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Una canción comercial y un soneto para David Summers

Una canción comercial y un soneto para David Summers

Publicamos dos poemas del periodista escritor y periodista Jesús Fernández Úbeda: una canción comercial y un soneto para David Summers.

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TREINTA Y TRES PALOS

Esa contradicción llena de rizos,
enemiga mortal del largo plazo,
ese lunes fatal con su guantazo,
ese abrazo postizo,
los subasto en un zoco de tercera
a la vez que acumulo primaveras.

 

Aligero el stock de desengaños,

acepto orgasmos en el pagamento,

reformo un corazón de gris cemento

ajado por los años,

¿A cuánto sale el kilo de cinismo?
Coja todo el que quiera, da lo mismo.

 

Tengo en oferta
un Álbum Blanco,
grados de alerta,
patas de un banco,
ron que disculpa
(¡qué buen regalo!),
besos con pulpa,
treinta y tres palos.

 

Diferencio el rencor de la memoria,
carbonizo el sofá del todo vale,
ese escombro que a veces sobresale
opositó a la gloria.

Perdón por defraudar (a veces fallo).
Concluyo mi canción y ya me callo:

 

Tengo en oferta
tres alcaudones,
ínfulas muertas,
resignaciones,
Premios Planeta,
noches que avalo,
no hay marionetas,
treinta y tres palos.

 

Siete coronas
de crisantemos,
piel de gorgona,
barcas sin remos,
pulpos de tela,
dientes de escualo,
hiel que consuela,
treinta y tres palos.

DAVID PUNTO G

David revuelve huevos en Venecia,
asfalta los caminos del placer,
combate con su rock a la inclemencia,
tatúa con tres hombres una G.

 

Cruzado del amor sin penitencia,
tan artista, compadre y partener,
tan pintor de sonrisas, tan esencia,
tan Rowland, tan presente, tan ayer.

 

El guardián de los bailes por llegar
encierra a la nostalgia en un asilo
repleto de cenizos de ocasión

mientras que anima a visitar su bar
a las ardientes chicas cocodrilo
que se derriten con «Sufre mamón».

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