Una exposición recuerda en el Museo de Historia de Cataluña la vida del escritor Jorge Semprún (Madrid, 1923 – París, 2011), su compromiso con las libertades, la memoria histórica y su experiencia en los campos de concentración nazis, con la que conmemora el centenario del nacimiento del que fuera ministro de Cultura.
Tras el golpe de 1936, la familia de Semprún se trasladó primero a Países Bajos y luego a París, donde estudió Filosofía en la Sorbona, y los textos de Marx, Lenin y Lukács le llevan al comunismo.
Con la ocupación alemana de Francia, Semprún pasa a la resistencia haciéndose pasar por jardinero con una identidad falsa y saboteando trenes hasta que en octubre 1943 la Gestapo lo descubre.
En enero de 1944 Jorge Semprún fue deportado al campo de concentración de Buchenwald, donde es clasificado como «político español» con el número de preso 44904 y, a pesar de que era estudiante universitario, un preso alemán lo registró como estucador, una decisión que probablemente le salvó la vida, porque los obreros eran útiles para el campo.
Al saber alemán, la organización de resistencia que actuaba ilegalmente en Buchenwald le asignó a la llamada «Sección Estadística», encargada de organizar los trabajos forzados, algo que le protegió de trabajos físicos pesados.
Con la liberación del campo por parte de las tropas norteamericanas, Semprún volvió a París, donde se unió al PCE en el exilio para trabajar en la clandestinidad contra Franco.
En 1953, Semprún viaja a Madrid en su primera misión secreta y asume la organización de una parte de la resistencia clandestina y es perseguido por la policía franquista.
Su carisma le merece un ascenso rápido dentro del PCE, en 1954 se convierte en miembro del comité central y, dos años más tarde, del politburó, el órgano superior del partido, pero poco a poco se va distanciando de sus convicciones políticas de juventud y rompiendo con el comunismo cuando se entera del gulag, el sistema de campos de trabajos forzados del régimen soviético. En 1964 es expulsado del PCE.
La exposición, que estará abierta en Barcelona hasta el próximo 4 de febrero, repasa asimismo su obra literaria, fuertemente vinculada a la experiencia en Buchenwald y a sus vínculos con el PCE.
La parte final del itinerario expositivo se ocupa de su mandato entre 1988 y 1991 como ministro de Cultura con el presidente Felipe González, cuyos dos principales logros fueron la fundación del Museo Thysenn-Bornemisza de Madrid, que acogió la segunda colección privada de arte más grande del mundo, y el reparto efectivo del legado de Salvador Dalí.
Se cierra la muestra con la creación en 1999 de la Fundación Ettersberg en Alemania, que, siguiendo la visión del escritor, investiga la historia y la caída de las dictaduras europeas, a la vez que con su tarea educativa refuerza la democracia.
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