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Una deuda de amor

Una deuda de amor

Pocos admiradores de Georges Perec tan empeñados en difundir su obra como Kim Nguyen. Ahora publica un libro que, a través de 236 respuestas, compone una especie de relato poliédrico de, según Italo Calvino, “una de las personalidades literarias más singulares del mundo”.

Kim Nguyen ha escrito un making of con formato de entrevista imaginaria donde da las claves sobre su Por qué Georges Perec (La Uña Rota).

***

—¿Por qué Georges Perec?

—No lo sé. No sé por qué Perec no me ha soltado durante estos últimos veinte años. Tampoco sé por qué, en una época, sentí la necesidad de dormirme escuchando su voz. El título de mi libro plantea la pregunta imposible, una pregunta a la que todavía no sé cómo responder, pero para la cual he tratado de esbozar 236 respuestas posibles.

—¿Cuál ha sido el mayor desafío al escribir el libro?

—El principal desafío fue transformar una cierta erudición en una forma tan breve. ¿Cómo se puede capturar la vida y la obra de un escritor tan inagotable en una lista de apenas 70 páginas?

—¿Y por qué esta búsqueda de brevedad?

"Mi libro no es un retrato ni una apología, es directamente una hagiografía de Perec. Recordemos que Bolaño insistía en llamarlo San Perec"

—Porque llevo tiempo obsesionado con una crítica que sea del orden del acontecimiento y del relámpago. Un texto que no tenga tiempo de morir, que no se desarrolle lo suficiente como para desvanecerse. Que todo se mantenga vivo. No quiero que Perec muera. Mientras escribía el libro, y salvando las distancias, pensaba mucho en la frase de Nietzsche: “Los libros más profundos y los más inagotables siempre tendrán sin duda algo del carácter aforístico y repentino de los Pensamientos de Pascal”.

—El carácter aforístico y repentino…

—Sí, me chifla la palabra “repentino”. También hay un pasaje del Diario de Woolf especialmente importante para mí. Al final de su vida, durante sus últimos paseos, Woolf sigue buscando una nueva manera de hacer crítica literaria. El 22 de junio de 1940 escribe: “Quisiera poder inventar un nuevo método crítico, algo más rápido y más ligero y más coloquial y sin embargo más intenso: que vaya más al grano y sea menos complejo; que fluya y siga el vuelo más que mis ensayos del Lector común”. Esa es la vía que yo también quiero seguir.

—Todos los fragmentos de tu libro empiezan por la palabra “porque” y eso recuerda mucho al Me acuerdo de Perec.

—Sí, era natural elegir una forma perequiana para homenajear a Perec. Esta forma también contribuye a una especie de letanía con la que me siento muy a gusto. Mi libro no es un retrato ni una apología, es directamente una hagiografía de Perec. Recordemos que Bolaño insistía en llamarlo San Perec. Además, esta forma me proporcionaba muchas otras cosas que estaba buscando.

—¿Cómo cuáles?

"Creo profundamente en un ensayo literario que incluya la emoción y el entusiasmo, por no decir el amor, hacia su objeto de estudio"

—Creo que cada forma tiene su propia personalidad. Algunas formas son retraídas, otras egoístas, algunas más abiertas. El “texto con disparador” es una forma fundamentalmente generosa y seminal. En lugar de tener la rima al final, la tiene al principio. Son como principios que se encadenan unos con otros: un principio desemboca en otro principio, y así sucesivamente. Una sucesión de amaneceres. Y yo quería que este libro fuera un libro del amanecer, porque es el momento del día en que volvemos a ver todo por primera vez.

—¿Qué te parecen las preguntas de esta entrevista?

—Estoy muy sorprendido, yo mismo no podría haberlas planteado mejor.

—¿Por qué te quedaste en 236 razones? ¿Por qué esta cifra?

—La respuesta a tu pregunta está oculta en la solapa del libro. Solo diré que termino el libro en una fecha que tiene un gran significado para Perec y para mí.

—Has escogido como epígrafe una frase de Guy Debord que no puedo resistirme a leer: “Mi método será muy sencillo: hablaré de lo que he amado, y lo demás, bajo esta luz, se mostrará y se hará suficientemente comprensible”.

"Cuando se forma un vínculo tan íntimo y fuerte y un escritor se convierte en algo más que una afinidad electiva, ¿dónde se traza la frontera? Entre el retrato de otro y el autorretrato, ¿dónde se dibuja la línea?"

—Creo profundamente en un ensayo literario que incluya la emoción y el entusiasmo, por no decir el amor, hacia su objeto de estudio. Borges, quien fue profesor de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires, dijo: “Uno sólo puede enseñar el amor de algo. Yo he enseñado no literatura inglesa, sino el amor a esa literatura”. El ensayo literario no sólo debe crear zonas de sentido y explicación de un autor, sino también generar la emoción de haberlo leído. La emoción tiene prioridad sobre todo lo demás. Es el hermoso proyecto de Piglia de “sacar la lectura del árido desierto de la crítica académica”.

—¿El libro está dirigido únicamente a quienes ya conocen a Perec?

—No, no necesariamente. Bromeo diciendo que mi libro es el felpudo del inmueble Perec. Te invita a entrar y sigue allí esperándote cuando sales.

—¿Cuánto de ti mismo has puesto en el libro?

—Diría que mucho. Cuando se forma un vínculo tan íntimo y fuerte y un escritor se convierte en algo más que una afinidad electiva, ¿dónde se traza la frontera? Entre el retrato de otro y el autorretrato, ¿dónde se dibuja la línea?

—¿Qué nos puedes decir de Perec?

—Era un escritor maravilloso que amaba los plurales y la potencialidad de la literatura, y nunca cerraba con llave la puerta de su casa, para que sus amigos pudiesen entrar cuando quisieran.

—¿Crees que has logrado llevar a cabo todo lo que nos cuentas aquí?

—No estoy seguro, la verdad. Al menos lo he intentado. Pero lo más importante es que he saldado una deuda de amor.

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Autor: Kim Nguyen. Título: Por qué Georges Perec. Editorial: La Uña Rota. Venta: Todos tus libros.

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