de luz y retazos de poesía que ablandan el cemento como una vigorosa enredadera"

Ahora, con Las indignas (Alfaguara, 2023), la autora argentina reta a sus lectores con un recorrido por el apocalipsis a través de la belleza y los sentidos, a través del dolor y el lirismo, a través de la escritura como concepto y herramienta de salvación. La destrucción del mundo ha dado lugar a un espacio imponente llamado La Casa de la Hermandad Sagrada. En su interior, aplicando férreas normas que aplauden la mutilación y el silencio, se practica un nuevo culto; un credo dictatorial contra las impurezas de ese viejo cadáver que aún late en la memoria de la protagonista. Es esta una historia de luto y sumisión, de misticismo y anhelos corporales, de lascivia frente a la toxicidad del recuerdo. Bazterrica no solo nos brinda una atmósfera claustrofóbica, repleta de claroscuros, de frías humedades e intemperies. Las indignas es una fabulosa confesión cargada de luz y retazos de poesía que ablandan el cemento como una vigorosa enredadera.

La destrucción y la incertidumbre no son ajenas al amor, ni a la temida identidad que nos mantiene en pie. En su poema ‘Piedra de sol’, Octavio Paz confiesa:

la vida no es de nadie, todos somos
la vida —pan de sol para los otros,
los otros todos que nosotros somos.

Y al igual que la protagonista se desdice de sus refugios inminentes para abrazar la complicidad de otro cuerpo, Agustina Bazterrica demuestra, con esta extraordinaria novela, que ningún apocalipsis impedirá nuestro voraz y fulminante reencuentro con la vida.

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Autora: Agustina Bazterrica. Título: Las indignas. Editorial: Alfaguara. Venta: Todostuslibros.

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